sábado, 18 de noviembre de 2017

CRÍTICA."68 KILL" (Trent Haaga, 2017)

    
68 KILLêêê
   

   Trent Haaga, especialista en comedias negras rodadas con presupuestos de guerrilla (recordemos la muy digna Chop, 2011) nos presenta ahora este thriller que mezcla el romance y la comedia para narrarnos la historia de Chip (Matthew Gray) y Liza (Annalynne McCord) una pareja realmente peculiar. Cuando Liza convence a Chip para robarle 68.000 dólares a su ruin jefe, a quien satisface sexualmente a cambio de dinero, Chip comienza a descubrir el lado oscuro de Liza. Ahora Chip tiene un arma, una chica en el maletero del coche (Alisha Boe) y menos de 24 horas para tratar de salir del peligroso lío en el que se ha metido.
  

  Convertido con sólo dos películas en un director de culto, Haaga, con una afianzada carrera como guionista, nos hace pasar una hora y media de entretenimiento puro y duro demostrando el talento que atesora. Beneficiándose de unos competentes intérpretes y un aseado libreto coescrito entre el propio director y Bryan Smith, sigue los pasos de una pareja con una vida sexual muy particular y en la que ella, la impulsiva psicópata Liza, lleva la voz de mando, también como maestra de iniciación de Chip en el crimen en el mundo del crimen. 


   Las acciones de violencia extrema (algunas de ellas protagonizadas por el sucio y retrasado psicópata hermano de Liza) se ven asaltadas por situaciones y diálogos sumamente hilarantes. Y es que la trama de 68 Kill da para muchas secuencias escabrosas y rocambolescas protagonizadas por personajes caricaturescos. En el tono y los giros argumentales podemos apreciar el eco referencial de Tarantino, pero Haaga consigue imprimir su sello personal y mantener la intensidad del relato hasta los créditos finales.


    Por cómo le hace el amor, Chip tendría que haber intuido que algo no funciona bien la cabeza de Liza, pero él está enamorado hasta las trancas de ella y el amor es ciego, sin embargo, está lejos de imaginar la personalidad macabra y sanguinaria que oculta su preciosa y rebelde compañera. Peor, no lo quiere imaginar. Chip, en su huida adelante, tendrá tiempo de enamorarse de nuevo de otro bellezón (Alisha Boe) pero el fugaz romance terminará trágicamente. 


   Así, al protagonista se le acumulan las desgracias siempre rodeado y siendo víctima de mujeres fatales: atención a su despertar después de haber sido drogado en un motel de carretera y al momento íntimo con la rubia en el almacén de la gasolinera. 68 Kill fusiona con desparpajo el gore y el humor disparatado en escenas bien planificadas, derivando en una divertida gamberrada rodada con oficio y estilo, y concluye obligando a Chip a recapacitar sobre su sensible tendencia al enamoramiento fácil. Me gusta la carrera iniciada por este director californiano.

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