miércoles, 1 de noviembre de 2017

CRÍTICA: “EL AMANTE DOBLE” (François Ozon, 2017)

    

   
"L´AMANT DOUBLE" êêê
   
  
    Lejos de las mejores obras de François Ozon (Joven y bonita, En la casa, Frantz), El amante doble sigue a Chloé (Marine Vacth) una joven de apariencia frágil y depresiva que se enamora de Paul (Jérémie Renier) su psicoanalista. Unos meses más tarde los dos se van a vivir juntos, pero pronto ella descubrirá que su amante le ha ocultado durante todo este tiempo una parte oscura de su identidad, con la que Chloé acabará obsesionándose.

  
   Si todos estaremos de acuerdo en que Brian De Palma estaba obsesionado con Hitchcock y no perdía ocasión para el plagio u homenaje, Ozon, basándose en un texto de Joyce Carol Oates, emula aquí a De Palma en un thriller psicológico sobre una mujer que se enamora de su psicoterapeuta y descubre que tiene un hermano gemelo con el que comparte profesión. El director galo utiliza la figura del doppelgänger (ya saben, el gemelo malvado) para empujar a Chloé a los brazos de dos psicoanalistas idénticos pero de personalidades muy dispares: Paul es sensible, sereno, romántico, empático y comparte con Chloé una vida doméstica y sexual convencional; Louis es un usurero arrogante y violento, y mantiene con ella una relación sexual tensa y salvaje. Así, el relato se va convirtiendo en un pasaje de los espejos deformantes de la mente y el alma que se nos antoja más sugerente en lo conceptual que en la pura credibilidad.

   
   Ozon tiene el suficiente oficio para que el espectador no desconecte de la historia, pero somos muchos los que creemos que esto es debido también al poder magnético de Chloé; Marine Vacth dota a su personaje de una belleza tan lánguida como distante, de una sensualidad tan fría como morbosa. 


    La película arranca con una imagen potente, creativa y metafórica: un primer plano de una vagina que va mutando en el ojo lloroso de la protagonista (tal vez un sentido homenaje al ojo de El perro andaluz de Buñuel), primer anuncio del juego entre fantasía y realidad que desborda los márgenes del delirio y que será la deriva de un relato en donde el deseo y el sexo, la sumisión, la atracción de lo prohibido, las fracturas emocionales, los triángulos fatales, el goce y la depresión acaban por fundir ilusión y realidad en un ejercicio de alquimia que busca el golpe de efecto, el éxtasis, la fiebre y el vértigo en un laberinto de máscaras.

2 comentarios:

  1. Me gusta el director y tengo muchas ganas de verla.

    Un abrazo.

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  2. ¡Hombre, Ricard! Creía que te habías perdido en los tormentosos parajes de la nueva república. Es broma, supongo que, tardará, pero todo se irá calmando, aunque debe ser bastante estresante vivir ahí, en donde tengo a mis dos hermanas, con todo lo que está pasando. Bueno, tú al menos vives en Igualada que está un poco alejada del epicentro del follón.

    En fin, a mí también me gusta Ozon, y creo que "En la casa" es su mejor película hasta la fecha. Pero ésta no está mal, y como babeo por Marine Vacth, ya sebes "Joven y bonita", pues sólo por ella vale la pena.

    Un abrazo.

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