martes, 19 de julio de 2016

OLGA KURYLENKO AMA ESPAÑA, Y YO LA AMO A ELLA


   Olga Kurylenko (Berdyansk, Ucrania, 14-11-1979), fue descubierta por una buscadora de modelos mientras se encontraba de vacaciones en Moscú a la edad de 15 años. Un año más tarde llegó a Francia, donde su 1´75 de estatura, su boca grande de labios pulposos y sus felinos ojos verdes le abrieron un ancho camino en  el mundo de las pasarelas. 
   
  
    Pero el sueño de Olga era ser actriz, y tras obtener la nacionalidad francesa en 2001, la oportunidad le llegó cuatro años más tarde con el film L´Annulaire, actuación que le valió el certificado Excellence Award en el Festival de Brooklyn. Tras participar en la película colectiva Paris, je t´aime, junto a Elija Wood, su carrera se abre al mercado internacional con títulos como Hitman (2007), Max Paine (2008) y, sobre todo, su papel como chica Bond en la última película de 007, Quantum of Solace (2008). Recientemente la hemos podido ver coprotagonizando junto a Tom Cruise la peli Sci-Fi Oblivion (2013). Tuvo un especial protagonismo en la serie de televisión Magic City (2012), una historia sobre la mafia en los años 50 creada por Mitch Glazer para la cadena Starz.


     Pudimos contemplar su belleza dando oxígeno a la hermosa camarera Ayshe en El maestro del agua (2014) el drama bélico que supuso el debut como director del actor neozelandés Russell Crowe. Fue requerida por Fernando León de Aranoa para su película con un reparto más internacional, Un día perfecto (2015), y tiene previsto un estreno para el próximo 22 de julio, La correspondencia (Giuseppe Tornatore, 2016) en la cual encarna a una joven universitaria que trabaja como doble en escenas de acción en películas y series de televisión y comparte protagonismo con  a Jeremy Irons.
  

   Olga se muestra enamorada de España, y comenta en una entrevista que puede que en otra vida fuera española, un país que le ha dado satisfacciones tanto profesionales como personales. De España le gusta su música, su gente y, en especial, su lengua: “Me encanta su sonido, es un idioma muy bonito y sexy”. Un gran halago para los que presumimos de hablar y escribir un poquito bien nuestra lengua materna y estamos convencidos de su exquisita e infinita riqueza. He de reconocer que pocos cuerpos de cine me resultan tan atractivos como el de esta ucraniana de 29 años, cuyas medidas 87-59-90 se ajustan con elegancia a la elasticidad de mis sueños. Con obsesión entomológica colecciono, escruto y babeo sus fotos tratando de oler entre sus muslos el verde musgo de los Cárpatos. Porque el sueño también es asfixia, Olga.

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