María García San Segundo,
con este nombre fue bautizada cristianamente la actriz ÁGATA LYS (Valladolid, 3 de diciembre de 1953-Benalmádena, 12 de diciembre de 1921), una de las más
grandes Musas del Destape, de aquel cine de la Transición política y social
española que tras la eliminación de la censura en 1977 actuaba como contenedor
de títulos eróticos, picantones y pseudopornográficos dentro de un entorno
sociopolítico convulso y amenazador. Títulos en su mayoría infumables que
dieron al traste con 40 años de dictadura.
Ágata estudió Filosofía y Letras en
la Universidad de Valladolid y, posteriormente, Arte Dramático en Madrid, época en la
que hizo su debut como azafata en el popular concurso de televisión Un,
dos, tres… responda otra vez (1972). Su presencia en el concurso
presentado por Kiko Ledgard fue lo suficientemente impactante como para que a
las pocas semanas dejara el programa para debutar en el cine. Pronto se
convirtió en un mito rodando casi medio centenar de películas y siendo portada
en multitud de revistas para hombres.
A juicio de este cronista, Ágata Lys
(nuestra Marilyn) fue, junto a Silvia Tortosa, la mejor actriz de aquel
recordado Olimpo de Reinas del Destape que todavía hoy perviven en el
imaginario colectivo de varias generaciones. La prueba de que fue así la
tuvimos observando su gran dominio en las tablas, representando obras clásicas
en los mejores teatros de España, además de su protagonismo en míticas series
de televisión. Vale decir que para su participación en la pantalla grande contaron
con ella realizadores tan prestigiosos como Mario Camus (Los santos inocentes,
1984), Carlos Saura (Taxi, 1996) y
Fernando León de Aranoa (Familia, 1996).
Este crítico
recuerda bien a Ágata en las portadas de revistas como Fotogramas, Lib, Stop,
Intervíu o Party, eran los Años de Plomo de mi niñez y primera adolescencia, un
tiempo duro, complejo, y un lugar, el cine Iberia de Sant Felíu de Llobregat,
atiborrado de pajilleros en sesiones dobles absolutamente mortales. Títulos
como Las
camareras, La nueva Marilyn, El transexual, Deseo
carnal, Pasión inconfesable, nos mostraban unas mujeres atractivas de
carne y hueso, de una belleza rotunda, nalgas turgentes, labios carnosos sin
botox y tetas sin siliconar. Teniendo en cuenta el estereotipo de belleza
sintética actual, no cabe duda de que hemos ido a peor.
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