domingo, 28 de abril de 2013

CRÍTICA DE "COMBUSTIÓN"

Buen cine comercial sin complejos
COMBUSTIÓN êêê
DIRECTOR: DANIEL CALPARSORO.
INTÉRPRETES: ÁLEX GONZÁLEZ, ADRIANA UGARTE, ALBERTO AMMANN, MARIA CASTRO, MARTA NIETO, LUIS ZAHERA.
GÉNERO: ACCIÓN / ESPAÑA / 2013  DURACIÓN: 104 MINUTOS.   
     
    El donostiarra Daniel Calparsoro parece encontrarse en una etapa efervescente de su carrera. Hace pocos meses asistimos al estreno de la irregular Invasor (2012) y ahora nos presenta la que hasta la fecha es la película número ocho de su filmografía aunque, eso sí, sin dejar de lado sus incursiones en el medio televisivo, para el que ha realizado la miniserie de dos capítulos producida por Antena 3 Tormenta, que pudimos ver el pasado mes de febrero. Amante del thriller, el cine de acción y las pasiones al límite (lo que le convierte en una rara avis dentro del panorama nacional), Calparsoro nos presenta esta especie de Fast & furious a la española que nos narra la historia de Mikel (Álex González) que está a punto de casarse con Julia (María Castro) dueña de una prestigiosa joyería heredada de sus padres. Durante su fiesta de compromiso, Mikel conoce a Ari (Adriana Ugarte), una de las camareras del catering.


      Automáticamente surge entre ellos una fuerte atracción, y por más que Mikel intenta controlar su deseo, acabará entre los brazos de ella y abandonando a Julia. Ari anda metida en el mundo de las carreras ilegales de coches, algo que despierta el lado salvaje de Mikel, pero lo que éste no sabe es que el encuentro con Ari no ha sido casual, pues forma parte de un plan ideado por ella y su novio, Navas (Alberto Amman) y que en realidad a lo que se dedican es a seducir a incautos para introducirse en sus casas y robarles. Las cosas se empezarán a torcer cuando Ari se dé cuenta de que se está enamorando realmente de su víctima, lo que desatará la furia de Navas haciendo que todo se vuelva imprevisible.   


      Si el cine español busca que el público juvenil regrese a las salas tendrá que ser con artefactos como éste. Calparsoro lo ha intentado desde siempre con desigual fortuna, aunque fue una lástima que su ópera prima y mejor película hasta la fecha, la sórdida Salto al vacío (1994) tuviera tan mala distribución y como consecuencia pasara tan desapercibida. Con estética de videoclip, COMBUSTIÓN es un buen ejemplo de cine mainstream que no desmerece de otros productos hollywoodienses rodados con presupuestos infinitamente mayores.


      
      Su pulcro aspecto visual, las adrenalínicas carreras de coches de alta gama, la impenitente música electrónica a cargo de Carlos Jean y las magníficas figuras que lucen su trío protagonista, son elementos suficientes para que la función resulte atractiva para ese público adolescente tan alejado de las propuestas que generalmente ofrece el cine patrio, y que sólo busca un entretenimiento pasajero con alicientes como la violencia, la velocidad a tope con coches de lujo, el sexo salvaje y la música dance cañera. El espectador se encontrará con un relato más maduro que 3 metros sobre el cielo, las escenas de acción están rodadas de manera más creíbles y la progresión dramática logra mantener la tensión sin dejar que la narración caiga nunca en el ridículo.


      
      Daniel Aranyó ambienta los escenarios con una climática luz para dibujar auténticas postales urbanas, una prueba del gusto de un todoterreno como Calparsoro para rodearse de competentes artesanos. Dejando de lado los aspectos técnicos, COMBUSTIÓN funciona por el buen pulso de su director y la labor de un trío protagonista envueltos por una química especial; contengan la respiración cuando el apasionado y visceral Álex González y la zorra seductora Adriana Ugarte fundan tórridamente sus cuerpos en una escena soft-core que provoca hormigueos… sin olvidarnos de un Alberto Ammann duro, cruel y camaleónico como pocos demostrar su talento en todos los registros.    


