sábado, 27 de septiembre de 2025

LAS MEJORES PELÍCULAS DE CULTO: “DE REPENTE, LA OSCURIDAD” (Robert Fuest, 1970)

 

AND SOON THE DARKNESS” (1970)      

    El director británico Robert Fuest rodó dos películas en 1970 antes de hacerse célebre por su estilo barroco con El abominable Dr. Phibes (1971). La primera fue una aceptable adaptación de la popular novela de Emily Brontë Cumbres borrascosas; y la segunda, De repente, la oscuridad, un ejemplo fascinante de cómo el cine británico de los años 70 supo hacer del minimalismo un terreno fértil para el suspense huyendo del efectismo y abrazando un realismo austero.

    De repente, la oscuridad parte de una premisa sencilla: dos jóvenes inglesas, Cathy y Jane (Pamela Franklin y Michele Dotrice) pasan sus vacaciones recorriendo en bicicleta la campiña francesa, hasta que Cathy desaparece misteriosamente cuando hacen una parada para descansar en un pequeño bosque y, tras un enfado entre ellas, Jane deja a Cathy sola tomando el sol en un claro del bosque. A partir de este enigmático suceso, todo lo cotidiano se convierte en un laberinto de sospechas, impotencia y una sensación de amenaza permanente.

    Lo más sugerente de la cinta reside en cómo Fuest transforma lo ordinario en alarmante. Los campos desnudos, las carreteras solitarias, personajes pintorescos y un itinerario de pequeños pueblos que habitualmente se asocian con el sosiego, elementos que adquieren aquí un carácter opresivo, casi claustrofóbico cortesía del director de fotografía Ian Wilson. Así, el paisaje conforma un espacio inquietante cargado de presagios. En el relato no encontramos grandes persecuciones ni las escenas están acompañadas de música estridente: la tensión se construye con pausas, con planos prolongados y primeros planos de miradas expresivas, dotando a la atmósfera de un aire de peligro latente que hace vulnerable a las protagonistas en un entorno hostil.

     Ese pulso contenido, tan propio del cine psicológico europeo, explica en parte por qué De repente, la oscuridad se ha convertido con el tiempo en una película de culto.  Su rareza radica en la negativa a ofrecer un espectáculo convencional: es un relato que exige paciencia, que atrapa lentamente, hasta que la aparente calma se rompe y nos revela la violencia latente. Al igual que los mejores ejercicios de terror atmosférico, no nos ofrece sobresaltos gratuitos, sino una sensación de desasosiego y sugestión hasta el giro final.

      Hoy, más de medio siglo después, el film conserva intacta su capacidad de perturbar. Fuest demuestra que el horror no siempre anida en lo sobrenatural, también en la desconfianza, la incomunicación y la indefensión humana ante lo desconocido. Mientras en aquella época otros thrillers europeos buscaban estilización y exceso, De repente, la oscuridad encuentra su singularidad en la contención, convirtiéndose en un raro diamante dentro del thriller británico de los setenta, una lección de minimalismo tenso que se ha ganado, con justicia, un lugar prominente entre los tesoros secretos del thriller europeo.


2 comentarios:

  1. No conocía esta película del director de "El abominable Dr. Phibes". Veo que está en el catálogo de Filmin; tendré que echarle un vistazo.

    Un abrazo.

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  2. No sabía que estaba en Filmin. Yo estoy ahora con Flixolé, voy alternando. Yo tenía esta película en VHS, y hace varios años la adquirí barata en Blu-ray.
    Te la recomiendo fervientemente, una joya.

    Una abraçada.

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