Un entretenimiento de altura
CAPITÁN AMÉRICA: EL SOLDADO DE INVIERNO êêêê
DIRECTOR: ANTHONY RUSSO Y JOE RUSSO.
INTÉRPRETES: CHRIS
EVANS, SEBASTIAN STAN, SAMUEL. L.
JACKSON, SCARLETT JOHANSSON, ANTHONY MACKIE, ROBERT REDFORD.
GÉNERO: FANTÁSTICO
/ EE. UU. / 2014 DURACIÓN: 128 MINUTOS.
A este cronista estas traslaciones al cine
de superhéroes del cómic como Superman, Spiderman o El
Capitán América nunca le han inspirado demasiado aunque siempre han
resultado idóneas para pasar un rato de evasión. Al menos, nunca me han
emocionado del modo que sí lo ha hecho la trilogía sobre Batman protagonizada por
Christian Bale y firmada por Christopher Nolan. Siendo sincero, Capitán
América: El Primer Vengador (Joe Johnston, 2011) no me pareció un film
tan desdeñable a pesar del relativo fracaso de público y de crítica, un
artefacto pulp de aire nostálgico,
con ritmo, situaciones realmente absurdas y un sugerente aroma retro inspirado
en aquel cine ambientado en la Segunda Guerra Mundial. El caso es que los que
ponen la pasta no han vuelto a contar con Johnston para esta secuela (se supone
que una taquilla mundial de 366 millones de dólares no les pareció suficiente)
y le han entregado el producción a los hermanos Anthony y Joe Russo (Bienvenidos a Colinwood, Tú, yo y ahora… Dupree), unos
especialistas en comedia que por su currículum no generaron grandes
expectativas en el aficionado. Sí lo hicieron los espectaculares tráilers del
film, que condensan unas imágenes muy atractivas para los fans de estos
artefactos.
CAPITÁN AMÉRICA: EL SOLDADO
DE INVIERNO se desarrolla
cronológicamente después de los devastadores acontecimientos acaecidos
en Nueva York con los Vengadores. Esteve
Rogers (Chris Evans), el legendario Capitán
América, trabaja para Nick Fury
(Samuel L. Jackson) y vive tranquilamente en Washington D. C. intentando
adaptarse al mundo moderno desde su trabajo en la agencia de inteligencia
S.H.I.E.L.D. Es precisamente cuando atacan a un colega de la agencia, que se ve
envuelto en una trama de intrigas que representa una amenaza para el mundo. Con
la ayuda de la Viuda Negra (Scarlett
Johansson) y nuevos aliados como el Halcón
(Anthony Mackie) y Sharon Carter
(Emily VanCamp), alias el Agente 13.
Lo que el Capitán América no sospecha es que su antiguo camarada, Bucky Barnes (Sebastian Stan), que
presuntamente había muerto en combate en la primera entrega, ha vuelto del
pasado convertido en un frío asesino conocido como el Soldado de Invierno.
He de confesar
que me ha sorprendido gratamente esta nueva entrega del más yanqui de los
superhéroes, y una de las cosas que más me han sorprendido es que los cerebros
de Marvel Estudios hayan sabido controlar el desbarajuste digital hasta hacerlo
casi imperceptible. El resultado es un espectáculo impoluto de acción y
espionaje a la antigua usanza, es elogiable cómo los Russo brothers han
conseguido trasladar a la pantalla grande las aventuras imaginadas por Ed Brubaker
en la serie de Capitán América titulada “El soldado de Invierno”, encadenando
con solvencia unas set pieces de acción que tendrán su clímax
en una secuencia de destrucción aérea bien planificada y visualmente impecable.
Si todo el mundo espera con ansiedad Los vengadores 2: La era de Ultrón
(que se estrenará en 2015) para señalarla como la mejor película Marvel de la
historia, quizás sea hora de que se vayan replanteando esa hipótesis porque en
lo que a mí respecta CAPITÁN AMÉRICA: SOLDADO DE INVIERNO
es la mejor película de los estudios hasta la fecha, dudo mucho que esa
esperada secuela de Los Vengadores pueda superarla; no estamos, ni mucho menos,
ante una película marvelina de transición, sino en un punto y aparte en la
carrera cinematográfica de un superhéroe que por fin ha encontrado su lugar en
el sol.
Indudablemente, la acción tiene gran
relevancia en el film, dado el tipo de público al que va dirigido el invento,
no obstante, el espectador medio quedará muy satisfecho con un argumento que
nos acerca al thriller tecnológico de espías y que goza de un equilibrio
estimulante entre la línea de diálogos, la acción, las justas gotas de humor,
la tensión y el componente dramático.
Es lógico que la
madurez abandere a un personaje añejo y que los ecos de las novelas y películas
de Jason Bourne, Jack Ryan y James Bond resuenen aquí de forma deliberada, pues
por una vez y ojalá que sirva de precedente, un personaje de la franquicia
trata de resolver de manera coherente amenazas terribles que afectan a la vida real (la seguridad
nacional, las libertades civiles y la paz mundial), una amenaza que surge desde
el mismo corazón de S.H.I.E.L.D., y quién mejor que este alma superpatriótica
para evitar el caos en la era post-Snowden, sus poderes son muy rudimentarios y
tras más de seis décadas criogenizado acaba de ser descongelado en un momento
en que en sus país parecía tener claro su destino en el mundo, pero él sabe que
la mayor amenaza para la libertad es el miedo. La trama, en la que también
encontramos resonancias al thriller conspiranóico de los 70 (Los
tres días del Cóndor) se aleja mucho en el tono y la ejecución de la
primera entrega, presentándonos a un Capitán América más gris y humano en
consonancia con el espíritu de los tiempos, el villano cuenta con un
irresistible carisma y encanto y Chris Evans se encuentra cada vez más cómodo
en un papel que le obliga a ubicarse en un mundo muy diferente al que dejó
antes de ser congelado.
¿Qué precio tiene la libertad en un mundo
donde los buenos son tan culpables de
sembrar el terror como los malos? Esa es la pregunta clave que hará que Steve Rogers/Capitán
América se pregunte a la vez ¿qué clase de paz han legado él y su generación a
la nación? Un enigma doloroso para alguien que lleva las barras y estrellas
hasta en su traje. Un film entretenidísimo, vertiginoso, de intachable factura
técnica y gran frescura narrativa.