domingo, 7 de septiembre de 2014

MIS PELÍCULAS FAVORITAS: "EL CAZADOR"

EL CAZADOR
(THE DEER HUNTER)
Drama Bélico - USA, 1978 - 180 Minutos.
DIRECTOR: MICHAEL CIMINO.
INTÉRPRETES: ROBERT DE NIRO, CHRISTOPHER WALKEN, JOHN SAVAGE, JOHN CAZALE, MERYL STREEP.

    Michael Cimino (Nueva York, 1941) cursa estudios de arquitectura y arte, contratado para trabajar en televisión escribe varios guiones, uno de ellos Harry, el fuerte (Ted Post, 1973) le ofrece la posibilidad de conocer a Clint Eastwood, quien a su vez le brinda todos los recursos para que debute en la dirección con un film titulado Un botín de 500.000 dólares (1974) sobrio policíaco protagonizado por la estrella californiana. Debido al éxito de El Cazador, Cimino rueda con grandes medios La puerta del cielo (1980) excelente pero incomprendido western que resulta un sonoro fracaso, y como consecuencia de ello se pasa algunos años sin dirigir, hasta que en 1985 realiza Manhattan Sur, uno de los mejores thrillers de los 80 cuyo escenario es Chinatown. El Siciliano (1986) es un irregular biopic sobre las andanzas del mítico bandido Salvatore Giuliano, que tampoco funciona comercialmente. Tras otros cuatro años de penitencia realiza 37 horas desesperadas (1990) protagonizada por Mickey Rourke, es un fallido remake del espléndido film de William Wyler Horas desesperadas (1955). Sunchaser (1996) la última película que vi firmada por él antes de sus problemas de identidad está protagonizada por Woody Harrelson y es un relato con un claro mensaje sobre la ecología y los orígenes tan desmitificador como toda su obra.
   
    Su mayor éxito lo alcanza Cimino con este impresionante fresco sobre el dolor y la pérdida de la inocencia, al narrar la historia de un grupo de amigos que se alistan para combatir en la Guerra de Vietnam, y con ello romper durante un tiempo su monotonía laboral y social buscando el riesgo, la acción y reafirmar así su virilidad. La película está dividida en dos partes; una primera en la que Michael (Robert De Niro), Nick (Christopher Walken) y Steven (John Savage), obreros siderúrgicos en Clairton (Pensylvania) pasan la vida trabajando en la acería y el tiempo libre cazando y tomando cervezas en el pub, una primera parte que finaliza con la preciosa boda de Steven bajo el rito ortodoxo; la segunda parte, metidos ya de lleno en el fragor de la guerra, nos volvemos a encontrar a los tres amigos que han sido hechos prisioneros por el viet-cong, quienes para pasar el rato y entretenerse les obligan a jugar a la ruleta rusa. Los amigos consiguen escapar, pero sólo Michael regresará sano y salvo. Steven, con las piernas machacadas, ha quedado invalido para toda la vida, y Nick, que ha perdido la razón y se ha convertido en jugador profesional de ruleta rusa, morirá sin que Michael pueda impedirlo.
    Aunque el cine ya estaba dando muestras de su preocupación por el tema con películas como Los visitantes (Elia Kazan, 1972) y El regreso (1978) un film de Hal Ashby que compitió por los Oscars en la misma edición que El Cazador, Cimino nos ofrece una mejor y más amplia panorámica sobre tan devastador y absurdo conflicto bélico, porque como se verá a lo largo de su obra posterior, es un cineasta especialmente sensibilizado con la problemática social y política de su país, de ahí que el tratamiento psicosocial de sus personajes sea meridianamente distinto al de otros films sobre la misma temática que se estrenaron en los años siguientes, es el caso de: Apocalipse Now (1979), Platoon (1986) o La chaqueta metálica (1987) -de Corazones de hierro podéis encontrar mi opinión en la crítica en este blog-. El film comienza mostrando la cotidianidad de un pueblo perdido de la América profunda, habitado en un alto índice por emigrantes rusos y en el que la industria siderúrgica se impone como medio laboral de subsistencia. En ese entorno, un grupo de amigos con el horizonte vital muy limitado y un poco hastiado del trabajo agotador y mecánico de la fábrica, se relajan cazando ciervos y cantando canciones en el bar donde generalmente se reúnen, un hábitat muy común en muchos pueblos de América, empero como se puede apreciar un poco desalentador y falto de emociones reales. Por eso, la ruptura material y emocional de su monótona existencia, alistándose en el ejército para acudir voluntarios a la guerra, puede representar -no saben lo equivocados que están- una prolongación de sus cacerías domingueras. La boda ortodoxa queda también enmarcada dentro de esa dinámica peculiar de la comunidad, y sirve -aunque pueda parecer pura recreación por su belleza- para acentuar más la tragedia que se avecina, de la que nadie es aún plenamente consciente, pues sus inimaginables consecuencias deben ser para ello vividas.