      Como en casi todas las historias, hay una víctima, que en este caso un tipo que se ve enredado en la tela de araña que le tiende una mujer fatal, el camino a la perdición parece estar marcado para él que creía haber encontrado la estabilidad económica y emocional tras un pasado borrascoso que actúa de intrahistoria. El film, tamizado por una pátina cool y una estética sofisticada, en ningún momento tiene proyección de trascender camuflando la simpleza de su guión, actuando sólo como una muestra equidistante de buen cine comercial que se presenta ante el espectador si ningún complejo.  

martes, 23 de abril de 2013

LAS FOTOS HIPNÓTICAS: CARMEN ELECTRA



     CARMEN ELECTRA (Cincinnati, Ohio; 20 de abril de 1972), nacida Tara Leigh Patric, tras mudarse a California de 1972 y conocer al cantante Prince (que la convenció para cambiar su nombre por el más artístico de Carmen Electra), firmó un contrato con la compañía discográfica del famoso cantante que marcó un corto recorrido como vocalista de un grupo de rap. 

     Su figura comenzó a ser conocida a través de varios programas de televisión y fue en 1996, tras aparecer en la revista Playboy, que su fama creció considerablemente, consiguiendo papeles estables en la popular serie Los vigilantes de la playa y en el programa Singled Out de la MTV. En la pantalla grande la conocemos por sus apariciones en infumables parodias como Scary Movie (2000), Scary Movie 4 (2006), Casi 300 (2008) y Disaster Movie (2008). 

   Un cochambroso currículum por el que ni siquiera va ser nombrada en ninguna historia del cine. Sorprendentemente, y a pesar de su fama de sex symbol, Electra ha rechazado casi siempre aparecer desnuda en la pantalla, sólo encontramos un desnudo en los inicios de su carrera en el desconocido film The Mating Habits of the Earthbound Human (1999).


       Ámame lo suficiente, Carmen, y te construiré una cabaña sin grietas en un bosque silencioso. Te cuento: crecí a la sombra de las muchachas en flor, como Proust; miré fijamente el abismo hasta que el abismo me escupió en la cara, como Nietzsche; y sé cuánto pesa mi alma en la balanza de Zeus. Ahora necesito tu cuerpo para sentir fluir mi sangre, para despojarme de esta asfixia que me hace vomitar la vida cada mañana, y gritarle a las sombras que en esta noche fingida voy a quedar inane entre las sábanas, sin voluntad para morder tus labios rojos, para mantener firme el mástil entre el puente de tus nalgas. Sólo abriré los ojos para buscar el azul abrasivo de tu mirada… que calma mi estado febril… los escalofríos del sexo. 

lunes, 22 de abril de 2013

FOTOGRAMAS EN LA RETINA: "HABITACIÓN EN ROMA"



      Hay muchos directores españoles cuya filmografía se puede contar en bodrios por km2 de celuloide: Julio Medem se lleva la palma. Películas como Vacas, La ardilla roja, Tierra, Los amantes del círculo polar, Lucía y el sexo, Caótica Ana y su último pestiño, HABITACIÓN EN ROMA, son ejemplos lo suficientemente representativos de la trayectoria artística de un cineasta que no tiene nada que contar y su incesante, baldía,  búsqueda de un universo propio, un director con ínfulas de auteur que en ocasiones hace gala de una cursilería tan patética como ridícula. 



      Para Habitación en Roma (2010) se inspira en el film En la cama (Matías Bize, 2005) y nos sitúa en el verano de 2008. En un hotel del centro de Roma se conocen dos hermosas mujeres; una rusa, Natasha (Natasha Yarovenko), y otra española, Alba (Elena Anaya). En la habitación del hotel se respira un ambiente cargado de erotismo y sensualidad, durante toda una noche y las primeras horas de la mañana surgen sentimientos nuevos que Alba y Natasha asumen con naturalidad, dejándose llevar por emociones erógenas y sensitivas, desvelando sus vidas y, a pesar de su mutua atracción física, el amor sincero hacia sus respectivas parejas. Una aventura física que les tocará el alma antes de que por la tarde cada una de ellas siga su destino.


