miércoles, 13 de julio de 2016

LAS MUSAS ATÓMICAS DE RUSS MEYER: RAVEN DE LA CROIX

     

   La actriz estadounidense Raven De La Croix (Nueva York, 24 de agosto de 1947) es sobre todo conocida por su espectacular debut como Margo Winchester en la inolvidable película de Russ Meyer Up¡ (1976). Hija del artista Knox Martin y nieta del pionero de la aviación William Knox Martin, tuvo un papelito en la comedia teen The Chicken Cronicles (Frank Simon, 1969). Su presencia fue mucho más sustancial en la película de serie B The Last Empire (Jim Wynorski, 1984) una zarrapastrosa cinta de aventuras que sitúa la acción en un pasado lejano donde tres bellas mujeres, miembros de una tribu olvidada, luchan contra un genio maligno que planea destruir su imperio perdido.


     En el año 2001 participó junto a otras míticas y voluptuosas mujeres de la factoría Russ Meyer (Kitten Natividad, Haji) en la comedia The Double-D Avenger (William Winckler). Pero, dejando de lado toda esa chatarra, el papel que la encumbró como sueño húmedo de varias generaciones de espectadores fue el de Margo en la explosiva comedia dirigida por Meyer Up¡ (conocida en España por el título de Megavixens Up¡), que con una delirante trama sobre un tipo que guarda un asombroso parecido con Hitler y vive retirado en su castillo dedicado a saciar sus apetitos sexuales preferentemente de retaguardia, pero que muere devorado por un pez carnívoro que una mano criminal ha deslizado mientras se bañaba. 


    Una enfebrecida historia que sólo es una excusa, como ocurre en todas las obras de Meyer, para mostrar una serie de mujeres esculturales, exuberantes, neumáticas y explosivas que convirtieron sus apariciones cinematográficas en los momentos más lúbricos y carnosos del cine. Actriz, diseñadora de vestuario, bailarina y productora, Raven De La Croix fue la única actriz de Mayer que se sometió a una reducción de busto tras aparecer en Up¡

2 comentarios:

  1. ¿Por qué se sometió a una reducción de busto? ¡Con lo bien que estaba tal cual!

    Un abrazo.

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  2. También yo lo creo, pero supongo que sería por problemas físicos y, tal vez, para tratar de alejar el pegajoso e insistente acoso al que siempre y en todo lugar se veía sometida. De La Croix poseía un magnetismo tan potente que hacía que casi todos los hombres se comportaran como sucios animales. Yo la comprendo...

    Un abrazo.

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