jueves, 30 de noviembre de 2017

TRÁILER DE “EL PASAJERO” (Jaume Collet-Serra, 2018)


TRÁILER “THE COMMUTER” (2018)


   Cuarta colaboración del director catalán Jaume Collet-Serra con el veterano actor irlandés Liam Neeson para armar un thriller que sigue el trayecto habitual de vuelta a casa de un hombre de negocios felizmente casado (Nesson) que durante el viaje entabla una conversación con una misteriosa pareja. Pronto el hombre se verá envuelto en una conspiración criminal que amenaza con poner en peligro tanto su vida como la de sus seres queridos.


    Con música de Roque Baños y un guión escrito por Byron Willinger y Philip de Blasi, la película tiene previsto su estreno en nuestro país el 12 de enero de 2018. Afincado en Los Ángeles desde 1992, Collet-Serra ha contado con los servicios de Liam Neeson para los thrillers Sin identidad (2013), Non-Stop (2014) y Una noche para sobrevivir (2015). Acompañando a Neeson en el reparto tenemos a Vera Farmiga, Patrick Wilson, Sam Neill, Jonathan Banks y nuestra Clara Lago entre otros. Recordemos que Collet-Serrá debutó en 2005 con la cinta de terror La casa de cera.


domingo, 26 de noviembre de 2017

CRÍTICA: "EN REALIDAD, NUNCA ESTUVISTE AQUÍ" (Lynne Ramsay, 2017)


"ENREALIDAD, NUNCA ESTUVISTE AQUÍêêêê
  

   La directora escocesa Lynne Ramsay se está construyendo una sólida y sobresaliente carrera que, tras varios cortos, comenzó con el largometraje Ratcatcher (1999), film de tono social y ambientado a finales de los 70 cuya trama se levanta tras la trágica muerte de un niño en una pelea. Fue en 2002 cuando presentó su siguiente película, Morvern Callar, que protagonizada por Samantha Morton sigue a una joven que tras salir de su trabajo como cajera de un supermercado llega a casa y encuentra el cadáver de su novio, que al parecer se ha suicidado. Tras agenciarse la novela que él había terminado recientemente, inicia un viaje iniciático a Ibiza. Tras nueve años desde esa última película, firma la que es su obra más conocida, Tenemos que hablar de Kevin (2011), cinta basada en la novela de Lionel Schriver con Tilda Swinton dando vida a una escritora que a la edad de 40 años decide tener su primer hijo y tiene que enfrentarse a las dificultades que ello conlleva.

    
   A pesar de contar con esta escueta y brillante filmografía, siempre enmarcada dentro del más rabioso cine independiente, Ramsay logra llegar a un público más amplio con este contundente thriller titulado En realidad, nunca estuviste aquí que consiguió alzarse con los premios al Mejor Actor para Joaquin Phoenix y al Mejor Guión en el pasado Festival de Cannes. Veamos: Joe (Joaquin Phoenix) ex marine y antiguo veterano de guerra es un tipo solitario que dedica su tiempo a salvar mujeres que son explotadas sexualmente. No se permite ni amigos ni amantes y se gana la vida cobrando por rescatar jóvenes de las garras de los tratantes de blancas. Un día recibe la llamada del senador Williams (Alessandro Nivola) que le pide que rescate a su hija, Nina (Ekaterina Samsonov) que ha sido secuestrada por una red de tráfico sexual.

    
   Tomando como base la novela corta de Jonathan Ames, la última película de Ramsay abraza las claves y códigos del cine noir para edificar sobre la negra jungla de asfalto un retrato implacable y turbador de una mente torturada; de la herida existencial de Joe que sangra a borbotones (un superlativo Joaquin Phoenix que tiene la estatuilla dorada más cerca que nunca), una expansiva laceración del alma para la que no encuentra penitencia ni bendición divina. La redención en forma de despiadada venganza llegará con el peligroso rescate de la hija adolescente de un político que ha sido víctima de la mafia de la prostitución infantil. Aunque no todo sale como él esperaba, el infierno se desatará en un burdel de Manhattan. La bestia que Joe lleva dentro ha despertado con una determinación devastadora.