     
 
     No hay duda de que el donostiarra Medem se considera un artista de pies a cabeza, pero resulta extraño que pueda engañar a alguien intentando camuflar el goce físico de  dos bellísimas mujeres (que se acarician, se masturban y practican sexo oral), con el lirismo de un discurso que pretende abrir en canal el corazón. 

      Todo es mentira, hasta las situaciones que se suponen trágicas resultan risibles, teniendo en cuenta que lo mejor de la función es la visión de los dos cuerpos desnudos de sus bellas protagonistas y su entrega profesional en la convicción de que estaban creando una obra de arte. Lo peor es que esta impostura falsamente poética parece iniciar una escalada dramática insufrible, cuando en realidad concentra de forma ampulosa el vacío y la banalidad de un cine sin alma, sin sustancia.  

domingo, 21 de abril de 2013

CRÍTICA DE "MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE"

Aquí huele a muerto
MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE êê
DIRECTOR: JONATHAN LEVINE.
INTÉRPRETES: NICHOLAS HOULT, TERESA PALMER, JOHN MALKOVICH, ROB CORDDRY, DAVE FRANCO.
GÉNERO: COMEDIA / EE. UU. / 2013  DURACIÓN: 97 MINUTOS.
     
     En el año 2011 Jonathan Levine nos sorprendió con 50/50 una maravillosa película que basculaba entre el drama y la comedia y que protagonizada por Joseph Gordon-Levitt nos contaba la historia de un chico al que le diagnostican un cáncer y que con la ayuda de su madre, su mejor amigo y una terapeuta irá descubriendo las cosas que verdaderamente importan en la vida. El joven cineasta neoyorquino nos presenta ahora MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE, un film que adapta la novela de Isaac Marion, quien a su vez basó la novela en un corto escrito por el mismo.  


      R (Nicholas Hoult) un zombie resultado de un apocalipsis mundial que deambula como alma en pena por el aeropuerto con otros zombies como M (Rob Corddry). Los dos, junto con otros de su especie, sobreviven gracias a las masas encefálicas de los humanos que aún están vivos y que, además, les permite apropiarse de sus recuerdos. En una de las cacerías se topan con un grupo de humanos del que sobresale Julie (Teresa Palmer) quien ha sido enviada por su padre, el coronel Grigio (John Malkovich) con el fin de que localice medicamentos y otros productos de primera necesidad en alguno de los edificios. R, inmediatamente se siente atraído por ella.


      En un enfrentamiento entre los dos bandos, el novio de Julie, Perry (Dave Franco) cae en las fauces hambrientas de R, alimentándose así de sus sesos y absorbiendo los recuerdos de su vida con Julie. El combate entre humanos y zombies provoca que R se vea obligado a rescatar a Julie y llevársela a su hogar, un avión del aeropuerto, donde su amistad se incrementa. Aunque la atracción es mutua, ella le convence para que le deje regresar con los suyos.


      Sin haber visto la película, mucha gente pensará –para bien o para mal- que MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE es algo así como la versión zombie de la saga Crepúsculo. Craso error porque aun compartiendo el mismo público teen y las bases temáticas del subgénero, la propuesta de Levine se eleva como una narración singular sobre los cruces del destino, la posibilidad de sentir el amor más allá de la muerte y cómo alcanzar la salvación a través de los sentimientos. Aunque su título invita a ello, es cierto que resulta un poco cansino que este tipo de películas utilicen la voz en off como recurso básico, no molesta en exceso pero resta dinamismo a la acción haciéndola más distante.


      Romper el mito de la imposibilidad del amor entre un zombie y una humana parece ser el leit motiv esencial y original de este relato de reminiscencias shakesperianas (R, Romeo, y Julie, Julietta) que ambienta la acción en un escenario postapocaliptico, pero el mayor acierto de sus responsables es no tomarse la cosa demasiado en serio, pues su nula capacidad de trascendencia ayuda a digerir una función que se mueve entre las spoof movie y el cine exploit, entre la comedia romántica y el terror de aquí huele a muerto.  


