LUCY LIU, LA VERDAD DEL POEMA

      

      La actriz estadounidense LUCY LIU (Nueva York, 2 de diciembre de 1968), no ha sido ni es ni probablemente será una de las actrices más valoradas y mejor pagadas dentro de esa feria de las vanidades que llamamos Hollywood. Fue su presencia  en la exitosa serie televisiva Ally McBeal, de la cadena FOX, la que le otorgó un gran protagonismo que hizo que fuera reclamada para participar en películas tan mediocres como Los Ángeles de Charlie (2000) y su secuela Los Ángeles de Charlie: Al límite  (2003), aunque ya antes había colaborado con pequeños papeles en films tan interesantes como Payback (Brian Helgeland, 1999), contundente remake protagonizado por Mel Gibson del magistral film de John Boorman A Quemarropa (1967). 

      Hija de inmigrantes chinos, creció en Queens (Nueva York), y su interpretación cinematográfica más celebrada hasta la fecha ha sido dando oxígeno a la villana O-Ren Ishii en el volumen 1 de la obra maestra de Quentin Tarantino Kill Bill (2003), quien parece que volverá a contar con ella para su próximo proyecto, Weekend, junto a Jessica Biel y Sharon Stone. A Lucy parece que le va bien los roles de mujer perversa, pues ya interpretó a una asesina en la oscarizada película musical Chicago (Rob Marshall, 2002). 

       En la que tal vez sea la mejor canción de la historia, “Stairway to Heaven” (Escalera al Cielo, 1971), Led Zeppelin, con la inimitable voz de Robert Plant moviendo su ondulada melena y mirando a las estrellas cantaba “Hay una dama que asegura que todo lo que brilla es oro / y cuando ella llega allí sabe si las tiendas están cerradas / Con una palabra ella puede obtener lo que vino a buscar…”. 

      Ahora, Lucy, miro el cielo reflejado en el tenebroso Lago Bodom, y pisando con mis botas de siete leguas oigo crujir el musgo helado, cruzo la débil niebla de la noche sin miedo, buscando unas manos que me acaricien y recompongan los huesos de mi alma. Porque tú, Lucy, eres esa dama, y yo un dislocado esqueleto colgando de la escalera. Plant, con Jimmy Page regalándonos un solo de guitarra magistral, continúa cantando “Hay dos caminos por donde puedes ir / Pero en la larga carrera / Aún hay tiempo para cambiar tu ruta…”. Sigamos juntos, no tengo sueños que ofrecerte ni sexo ni drogas, recoge mis despojos y subamos juntos otro peldaño, descubramos si hay furor en otra vida.