lunes, 8 de agosto de 2016

CRÍTICA: "ESCUADRÓN SUICIDA" (David Ayer, 2016)

Una cagada monumental
ESCUADRÓN SUICIDA 
Director: David Ayer.
Intérpretes:  Will Smith, Margot Robbie, Viola Davis, Jared Leto, Joel Kinnaman, Jay Hernández, Jai Courtney, Cara Delevingne.
Género: Fantástico / EEUU / 2016 Duración: 123 minutos.    


    David Ayer debutó con el resultón thriller Harsh Times (Vidas al límite) (2005) una historia sobre la amistad, la lealtad y la ambición en las peligrosas calles de South Central en Los Ángeles. Su siguiente película contó con un guión y una historia original del gran James Ellroy, Dueños de la calle (Street Kings, 2008) que con un Keanu Reeves al frente del reparto centra su trama en la corrupción en el seno de la policía. Tras este entretenido film sobre polis malos, Ayer rueda la que hasta la fecha es su mejor película, Sin tregua (End of Watch, 2012), un relato sobre dos policías que patrullan las calles de Los Ángeles con Jake Gyllenhaal y Michael Peña de protagonistas y con muchas secuencias grabadas con la cámara que porta uno de ellos.  No me convencieron Sabotage (2014) un thriller como vehículo para el lucimiento de Arnold Schwarzenegger, ni Corazones de acero (Fury, 2014) film bélico que apenas aporta nada y con un final tramposo. 


   No deja de ser sorprendente que David Ayer se haya situado detrás de la cámara en Escuadrón Suicida, porque con este tipo de artefactos blockbusters o asumes algunos riesgos o la cagas, y Ayer la ha cagado vendiendo su espíritu creador a un imperio tan retrógrado y con normas tan rígidas como la Warner. La historia comienza con la falta de soluciones del gobierno ante una invasión de la Tierra por parte de unos alienígenas con aviesas intenciones. Amanda “El Muro” Waller (Viola Davis) líder de la agencia secreta A.R.GU.S., ofrece una curiosa solución: reclutar a los villanos más crueles, con habilidades mágicas y letales, para que trabajen para ellos. Con reservas, el programa es obtiene luz verde cuando un poderoso y místico enemigo amenaza Midway City, Waller decide entonces reclutar al equipo de prisioneros compuesto por la arqueóloga Junne Moone/Echantress (Cara Delevingne), Deadshot (Will Smith), Harley Quinn (Mrgot Robbie), Diablo (Jay Hernández), Boomerang (Jai Courtney), Slipknot (Adam Beach) y Killer Croc (Adewale Akinnuoye-Abgaje). Todos acceden a colaborar con el gobierno para limpiar sus respectivos expedientes y reciben el nombre de Escuadrón Suicida debido al riesgo de sus misiones. Si se niegan a cumplir las órdenes de Rick Flag (Joel Kinnaman) morirán debido al implante que tienen insertados en el cuello.


     Escuadrón Suicida es un film absolutamente fallido que adapta las aventuras de los superhéroes gamberros de DC Cómics, un patinazo soberbio de David Ayer que siendo además guionista es doblemente responsable del fiasco. Nada de lo que vemos en la pantalla, salvo algunos momentos del prólogo y la actuación de la siempre picante Margot Robbie, resulta mínimamente sustancial, ingenioso o interesante. Es más, el director, consciente de que la película se vende sola y si no ya se encargarán de invertir una montaña de dólares en la promoción, no demuestra ninguna pasión por la tarea  ni mimo por el espíritu de los personajes de papel, perfilados sin ningún carisma, lo que dice mucho de la nefasta dirección de actores y un zarrapastroso guión totalmente plano y sin garra. Escuadrón Suicida ni es una película gamberra, ni irreverente, ni transgresora, ni subversiva, pues se podría proyectar en una guardería sin que la encantadora inocencia de las tiernas criaturas se viera alterada. Nada resulta insurrecto en esta nueva producción Warner tocada por el agua bendita de la corrección política, una tomadura de pelo mal articulada con una villana de pacotilla que no infunde ningún temor, un Jared Leto dando oxígeno a un Joker histriónico y rebosante de tópicos (parece que le ha doblado Rajoy) y un Will Smith haciendo el ridículo camino de la redención por el amor a su hija.  


   Desde ya, el auténtico bluf cinematográfico del verano, Escuadrón Suicida se contagia del postureo que parece reinar en todos los órdenes de esta sociedad mediocre, y los supuestos superhéroes detestables y crueles no pasan de ser una panda de tarugos vestidos con ropa sacada de alguna revista de tendencia underground y pose de malotes poligoneros, que incomprendidos o marginados por la sociedad, quieren espiar sus pecados. La comunión entre el grupo parece total, pero apenas se conocen y muchos de ellos están ahí como relleno de una historia aburrida, desean caer simpático y logran el efecto contrario. De los personajes, sólo se salva Harley Quinn/Margot Robbie por su lado sexy, su locura y lo imprevisible de sus acciones, aunque me la he encontrado en mejores lides, como en El lobo de Wall Street, por ejemplo, pero su lado siniestro es tan de pegote como el del resto de los personajes. Ni siquiera en el plano visual Ayer nos muestra algo imaginativo, y produce vergüenza ajena utilizar  temazos clásicos como Simpathy for the Devil, Paranoid y Bohemian Rhapsody para armonizar un espectáculo tan cochambroso y pretencioso, menos lúgubre que las estancias del castillo de Casper. Ayer tendrá que explicar algún día si la película la ha realizado él o los que han puesto la pasta, pero dará igual porque en cualquiera de los dos casos su prestigio queda dañado, pues ni acierta a enfatizar las relaciones corrosivas del poder y su amoralidad intrínseca, ni se ha visto capaz de servirnos un espectáculo entretenido, que para colmo clausura con un final absurdo y sonrojante. Mala que amarga.

     


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