domingo, 22 de octubre de 2017

CRÍTICA: "GEOSTORM" (Dean Devlin, 2017)


"GEOSTORM" ê


  Debut de Dean Devlin que hasta ahora sólo había dirigido en el campo de la televisión, Geostorm sigue a un ingeniero diseñador de satélites, Jack (Gerard Butler) que tras un fallo en cadena de la mayor parte de los satélites meteorológicos de la Tierra, deberá formar un equipo con su hermano Max (Jim Sturgess) con quien hace tiempo que no se habla, para viajar al espacio y salvar al planeta de una tormenta artificial de proporciones épicas… todo ello mientras en la superficie del planeta se está gestando un complot para asesinar al presidente de los Estados Unidos.

   
   Si algo no es posible decir de la función es que cuenta con un argumento original, y es que Devlin, digámoslo ya, ha sido colaborador habitual de Roland Emmerich, con el que comparte su afinidad destroyer, el gusto casi erótico por la recreación de catástrofes y la rebelión de la fuerza de la naturaleza capaz de devastar ciudades enteras, como pueril alarma o toque de atención sobre el cambio climático y los desastres medioambientales. 


   La ciencia ficción de la historia se hace evidente cuando nos presenta a un latino, Andy García, encarnando al presidente norteamericano, y en él se centra una subtrama en forma de conspiración que tiene como objetivo eliminarle, relato que se alterna con la tragedia cósmica en donde los héroes pondrán en juego sus vidas para salvar al planeta… sin importar que la trama desprecie las más elementales leyes físicas en sus elucubraciones sobre los desequilibrios geológicos y climáticos.

   
  Avisados de que una trama en la que un científico (Gerard Butler con el piloto automático) con la ayuda de expertos de otros países crea una estación espacial para controlar fenómenos meteorológicos extremos no es muy verosímil, uno puede disfrutar de la recreación digital de los efectos de las catástrofes climáticas en su más destructora dimensión. Pues nada es posible resaltar de las insustanciales líneas de los diálogos, las forzadas emociones de los personajes y sus íntimas batallas. 


Geostorm es cine viejo, caduco, mil veces visto, y aunque como coguionista y coproductor junto a Emmerich de productos como Independence Day, El día de mañana o 2012, Devlin maneja con soltura los códigos de este subgénero, no encuentra nunca el apoyo dramático y la pureza de los sentimientos, dispersando la historia con subtramas mal ensambladas y buscando impactar al público con secuencias como la del poblado congelado de Afganistan y la playa de Brasil, las conducciones de gas de Hong Kong o la terrible tormenta de enormes granizos. Es decir, la fiebre más superficial del espectáculo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario