Me gusta el fútbol
“FUERA DE JUEGO”
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(David Evans, 1997)
Adaptación de la primera novela del
escritor británico Nick Hornby titulada Fiebre
en las gradas. Me gusta Hornby, por eso siempre sigo su rastro literario y,
por supuesto, la pista de la media docenas de adaptaciones suyas a la pantalla
grande. La mejor de ellas hasta la fecha es Alta fidelidad (Stephen
Frears, 2000), y la última, Juliet, desnuda (Jesse Peretz,
2018), película que tendré la oportunidad de comentar en próximas fechas.
David
Evans dirigió en 1997 Fuera de juego debido en gran parte
al éxito que la novela Fiebre en las
gradas tuvo en el Reino Unido. La trama gira en torno a Paul (Colin Firth) un profesor de
instituto de mediana edad obsesionado con el fútbol y fanático seguidor del
Arsenal. Un buen día conoce a Sarah
(Rith Gemmell) una colega de profesión que detesta el fútbol, por lo que se
verá obligado a reevaluar su vida seriamente. Por una parte está Sarah, por
otra la única pasión que le ofrece alegría y penas, basando en ella gran parte
del sentido de la vida y la única que le hace sentirse orgulloso de su
identidad británica.
Esta simpática comedia nos narra el difícil equilibrio
que tiene que hacer el protagonista, un profesor de instituto, para compaginar
sus dos amores: su equipo de fútbol de toda la vida y su novia, que no soporta
este deporte. La función se hace amena gracias a la magnífica labor
interpretativa de los intérpretes, pero principalmente al excelente material
literario que libremente adapta, de donde se ha extraído un guión aseado. Así, el profesor de literatura inglesa al que da
oxígeno Colin Firth se nos muestra como un hombre culto y preparado en la
materia que imparte, pero no sabe hablar de otra cosa que de fútbol y cuenta
los años por temporadas. De tal forma que, su relación con Sarah, la profesora
que imparte clases en el aula que está al lado de la suya, no parece tener un
dulce porvenir. Él se comporta de un modo hosco en modales y ella como una
refinada y estirada maestra inglesa. Tal vez la solución pase por casarse,
tener un hijo y un hogar cerca del estadio del Arsenal. Pero la relación se
deteriora irremediablemente hasta que llega el romántico clímax final: en un
último partido decisivo entre el Liverpool y el Arsenal, el equipo del
profesor, los llamados Gunners, tienen que ganar por dos goles a cero en casa
del Liverpool para proclamarse campeones de la Premier League. El espectador
tendrá que ver la película para saber si Paul encuentra algún sentido a la vida
más allá del fútbol, y si Sarah logra tomarse el fútbol como lo que realmente
es, una pasión más para hacer más llevadera nuestra monótona e insustancial
existencia. Como el arriba firmante es seguidor del Atleti, me he sentido muy
identificado con el protagonista, quien haya visto la película sabrá por qué.