En el año 2004
el veterano director Mike Nichols
dirigió la interesante CLOSER, el film es una adaptación de
una obra teatral de Patrick Marber estrenada con gran éxito en Broadway que nos
presenta a un escritor frustrado (Jude Law), que redacta necrológicas y que
está a punto de publicar su primera obra.
Aunque vive con una encantadora bailarina
de striptease (Natalie Portman), no puede evitar la tentación de enamorarse de
la fotógrafa encargada de diseñar la portada del libro (Julia Roberts), que
está emparejada con un dermatólogo (Clive Owen).
Closer, ambientada en el Londres
actual, es un film que nos habla de temas tan comunes y universales como el
amor, el deseo, los celos, las infidelidades, los encuentros sexuales
ocasionales y las relaciones cruzadas que dan paso a traiciones muy
destructivas.
Relaciones que no llevan a ninguna parte,
ya que ninguno de ellos sabe qué quiere y a quién quiere. No obstante, la
debilidad que siento por Natalie Portman
me ha hecho distinguir su interpretación en esta cinta como la más bella y
perfecta de su carrera. Su rol de stripper-camarera esconde un personaje suculento,
seductor, enigmático y a la vez frágil, complejo y repleto de matices.
Una suerte de Lolita trufada de femme fatale que nos hechiza desde su primera irrupción y nos hace babear
con la visión de su hermosa anatomía. Pero, que el lector no se confunda: todo
el contenido sexual de Closer está en la inusitada fuerza
de sus diálogos, auténtica metralla para oídos refinados.
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