    
  Ramsay en ningún momento se aleja de su característico estilo personal marcado por abrumadores primeros planos de rostros y cuerpos dotando a la acción y pautas del relato de una pegajosa fisicidad, remarcando la impenetrable psicología de los personajes, ampliando obsesivamente los detalles e imprimiendo a la violencia del relato (traumáticamente desarrollada de forma elíptica o con la cortina del fuera de campo) para conformar el corpus de un exuberante thriller que alguien ha definido como el Taxi Driver del siglo XXI, pero que a diferencia de aquella cuartea el clímax final con una magnífica labor de planificación y montaje con el recurso de las cámaras de vídeovigilancia, jugando con el tiempo y el espacio y a donde muestro castigado protagonista llegará para poner fin a la pesadilla con un baño de sangre.

    
   Entre la sensible y tierna relación con su anciana madre en un ámbito doméstico y su trabajo como rescatador de almas en la hoguera, transcurre la turbulenta y pesarosa vida de Joe, en consonancia con la atmósfera, sórdida, opaca y desesperanzadora creada en torno a él, dueño de una personalidad lacónica y tortuosa y una rutina rebosante de turbulencias. El guión tiene más aristas de lo que en un primer visionado pueda parecer, y la sinuosa dirección que alguien puede tildar de amanerada yo lo defino como radiante stilo. El espectador presume que la tormentosa corriente existencial de Joe sólo puede arrastrarle hacia una catarata de violencia infernal, y que el origen de sus traumas, demonios interiores y pulsiones autodestructivas (explicados de manera modélica a través de incisivos flash backs) quedarán abiertos en canal por la lógica de una venganza demoledora. Cuando caen los títulos de crédito, mis ojos brillan como ídolos de jade. Gran película.

lunes, 20 de noviembre de 2017

CRÍTICA: "LIGA DE LA JUSTICIA" (Zack Snyder, 2017)


 
"LIGA DE LA JUSTICIAê


   Zack Snyder es el encargado de esta esperada y finalmente decepcionante reunión de los superhéroes más icónicos de DC que nos cuenta cómo después del sacrificio realizado por Superman (Henry Cavill), Bruce Wayne/Batman (Ben Affleck) impulsado por una nueva fe en la humanidad e inspirado por el acto desinteresado del Hombre de Acero, revalúa sus métodos extremos y decide reclutar a nuevos aliados con habilidades extraordinarias. Su objetivo es crear La Liga de la Justicia, un equipo de superhéroes que luchen contra el crimen y defiendan la Tierra de cualquier amenaza. Así, Wonder Woman (Gal Gadot), la antigua estrella del fútbol Vic Stone/Cyborg (Ray Fisher), el guerrero atlante Aquaman (Jason Momoa) y el joven y veloz corredor The Flash (Ezra Miller) se unirán a Wayne para hacer frente a un poderoso adversario, Steppenwolf (Ciaran Hinds) un general con muy malas intenciones del planeta Apokolips Darkseid.

    
   Entre que uno está saturado de estos artefactos que trasladan las viñetas del cómic a la pantalla grande, que para esta producción se han situado al menos dos directores detrás de la cámara y que el villano elegido carece del mínimo carisma exigible, tomo asiento en la butaca con una pereza claramente descriptible. Un pobre diseño de producción, el exceso de digitalización y hueca verborrea sobre el bien y el mal, el recurso de la voz gutural para poner énfasis a la maldad, el ridículo MacGuffin de las tres cajas como elemento dinamitador del planeta y el perfil apenas esbozado de los nuevos personajes, representan obstáculos insalvables que impiden captar la atención del espectador más exigente.


    Resulta que el mundo está más indefenso sin la presencia de Superman, y es por esto que se crea La liga de la Justicia haciendo bueno el refrán de la unión hace la fuerza, pero observamos que ni con esas, pues será preciso la resurrección del superhéroe de Krypton para hacer frente a la poderosa amenaza real. Como les cuento.  

    
  Tras haber dirigido El Hombre de Acero (2013) y Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (2016), Snyder parte de un guión malo para recrear con una fotografía mediocre y una estética feista los universos de Los Atlantes y el reino de las Amazonas en donde el caos y la neurosis se apodera de la acción, planificando secuencias de manera torpe y estruendosa. Sólo la belleza y calidez de Gal Gadot dando oxígeno a Wonder Woman, la simpatía y humor de The Flash y la presencia de Ben Affleck cuando no viste el disfraz ni emite esos gemidos asmáticos, ponen algo de colorido al desastre… Y aun así a uno no le apetece volver a ver en un futuro a esta pandilla en una pantalla de cine.

sábado, 18 de noviembre de 2017

CRÍTICA."68 KILL" (Trent Haaga, 2017)

    
68 KILLêêê
   

   Trent Haaga, especialista en comedias negras rodadas con presupuestos de guerrilla (recordemos la muy digna Chop, 2011) nos presenta ahora este thriller que mezcla el romance y la comedia para narrarnos la historia de Chip (Matthew Gray) y Liza (Annalynne McCord) una pareja realmente peculiar. Cuando Liza convence a Chip para robarle 68.000 dólares a su ruin jefe, a quien satisface sexualmente a cambio de dinero, Chip comienza a descubrir el lado oscuro de Liza. Ahora Chip tiene un arma, una chica en el maletero del coche (Alisha Boe) y menos de 24 horas para tratar de salir del peligroso lío en el que se ha metido.
  

