Un modélico y áspero noir
“LIMBO” êêêê
DIRECTOR: Soi Cheang.
INTÉRPRETES: Gordon Lam, Mason
Lee, Cya Liu, Hanna Chan, Hiroyuki Ikeuchi, Fish Liew, Kumer So, Sammy Sum.
GÉNERO: Thriler / DURACIÓN: 118 minutos / PAÍS: Hong
Kong / AÑO: 2021.
Tal vez sea el momento de que los aficionados españoles conozcan al cineasta hongkonés Soi Cheang, quien comenzó su carrera ya con las luces del nuevo siglo y que cuenta con películas tan interesantes como Love Battlefield: Una salvaje historia de amor (2004), Dog Bite Dog (2006) y Accidente (2009). Su mejor película hasta la fecha nos fue presentada en el pasado Festival de Sitges que se celebró entre los días 7 y 17 del pasado mes de octubre. Su título: Limbo (2021), que es para este cronista el mejor film presentado a concurso y que sólo consiguió llevarse el premio a la mejor fotografía.
Rodada en un blanco y negro de profundo contraste con la sublime iluminación de Cheung Siu-Keung, Limbo nos relata la historia de un policía novato, Will Ren (Mason Lee) y su compañero, el veterano Cham Lau (Ka Tung Lam), que persiguen a un brutal, escurridizo y maniático asesino en serie que mutila una mano a las mujeres que asesina. Para atraerlo, recurren a la delincuente marginal Wong To (Cya Liu), que necesita expiar un accidente que provocó y que afectó a la familia de Cham. Pero esta mujer, lanzada a los tugurios y zonas más degradadas de la ciudad, resultará impredecible e incontrolable.
La acción de Limbo nos sitúa en el inframundo de Hong Kong, lugares infectos donde se acumulan montañas de basura y, como descubriremos, de cadáveres. Soi Cheang dibuja un paisaje urbano sucio, herrumbroso y de un cierto tono distópico para sumergir a los espectadores en malolientes vertederos por donde vagabundean y trapichean los seres más pobres y desplazados, los olvidados de un mundo sin piedad. La premisa de la función no resulta original (sobre todo en el cine oriental), pero la virtuosa puesta en escena con la sublime visión atmosférica de la imponente metrópolis asiática, nos introduce en un laberinto claustrofóbico de callejones insalubres por donde se mueven la pareja de policías tratando de seguir la pista del obsesivo asesino. Allí les esperan toda una legión de maleantes que se ganan la vida al margen de la ley.
Exenta del más mínimo humor, manteniendo siempre un buen ritmo y con momentos crudos pero sin poner un grotesco énfasis en escenas como la de la violación de Wong To, Limbo enfrenta a dos temperamentos opuestos: el novato policía de métodos académicos y recto proceder, y el experimentado e impulsivo policía traumatizado por el accidente que dejó a su mujer en coma y que él mismo presenció desde la calle. Limbo se eleva por encima de su formularia premisa para componer un noir expresionista absolutamente cautivador, consecuencia de la deriva de un arco dramático que ilumina a Cya Liu dando oxígeno de forma magistral a Wong To, finalmente mártir maltratada y humillada por todos, que ruega por su vida y sólo aspira a lavar su alma con el agua bendita de la redención.
La lluvia, uno de los elementos más
atmosféricos del thriller urbano, confiere reflejos metálicos al submundo por
donde se mueven los personajes, auténticas ratoneras bajo los rascacielos de
Hong Kong y los pasos de tren elevados que vemos en unos sugerentes planos
aéreos. Destellos monocromáticos sobre montones de muebles viejos, artilugios
inservibles y maniquíes desechados por algunas tiendas, residuos arrojados por
la gran urbe y que sirven de refugio a parias, mendigos y traficantes. La guarida
del asesino, que como casi todos los figurantes de la función tiene la mente
erosionada por un trauma, es representativa de ese pestilente microcosmos, lejos
de los distritos más acomodados de la ciudad y con el fulgor de los neones en
los charcos. Si a la deslumbrante fotografía en blanco y negro de
alta definición que baña el perturbador paisaje urbano y el recurso del ojo de
pez para dotar de un tono más desasosegante a los escenarios y más tangible las
coreografías de la acción, le unimos la vigorosa narrativa en esa peligrosa caza
al asesino que emprenden los protagonistas, asumiremos pronto que nuestro
compromiso con la pobre y desastrada Won To está más que justificado, pues tras
perder la pistola del policía novato, la vemos sufriendo un insoportable
calvario quedando expuesta como una presa en el camino del depredador. Con ese
martirio obtendrá el anhelado perdón, pero la paz pasará a ser una entelequia,
un deseo imposible. Magnífico thriller.