    Escenas de batallas, mecanismos de pulsión de la guerra, llamas de un infierno que envuelve la naturaleza salvaje, degradación del ser humano, llanto, derrota y locura. Cuando Michael regresa al pueblo comienza a percibir los síntomas normales por la traumática experiencia sufrida: incapacidad para comunicarse, dificultad para amar, falta de generosidad para ser amado, aislamiento... El horror de la guerra le ha vaciado, de manera magistral Cimino nos refleja su dolor, su soledad, ese autismo que le impide comunicarse, no se siente dispuesto para asistir a la fiesta que le tienen preparada para celebrar su regreso, ni para hacer el amor a la mujer que secretamente siempre ha deseado, el agotamiento físico y moral se lo impide. La amistad y el efecto que se desprende del inquebrantable compañerismo, valor constante en la filmografía del director de El siciliano, también está ejemplarmente identificada aquí; en una de las mas emotivas y violentas escenas del film, Michael no logra convencer a Nick para que vuelva con él y ve como su amigo se dispara en la cabeza. Pero es que Nick ya no le reconoce, hace tiempo que no forma parte de este mundo. Steven sí asiste en silla de ruedas al funeral de su amigo, en el cual todos homenajearán al fallecido cantando el “Good Bless América”. Puede parecer que sus hazañas han terminado, su difícil integración social, el insomnio, las pesadillas les demostrarán lo contrario. 

     A diferencia de otros films sobre el conflicto, en los que algunos personajes maldicen la hora que pisaron suelo vietnamita para formar parte de esa contienda descabellada a miles de kilómetros de su país, el estilo elocuente de Cimino, no necesita ningún subrayado para dejar claro que la espiral en que se han visto envueltos los amigos de Clairton ha dejado para siempre atomizadas sus vidas. La película ganó cinco Oscars de Hollywood incluido el de Mejor Película y abrió el camino para todo un alud de films sobre esa guerra -la mayoría execrables- que intentaron aprovechar su éxito. Señalar, como nota curiosa y dramática, que uno de los coprotagonistas del film, John Cazale -interesante actor que, además de en la presente, se encuentra en varias de mis películas favoritas: Tarde de perros, La conversación-  se encontraba enfermo de cáncer terminal durante el rodaje de la película. Estaba casado con Meryl Streep y sus escenas se tuvieron que ser filmadas al principio debido a su grave enfermedad, de la que moriría poco tiempo después. Para terminar, atención al tema musical central a cargo de The Shadows, aunque tristón y profundamente melancólico, maravilloso e inolvidable. 

4 comentarios:

  1. Es una de las películas más hermosas del cine americano. En su estreno español, algunos la acusaron de ser ideológicamente ambigua (o abiertamente fascista), pero a Clint Eastwood le pasó lo mismo. En cambio, "La puerta del cielo" debe su fracaso comercial en buena medida a su enfoque abiertamente izquierdista. Cosas.

    Un abrazo.

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    1. Recuerdo haber visto de estreno esta película en el maravilloso cine Guinart de Sant Feliu de Llobregat (1.440 butacas); recuerdo haber comentado el esfuerzo de John Cazale (a la postre marido de Meryl Streep en aquellos momentos) por rodar la película a pesar de que un cáncer terminal le estaba devorando; y recuerdo la sensación de plenitud al abandonar la sala tras haber disfrutado de una obra maestra redonda, total y absoluta... pero no recuerdo que el film fuera tachado de fascista por alguien, aunque no me extraña porque en aquellos convulsos tiempos cualquier converso casposo podía llamar alegremente fascista a cualquiera. Algo ha cambiado la cosa, pero lo cierto es que como a mí sólo me interesa la obra artística que disocio de la personalidad de su creador e incluso de su contaminado mensaje. Por ejemplo, Leni Riefenstahl, famosa por sus producciones propagandísticas de la Alemania nazi, firmó un puñado de obras maestras y me importan un pimiento sus connotaciones ideológicas, religiosas o sexuales. Yo juzgo las obras, no al artista. Para eso está la historia y, sobre todo, el martillo pilón de la propia conciencia.

      Un abrazo, Ricard, oye, me asombra que escribas tan bien en castellano cuando la mayoría de catalanes que conocí en Barcelona y tenían como lengua materna el catalán, cometían unos derrapes tremendos. Se nota que tu formación y educación han sido excelentes, lo cual me alegra y confirma mi impresión de la distancia sideral que separa a los ciudadanos de la mediocre clase política que padecemos.

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  2. Bueno, a mí tampoco se me ocurriría nunca juzgar una película según su ideología; otra cosa es cuando el planteamiento resulta simplista o maniqueo. Puede que fuera una excepción pero tengo entendido que al crítico de cine de "El País" casi lo echan por hacer una crítica positiva de "El cazador".

    Gracias por afirmar que escribo muy bien en castellano. No creo que sea un gran mérito, mi educación ha sido fundamentalmente en ese idioma. A veces, sin embargo, se me escapa alguna catalanada. En realidad, tengo más problemas con el catalán y con el blog me echa una mano mi santa esposa que lo domina mucho más que yo. En cualquier caso, no te quepa duda de que los catalanes que se equivocan con el castellano probablemente tampoco anden muy finos en su lengua materna. Un abrazo.

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  3. Comprendo. Pues dominándolo tan bien y como ya te comenté en cierta ocasión, será una tentación convertir el blog en bilingüe, aunque sólo sea para buscar una mayor expansión en ámbitos tan populosos como Sudamérica y Estados Unidos, mi experiencia me dice que el 60 % de las visitas de mi blog -también de cualquier otro escrito en castellano que tenga un mínimo interés- pertenecen a Centroamérica, Sudamérica y Estados Unidos. Tú, que tienes la oportunidad, huye de reduccionismos y ábrete a otras tierras de España y del mundo. Resulta en verdad gratificante.

    En fin, es tu decisión, yo te seguiré igual, da recuerdos a tu santa esposa y págale los favores con un beso, una sonrisa y una rosa.

    Un abrazo

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