Shyamalan recupera sus mejores esencias
“MÚLTIPLE” êêê
Cuando los hermanos Weinstein (de la
productora Miramax) despreciaron su segunda película, Los primeros amigos
(1998) dedicándole una distribución horrorosa, M. Night Shyamalan se vengó creando uno de los más grandes éxitos
de la historia del cine, El sexto sentido (1999), film que
también escribió y que ha acabado convirtiéndose en uno de los grandes hitos
cinematográficos tanto a nivel crítico como de taquilla que dejó a los
Weinstein brothers con su clavel como unos gilipollas. Es cierto que tras firmar la que
es para este cronista su mejor película, El protegido (2000) y la entretenida
Señales
(2002) entró en una etapa de decadencia artística (como cuando el marinero
pierde la gracia del mar) hasta que en la reciente La visita (2015) pudimos
observar algunos halos de luz a través del túnel.
Y es que este tipo, que sabe filmar tan
bien, sólo necesita tomarse en serio su faceta como guionista para resurgir de
las humeantes cenizas sin que se extinga el fuego del ingenio. Múltiple
es su mejor película desde El protegido, y es hora de reconocer
que nunca se puede matar a un artista (mucho menos cuando tiene 46 años) que ha
demostrado tanto derroche de talento. De nuevo con un poderoso y atractivo
libreto propio, Shyamalan nos cuenta la escalofriante historia de Kevin (James McAvoy) que ha demostrado
a su psiquiatra, la Dra. Fletcher
(Betty Buckley) que posee 23 personalidades. Pero aún queda una por emerger,
decidida a dominar a todas las demás. Obligado a raptar a tres chicas
adolescentes encabezadas por la avispada y observadora Casey (Anya Taylor-Joy), Kevin lucha por sobrevivir contra todas
las personalidades y la gente que le rodea, a medida que su estructura mental
se derrumba.
Coincido con críticos y aficionados en que Airbender,
el último guerrero y After Earth son puro material de
deshechos, y que El bosque, La joven del agua y El
incidente resultan insuficientes para un talento como el de Shyamalan,
pero sin llegar a la altura de El sexto sentido y El
protegido, Múltiple despliega las exquisitas esencias que impregnaron
nuestros sentidos durante (y tras) el visionado de esas dos magníficas cintas.
El arranque del film en el parking es un
prodigio de síntesis, planificación y montaje al alcance de muy pocos; una
secuencia que debería ser estudiada en las escuelas de cine por su escueta
composición, su eficacia e insobornable estilo. El secuestro de tres
adolescentes por parte de un psicópata que sufre Trastorno de Identidad
Asociativa y del que brotan incesantemente 23 personalidades distintas, le sirve
al realizador para navegar por el abrupto oleaje de almas con la existencia
quebrada desde su infancia, y de un ser cuya mente escindida hace imprevisible
y amenazante su presencia.
James
McAvoy nos regala una interpretación
sostenida y memorable que sabe equilibrar en el punto exacto para que su inmanente
presencia resulte siempre inquietante y casi siempre terrorífica. El actor
escocés despliega sus mejores recursos en los diferentes registros que se ve
obligado a interpretar debido a las diferentes personalidades de la moderada
Patricia, el inocente Hedwig y el adusto Dennis, refugios identitarios entre
los que se abrirá paso la oculta, latente y temida Bestia. Tal vez el juego
resulte a veces reiterativo y estéril el empeño de la psiquiatra por
desentrañar la maraña cerebral de Kevin, que advierte en Casey (una correcta Anya Taylor-Joy) un vínculo especial
porque viaja con una espeluznante herida que el tiempo no ha podido restañar.
Fluctuando entre el drama desgarrador, el
terror y el thriller psicológico, Múltiple
se impone como un proceloso viaje a los más recónditos pasadizos de una mente
laberíntica y fracturada, en donde anida la más letal y poderosa de las
criaturas. Con una atmósfera turbadora y momentos de tensión claustrofóbica,
Shyamalan finalmente cierra el círculo invisible que une a dos espíritus
atormentados.