domingo, 4 de septiembre de 2016

CRÍTICA: "NO RESPIRES" (Fede Álvarez, 2016)

Una de las mejores películas del año
“NO RESPIRES” ★★★★
Director: Fede Álvarez.
Intérpretes: Jane Levy, Stephen Lang, Dylan Minnette, Daniel Zovatto.
Género: Suspense / EEUU / 2016 Duración: 88 minutos.


   Nadie por estos lares había oído hablar del director uruguayo Fede Álvarez cuando en el año 2013 presentó su potente remake del clásico de culto de Sam Raimi Posesión infernal. Nada extraño pues hasta entonces sólo había firmado dos cortos, El cojonudo (2005) y ¡Ataque de pánico! (2009), que gustaron mucho al mítico director norteamericano, pero a raíz de su nueva versión de aquel revolucionario film de 1981 se convirtió en una de las grandes esperanzas del cine de terror, con una legión de fanáticos del género que esperábamos como agua de mayo su próximo proyecto. 


    Tras asistir al estreno de No respires, estoy en condiciones de afirmar que Fede Álvarez ha firmado una de las mejores películas del año junto a La invitación, un film que así que pasen los años seguirá siendo reivindicado.


   La trama es la siguiente: Tres jóvenes, Rocky, Alex y Money (Jane Levy, Dylan Minnette y Daniel Zovatto) creen haber encontrado la gran oportunidad de cometer el robo perfecto. Su objetivo será un hombre ciego y solitario (Stephen Lang) que posee un millón de dólares oculto. Pero tan pronto como entran en la casa del invidente, un veterano de guerra, serán conscientes de su error, pues se encontrarán atrapados y luchando por sobrevivir contra un poderoso psicópata que carga con su propia tragedia y secretos ocultos.


    Dentro de ese subgénero del thriller y el terror denominado "invasión del hogar" que tan buenos ejemplos nos ha dado el cine en los últimos años (Los extraños, Secuestrados, Tú eres el siguiente), Fede Álvarez vuelve a demostrar su pericia para la puesta en escena y la economía narrativa situando la acción en la fantasmal ciudad de Detroit, que con su herrumbre y abanico de sueños rotos se impone como uno más de los personajes de la función. De nuevo le distingue su habilidad para jugar de manera sublime con los espacios cinematográficos dentro de las laberínticas estancias de una casa aislada propiedad de un exmilitar ciego que poco a poco se eleva como el rey en el país de la oscuridad. Y es que el cineasta uruguayo consigue rizar el rizo y que el espectador se posicione al lado de los intrusos y en contra de la supuesta víctima que, adivinamos pronto, no está tan indefensa.


    En No respires Fede Álvarez saca todo el jugo al sencillo guión coescrito junto a Rodo Sayagués para crear un musculoso relato de suspense y atmósfera subyugante, haciendo un uso magistral del silencio y el formato panorámico, sin abusar de los efectos de sonido, rodando las escenas de acción sin anestesia y diseñando un mortal juego del gato y el ratón dentro de una vetusta y desvencijada casa en donde anida secretamente el horror, que verá perturbada su quietud por tres rateros de la white trash que ni mucho menos  esperan encontrarse con una auténtica máquina de matar.


      Es en la sorpresa y angustia de los tres asaltantes pardillos cuando un enorme Stephen Lang agiganta su vigorosa figura para evitar que su terrible secreto salga a la luz, algo que le importa más que un botín que se antoja como el triste recordatorio de un funesto suceso que ha marcado para siempre su existencia. Con ecos de Sola en la oscuridad y Terror ciego, en No respires todo está teñido por una pátina de tristeza y fatalismo, desde el desolador y lúgubre escenario de una ciudad decadente y sin horizonte, la disfuncional familia de Rocky que se refugia en sus ensoñaciones, hasta el drama íntimo del invidente, para quien el tiempo se paró un aciago día. 


     Ingredientes para construir una sugerente pieza de cámara que funciona como un reloj suizo, una miscelánea de géneros que no ofrece al espectador ni un segundo de respiro hasta el angustioso clímax final, culmen de la pegajosa turbiedad de un relato que puede servir como austera introspección de la maldad humana en un tiempo de náufragos y supervivientes, en donde el debate sobre la moral ha quedado ya superado. Estamos, amigo lector, ante un magnífico y sensorial ejercicio de suspense y estilo rodado con muy mala baba (presten atención al momento en que uno de los personajes va a necesitar unos enjuagues de Listerine) que con una tétrica fotografía de Pedro Luque y una incisiva música de Roque Baños nos acerca a un terror muy físico, al terror total, que siempre nace de la fiebre y la codicia humana.     


2 comentarios:

  1. Pues mira que no me había llamado la atención la película esta. Habrá que hacer por verla. Encima me he dado cuenta leyéndote que tengo pendiente "Secuestrados". Uf....

    Un abrazo

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  2. Siendo así, te la recomiendo encarecidamente, José. Los directores latinos se nos muestran muy inspirados en los últimos años, el también uruguayo Rodrigo Plá acaba de firmar la magnífica "Un monstruo de mil cabezas". Espero que el recorrido comercial de esta cinta sea excelente ya que el thriller y el terror son géneros que suelen triunfar en tiempos de crisis. Pasarás un buen/mal rato en el cine, fresquito, solo o en buena compañía. Por cierto, "Secuestrados" es una de las mejores películas de los últimos diez años.

    Un abrazo.

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