  Convertido con sólo dos películas en un director de culto, Haaga, con una afianzada carrera como guionista, nos hace pasar una hora y media de entretenimiento puro y duro demostrando el talento que atesora. Beneficiándose de unos competentes intérpretes y un aseado libreto coescrito entre el propio director y Bryan Smith, sigue los pasos de una pareja con una vida sexual muy particular y en la que ella, la impulsiva psicópata Liza, lleva la voz de mando, también como maestra de iniciación de Chip en el crimen en el mundo del crimen. 


   Las acciones de violencia extrema (algunas de ellas protagonizadas por el sucio y retrasado psicópata hermano de Liza) se ven asaltadas por situaciones y diálogos sumamente hilarantes. Y es que la trama de 68 Kill da para muchas secuencias escabrosas y rocambolescas protagonizadas por personajes caricaturescos. En el tono y los giros argumentales podemos apreciar el eco referencial de Tarantino, pero Haaga consigue imprimir su sello personal y mantener la intensidad del relato hasta los créditos finales.


    Por cómo le hace el amor, Chip tendría que haber intuido que algo no funciona bien la cabeza de Liza, pero él está enamorado hasta las trancas de ella y el amor es ciego, sin embargo, está lejos de imaginar la personalidad macabra y sanguinaria que oculta su preciosa y rebelde compañera. Peor, no lo quiere imaginar. Chip, en su huida adelante, tendrá tiempo de enamorarse de nuevo de otro bellezón (Alisha Boe) pero el fugaz romance terminará trágicamente. 


   Así, al protagonista se le acumulan las desgracias siempre rodeado y siendo víctima de mujeres fatales: atención a su despertar después de haber sido drogado en un motel de carretera y al momento íntimo con la rubia en el almacén de la gasolinera. 68 Kill fusiona con desparpajo el gore y el humor disparatado en escenas bien planificadas, derivando en una divertida gamberrada rodada con oficio y estilo, y concluye obligando a Chip a recapacitar sobre su sensible tendencia al enamoramiento fácil. Me gusta la carrera iniciada por este director californiano.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

TRÁILER DE “EN REALIDAD, NUNCA ESTUVISTE AQUÍ”


YOU WERE NEVER REALLY HERE
(Lynne Ramsay, 2017)


    Lynne Ramsay (Tenemos que hablar de Kevin) dirige este thriller de tono dramático en el que un veterano de guerra (Joaquin Phoenix) dedica su tiempo a salvar mujeres del tráfico sexual en el que están metidas. Un día recibe la llamada de un político porque su hija ha sido secuestrada. No todo sale como él había previsto y el infierno se desata en un burdel de Manhattan, donde la violencia y la corrupción hacen despertar a la bestia que lleva dentro. De esta manera la venganza se convierte en su motivación.


    Muy cerca está ya el estreno de esta poderosa apuesta que con un guión de la propia directora escocesa basado en la novela de Jonathan Nivola, tiene como protagonistas a Joaquin Phoenix, Alessandro Nivola, Ekaterina Samsonov, John Doman y Judith Anna Roberts. El film se alzó con el Premio al Mejor Actor y el Mejor Guión en el pasado Festival de Cannes, y ha sido definido por algún crítico como “una brutal e implacable Taxi Driver del siglo XXI”. De manera que, se pueden hacer una idea de mi ansiedad y de cómo se me cae la baba.


lunes, 13 de noviembre de 2017

CRÍTICA: "ORO" (Agustín Díaz Yanes, 2017)

     

  
"ORO"êêê
  
  
  Dirigida por Agustín Díaz Yanes (que llevaba ocho años sin situarse detrás de la cámara) y basada en un relato corto inédito de Arturo Pérez Reverte e inspirada en la expedición de los conquistadores Lope de Aguirre y Vasco Núñez de Balboa, Oro nos sitúa en 1538 siguiendo a un grupo de treinta hombres y dos mujeres en plena selva amazónica en la búsqueda de El Dorado, ciudad que creían construida completamente de ese preciado (y vil) metal, y así conseguir riquezas, fama y la gloria de la inmortalidad.


