lunes, 16 de junio de 2014

UN DÍA DE FURIA (1992)

¿Y yo soy el malo?
UN DÍA DE FURIA
(FALLING DOWN)
Policíaco - USA, 1992 - 112 Minutos.
DIRECTOR: JOEL SCHUMACHER.
INTÉRPRETES: MICHAEL DOUGLAS, ROBERT DUVALL, BERBARA HERSHEY, FREDERIC FORREST.


    A sus 54 años, el director neoyorquino Joel Schumacher cuenta con un currículum de más de una docena de títulos, la mayoría de ellos tan mediocres como prescindibles, films como: La increíble mujer menguante (1981), St. Elmos, punto de encuentro (1985), Jóvenes ocultos (1987), Un toque de infidelidad (1989), Línea mortal (1990), las dos secuelas de Batman -Batman forever (1995) y Batman & Robin (1997)-, o las más recientes Asesinato en 8 m.m. (1998) y Tigerland (2000) forman parte de una carrera muy desigual -algunos dicen de encefalograma plano- alterada positivamente en 1992 con Un día de furia, sin duda su mejor película, sima que no ha vuelto a alcanzar desde entonces, algo que el mismo cineasta reconoce. Inició su andadura profesional en los setenta en trabajos publicitarios y como diseñador de vestuarios en títulos como El dormilón e Interiores, ambas de Woody Allen, hasta que debutó con el telefilm The Virginia hill story. Pero, ¡sorpresa!, Última llamada (2002) es una estupenda cinta con guión de Larry Cohen y un soberbio Colin Farrell de protagonista absoluto, que tiene por todo escenario una cabina telefónica. Su último film estrenado, Veronica Guerin (2003) es un biopic sobre la vida de una periodista irlandesa que luchó en su país contra el narcotráfico y la corrupción política.


    Sinopsis: Un día de furia nos cuenta la explosión de cólera de un hombre normal, D-Fens (Michael Douglas) incapaz de dominar la tensión acumulada por nefastos acontecimientos personales -pérdida del trabajo, separación conyugal- que progresivamente le están haciendo sufrir un deterioro emocional y como consecuencia un desequilibrio psíquico. Todo esto le impulsa a iniciar un camino de violencia y destrucción. Tras él, persiguiéndole, se encuentra el detective Prendergast (Robert Duvall) en su último día de trabajo antes de jubilarse. D-Fens se dirige a la casa de su ex-mujer, la policía se teme lo peor.


    Es fácil que pasen los años y sigamos recordando la singular figura de Michael Douglas con camisa blanca, corbata y maletín en la mano avanzando con decisión por los inquietantes y devastados barrios periféricos de Los Ángeles, atravesando un área de acción abismalmente alejada del glamour y las bambalinas hollywoodienses. Falling Down es el crudo retrato de un hombre desesperado y estresado que un día estalla de la peor manera, lo hace, cuando al quedar atrapado en un atasco de tráfico abandona su coche para continuar a pié. En su camino, de forma gradual, se va haciendo petente la alarmante realidad que le rodea. D-Fens combate su depresión con agresividad, actúa inconscientemente porque lo ha perdido todo, arrojado a los infiernos de la demencia, del absoluto vacío, incapacitado para soportar la presión, se engaña a sí mismo y engaña a los demás, quiere arreglar lo que ya no tiene solución, recuperar lo que perdió para siempre.


    Schumacher, en su momento, tuvo que soportar las manidas críticas de los sectores más falsamente progresistas por la ambigua posición que toma respecto al problema de la inmigración, los inconvenientes y terribles derivaciones que en innumerables ocasiones este fenómeno pude originar (y de hecho genera). Claro que, quienes vertieron esas críticas viven en zonas residenciales y se aprovechan de un estatus burgués, totalmente apartado del caótico ámbito social que la película recrea y que por lo tanto desconocen. La excelente luz de Andrzej Bartkowiak nos introduce de forma magistral tras los pasos y el deambular de un ser anodino convertido en adalid trágico, que arrastra y lleva hasta el final su infortunio y sus miserias. Espléndida y agria película -con un Michael Douglas en su mejor papel y un Robert Duvall pluscuamperfecto como casi siempre- que con el tiempo ha ganado enteros y un sitio preferente en las estanterías de miles de devotos. Indicar también que además de ser una cinta polémica por el motivo antes reseñado, Un día de furia pasó a formar parte, casi inmediatamente, de esa galería de films malditos que cada cierto tiempo son miméticamente reproducidos en la vida real, es el particular homenaje que el psicópata de turno quiere rendir a la obra, y un modo acelerado de elevar a categoría de culto cualquier película. Magistral esa escena en la que el detective Prendergast le hace ver a D-Fens que está rodeado y que es mejor que se entregue, éste, entre sorprendido y asqueado le pregunta ¿y... yo soy el malo?.




3 comentarios:

  1. Me gusta la idea de un tipo que cruza a pie Los Angeles armado y con ganas de liarla. Sin embargo, creo que la película se embarulla al no tener muy claro qué pretende contarnos.

    La filmografía de Schumacher es ciertamente irregular, pero "St. Elmos, punto de encuentro" y "Jóvenes ocultos" fueron títulos que aprecié bastante en su día. Igual por cosas de la edad.

    Un abrazo.

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    1. No sólo irregular, contiene títulos pésimos, Ricard. Sin embargo, a mí me gustan "Tiempo de matar" con una actuación estelar del hoy muy reivindicado Matthew Mcconaughey, la tensión que es capaz de desarrollar en "Última llamada" y por supuesta "Un día de furia", que yo sí sé bien lo que quiere contar: la violencia de Douglas es sólo defensiva, no obstante, acorralado y después de pasar por todo lo que tiene que pasar, acaba preguntándole al policía ¿y yo soy el malo? Está todo explicado.

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    2. Es verdad, "Tiempo de matar" también es muy buena.

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