      Lejos del estilo ñoño y relamidamente kitch de Crepúsculo, Levine nos presenta un film que se ve con simpatía. La historia es simple y sin segundas lecturas más allá de la crítica –no tan soterrada- sobre la incomunicación/zombificación de una sociedad a causa de la adicción a las nuevas tecnologías, que nos convierten en seres catatónicos incapaces de apreciar en su verdadera dimensión las cosas más cercanas, simples y bellas. Con aceptables interpretaciones, sin apenas escenas de acción, mediocres efectos especiales y una buscada indefinición de géneros, el invento pierde fuelle con la melosa historia de amor entre los protas, que se le podía haber sacado un jugo más ácido y gamberro, en la línea de estrambótica parodia que sus responsables intentan construir. Si bien a la película le costará encontrar un público entregado, el mejor consejo es adentrarse en ella con cierto distanciamiento, no puede ser de otro modo con un relato que desmitifica la clásica figura del zombie dotándola de unas emociones hasta ahora imposibles.

martes, 16 de abril de 2013

ESTELLA WARREN, UNA BELLEZA EN UN MUNDO DE SIMIOS

                                   

      Para qué engañarnos, la modelo y actriz canadiense ESTELLA WARREN (Peterborough, Ontario, 23-12-1978) no es nadie en esto del cine, pero, glup, miren las fotos. Sí fue, de jovencita, una gran nadadora, llegando a participar en los Juegos Olímpicos de Atlanta´96 y en los Mundiales Junior, donde consiguió una medalla de bronce. Como muchas modelos, su carrera comenzó por casualidad cuando un cazatalentos se fijó en ella en un desfile benéfico de su escuela, convirtiéndose pronto en modelo de bañadores para la revista Sports Illustrated.


     
  Como era previsible, esto le abrió las puertas del éxito, apareciendo en las portadas de las revistas Elle, GQ, Vanity Fair y en tres números de la versión italiana de la revista Vogue. Su reconocimiento más internacional le llega al protagonizar dos spots televisivos del perfume Chanel Nº 5, dirigidos por Luc Besson y que dieron la vuelta al mundo.


      Su escaso talento interpretativo no ha dado para tanto, recordemos su actuación en el remake de de El Planeta de los Simios (Tim Burton, 2001), en donde no hacía otra cosa que correr de un lado para otro, o en la olvidable Driven (Renny Harlin, 2003) un drama de acción protagonizado por Sylvester Stallone y ambientado en el mundo de las carreras de coches, por no hablar de su aportación a la insustancial comedia Canguro Jack (David McNally, 2003). Una filmografía bastante penosa.



      Deseaba hablar con la luna, y no estaba, quise hacerlo contigo, y tú no estabas. Es por eso, Estella, que la gente piensa que lo nuestro es un reto imposible, un sueño inalcanzable. Nada más lejos de la realidad, ellos no saben que vivo contigo al otro lado de la existencia –penosa lasitud-, llorando entre tus pechos mis anhelos y pesadillas. Un secreto y mórbido ritual en el que tus uñas rojas, tus manos blancas, algo húmedas, son siempre el detonante: con mi lengua tengo que llegar hasta allí, no me importa el tiempo, pero sí tus kilómetros de piernas.                       

                                       

lunes, 15 de abril de 2013

MIS PELÍCULAS FAVORITAS: "EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO"


EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO êêêêê
(PEEPING TOM)
Terror - Gran Bretaña, 1960 - 109 Minutos - Color.
DIRECTOR: MICHAEL POWELL.
INTÉRPRETES: KARL HEINZ BOEHM, MOIRA SHEARER, ANNA MASSEY, MAXINE AUDLEY.
   