 El vasco Iturbe le pregunta a Martín Dávila (émulo del extremeño Núñez de Balboa):
-¿Tú de dónde eres?
-De Extremadura.
-Mala tierra, mala gente.
   

  Dejando aparte la licencia cinematográfica de tan gratuito diálogo y la impresión negativa que mucha gente tiene de los expedicionarios que se lanzaron a la búsqueda de El Dorado, la interpretación más correcta sería “Extremadura, una tierra dura, de gente dura”. Por el contrario, y como extremeño, los conquistadores siempre han estado envueltos para mí por el aura de los héroes valientes. Con un ajustado presupuesto de 8 millones de euros y cierto tono teatral, Agustín Díaz Yanes nos relata un pequeño pasaje de la gran aventura a lo largo y ancho de la selva amazónica de unos hombres alucinados que, empujados por la ambición, la gloria y el  poder, conquistaron un Nuevo Mundo.


  La épica del relato, impregnado de sangre y barro, rebosa cainismo, deslealtad, conspiraciones, traiciones, infidelidades y violencia cruda que Yanes camufla en demasiadas ocasiones con la anestesia del fuera de campo. Con una magnífica música a cargo de Javier Limón, una viscosa iluminación de Paco Femenía y sin nada que objetar al trabajo de los intérpretes, entre los que sobresale Raúl Arévalo dando oxígeno al conquistador extremeño y la bella Bárbara Lennie, la función, en ocasiones reiterativa en sus recursos narrativos y visuales, te asfixia hurgando en los bajos instintos humanos, el progresivo deterioro de la ética y la moral, de los sentimientos y las lealtades, un sucio y brutal microcosmos en donde la palabra de Dios se impone como una quimera tan lejana e inaccesible como el sueño de El Dorado. Al final, la mirada cansada de Núñez de Balboa clavando el estandarte en el Mar del Sur, que posteriormente Magallanes rebautizaría como Océano Pacífico por sus aguas serenas. 

miércoles, 8 de noviembre de 2017

CRÍTICA: "MOST BEAUTIFUL ISLAND" (Ana Asensio, 2017)

    
MOST BEAUTIFUL ISLAND êêê
  

  La madrileña Ana Asensio debuta con esta película basada en algunas de sus experiencias personales mientras estudiaba arte dramático en los Estados Unidos, y en la que ella misma da vida a Luciana, una inmigrante que lucha por sobrevivir en Nueva York y que busca la redención de un pasado tormentoso del que huye a través de un peligroso juego.

   
   Protagonizada, escrita y dirigida por Ana Asensio en un arriesgado ejercicio de one woman show, Most Beautiful Island se apoya en una espléndida iluminación de Noah Geenberg que proyecta una mirada sombría sobre la alienante vida urbana, para convertir la cámara en el ojo de cíclope que persigue inmisericorde a la fascinante protagonista en sus peripecias por encontrar una salida a su maltrecha vida y restañar una herida del pasado que todavía sangra, dueña de una soledad inabarcable y en ciega huida hacia adelante.

   
   Con ecos de 13 Tzameti (Géla Babluani, 2005), la función se impone como un documento demoledor sobre la vida de los inmigrantes sin papeles y el racismo imperante en la sociedad estadounidense, que en su más triste y dolorosa miseria son capaces de aceptar cualquier oferta (incluso un juego peligroso) para no tener que mendigar. La vida de Luciana, rebosante de carencias económicas y afectivas (sus padres viven en España) la llevan a recorrer la jungla de asfalto esperando una oportunidad, un golpe de suerte. Parece que el momento ha llegado cuando su amiga Olga la invita a asistir a una fiesta muy particular.

      
   Después de transitar por el drama social y pasar a los dominios del sórdido thriller psicológico, es en el tramo final cuando la película pierde su vena espontánea y enérgica, pues si hasta entonces la trama goza de buen ritmo y Asensio va guiando con pericia y pegajosa cercanía los pasos de Luciana (ella misma) sin que nada resulte previsible, finalmente todos habríamos apostado por un final más rompedor y feroz que el que nos ofrece. Aun así, Most Beautiful Island es una cinta apreciable que sirve como vehículo para la presentación y lucimiento de su verdadera estrella, Ana Asensio.