viernes, 23 de septiembre de 2016

DEBORAH HARRY, MÁXIMO ICONO CULTURAL Y SEXUAL DE MI ADOLESCENCIA

    
   
  En el año 1978 yo, el menda, siendo un tierno adolescente que ya no se comía los mocos, acudí al Canet Rock de ese año para ver a Debbie Harry, vocalista de la banda Blondie e icono sexual imperecedero así que pasen los siglos. Actuaban otros grupos que me interesaban (Ultravox, mis vecinos La banda trapera del río) pero yo estaba enamorado de Deborah, de la cual guardaba una extensa colección de fotos y fetiches, que como onanista irredento me ayudaron a sobrellevar una realidad plomiza, mediocre y agobiante. Cuando la vi actuar en directo aquel año, Harry tenía ya 33 años.
    

       Deborah Harry había nacido en Miami (Florida) el 1 de julio de 1945 y a los tres meses fue adoptada por la familia Harry con la que tuvo una infancia normal. En los años 60 trabaja como modelo para Playboy, pero lo suyo era la música, por lo que inició su carrera musical en una banda folk sin ningún éxito. Fue a raíz de conocer al guitarrista Chris Stein en 1973 cuando formaron juntos el grupo Angel & The Snakes, que posteriormente pasó a llamarse Blondie, un nombre que según cuentan se le ocurrió a Debbie cuando un camionero que quería un encuentro sexual con ella llamó su atención con un ¡Hey, rubita!, debido a su pelo rubio platino. La banda pensó que el nombre les venía muy bien comercialmente, pues sus discos se encontrarían en la letra B de las tiendas de discos junto a los Beatles, donde más suele mirar la gente.


       Una vez que estuvo formada la banda con Clem Burke (batería), Jimmy Drestri (teclado), Gary Valentine (bajo), Chris Stein (guitarra) y Deborah Harry (vocalista), Blondie, que comenzó como un grupo de punk-rock derivando posteriormente hacia la corriente New Wave, se convirtió en toda una referencia estética y musical de finales de los 70 y 80, creando éxitos tan contundentes como Once I Had A Love, Heart of Glass, Atomic, Dreaming, Union City Blue, Call Me, María


       Debbie, por supuesto, se convirtió en una de las mayores influencias para divas del pop como Madonna, y como curiosidad contaremos que a sus 54 años Harry entro a formar parte del Libro Guinnes de los récords como la mujer de más edad (54 años) en conseguir un número 1 en las listas  musicales gracias a “María”, y Blondie también por aparecer número 1 en tres décadas consecutivas: 1970, 1980 y 1990, ya que el tema citado aparecía en el álbum de 1998 “No Exit”.


      Deborah Harry, que actualmente tiene 71 años, alternó en los 80 su carrera musical con la cinematográfica. Así, nos la encontramos formando parte del reparto de Union City (Mark Reichert, 1980) junto a otra reina del rock como Pat Benatar. Pero, sobre todo, es recordada por su actuación junto a James Woods en el film de culto del canadiense David Cronenberg Videodrome (1983), una magnífica película de tono fantástico y cyberpunk en la que un operador de televisión por cable descubre un día la televisión “real” llamada Videodrome. El film fue catalogado por Andy Warhol como La Naranja Mecánica de los 80.


     Deborah siguió participando en comedias como Forever Lulu (Amos Kollek, 1987), Satisfacción (Joan Freeman, 1988). También participó en película la episódica Historias de Nueva York (Scorsese, Coppola, Allen, 1989), en productos de terror irregulares como El gato infernal (John Harrison, 1990) y La bolsa de cadáveres (John Carpenter, Tob Hooper, 1993). Hizo su incursión en el cine independiente participando en Heavy (James Mangold, 1995), en la comedia musical Six Way to Sunday (Adam Bernstein, 1997) y en el drama de temática homosexual The Fluffer (2001). También la pudimos ver en un papel en la comedia romántica Todo lo que quiero (Jeffrey Porter, 2002), en el drama pandillero Jóvenes salvajes (Scott Kalvert, 2002), en el film sobre la adicción a las drogas Spun (James Akerlund, 2002). En el año 2003 Peter Greenaway le ofrece un papel en la aventura romántica Las maletas de Tulse Luper, y la directora española Isabel Coixet requiere su concurso para formar parte del reparto de Mi vida sin mí (2003), y la vuelve a dirigir en otro drama romántico, Elegy (2008), junto a Penélope Cruz.


       Debbie Harry sigue siendo hoy, tal vez más que nunca, un reivindicado icono cultural, estético y sexual, en el recuerdo nostálgico de quien fue durante muchos años una diosa espectacular de la escena musical, que ha dejado una huella indeleble en varias generaciones de todo el mundo. Musa del mítico club CBGB e inmortalizada por el genial Warhol, ha servido de referencia para actrices como Scarlett Johansson y reinas del pop como la citada Madonna y Lady Gaga. De ahí, este sentido tributo de unos de sus fans primigenios más incondicionales. 



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