    El británico Michael Powell nació en Bakesbourne en 1905 y falleció en febrero de 1990 en California. Interesado desde muy joven por el cine debutó como actor en una película del irlandés Rex Ingram (El jardín de Alá, 1927). Trabajó como ayudante de dirección del propio Ingram y de Jaques Feyder; y como fotógrafo de plató de Alfred Hitchcock. Su estreno como director se produce con las denominadas quotas quickis (películas de bajo presupuesto y corta duración concebidas por la industria cinematográfica británica para hacer frente a la invasión del cine norteamericano), Powell realiza veintitrés de estas películas. Su primer film de cierta importancia es The edge of the world (1937), de esta primera etapa son también conocidas El espía negro (1939) -que es su primera colaboración con el productor húngaro Alexander Korda-, El ladrón de Bagdad (1940) y Los invasores (1941). En 1942 funda con el escritor austro-húngaro Emeric Pressburger la productora The Archers, esta unión va a durar cerca de veinte años y da lugar a más de una docena de films entre los que destacan: Coronel Blimp (1943), Narciso negro (1947), Las zapatillas rojas (1948), Los cuentos de Hoffman (1951) y Luna de miel (1959) film rodado en España protagonizado por Antonio “el bailarín”.
   

     Peeping Tom narra la historia de Mark Lewis (Mark Heinz Boehm) un joven trastornado que padece escoptofilia (perversión en la cual el placer se obtiene de mirar el acto sexual) es decir, algo así como un voyeur al que le gusta mirar morbosamente.  Lo que le ocurre es debido a las experiencias que su padre le sometió de pequeño, filmándole a todas horas. Mark ahora se dedica a asesinar muchachas con un estilete simulado en una de las patas del trípode de su cámara. Con ella filma la agonía de sus víctimas, las cuales contemplan a la vez su propia muerte al verse reflejadas en un espejo colocado encima del objetivo.



    El fotógrafo del pánico es una auténtica joya del cine de terror. Con una ambientación tan extraña como magnética, Powell trasciende con esta película el simple juego cinematográfico para enfrentarnos con la obsesión, la que se traduce de llevar límite cualquier afición -en este caso la de filmar- interpretada como un impulso irrefrenable que no es posible controlar, una perversión que tiene de hecho un diagnóstico evidente y un origen traumático -el padre de Mark era un científico que le utilizó cuando niño como un conejillo de indias para de forma experimental estudiar su evolución y sus reacciones-, sin embargo, sin el estímulo de esa adicción se hace ya complicado vivir.


      No estamos ante un thriller de psicópata al uso, el director de Narciso negro no fragmenta la personalidad de Mark Lewis, joven enfermizo y atractivo que trabaja en unos estudios cinematográficos y también haciendo fotos pornográficas, los ojos han sido sustituidos por la cámara, su mirada está permanentemente tamizada por la misma, y lo que ésta no recoge pierde su embrujo diabólico y excitante. Relato de auténtico entramado psicológico, cierta resonancia biográfica y calculada depravación por parte de sus creadores, el film es un alegato contra las múltiples formas de obtener satisfacción sin que importe los medios para conseguirlo.


    El cineasta, junto a Leo Marks -guionista del film- crea un personaje de maneras elegantes y rostro sereno, si bien en sus ojos se adivinan algunos signos alarmantes de su viciosa inmoralidad, arquetipo que se eleva en su locura donde es feliz, retrato perfecto para que Powell haga un ejercicio de auto-recriminación y una pérfida meditación sobre la imantación visual y el extraño efecto que genera en determinados mecanismos cerebrales. El hecho cinematográfico, la cinefilia, el voyeurismo, todo un complejo juego de espejos que el “malvado” cineasta recrea distorsionando el verdadero objetivo del artista. El film incluye secuencias de un mórbido/decadente erotismo y un sofisticado diseño donde el color -elemento importante en la obra del realizador- intensifica la peculiar atmósfera del film.
   

      Como su autor, denostada e incomprendida en su tiempo, Peeping Tom es hoy en día un clásico del terror psicológico, favorita de directores como Coppola o Scorsese, siendo motivo de estudios y revisiones continuas.