lunes, 11 de septiembre de 2017

CRÍTICA: "IT" (Andy Muschietti, 2017)


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    Hay mucha gente que recuerda con cariño, escalofríos y nostalgia la adaptación que Tommy Lee Wallace realizó en 1990 para la televisión de una de las más populares novelas de Stephen King, “It”. Miniserie de dos capítulos que logró alterar y monopolizar el sueño de niños y adolescentes alojando pasajes oscuros e indelebles en los meandros de la memoria gobernados siempre por el siniestro payaso Pennywise. En aquella época yo ya estaba en camino de convertirme en un hombre de provecho para una sociedad de mierda, y aunque devoraba todo lo publicado por el autor de Maine, no recuerdo que aquella adaptación televisiva apta para todo los públicos causara en mí el más mínimo desvelo, y pensé que las cuotas de horror y crueldad de la obra de King estaban muy minimizadas, resultando sólo eficaz para los espectadores que tienen al payaso como una figura inquietante. Pero ese no era mi caso.


    Stephen King no lo ha confesado nunca que yo sepa, pero supongo que todo comenzó con el caso real de John Wayne Gacy, conocido en los Estados Unidos como “Pogo, el payaso asesino”, un tipo que secuestró y asesinó a más de una treintena de niños en los años 70 y que pasaba por ser un ciudadano ejemplar absolutamente integrado en la comunidad, padre de familia y empresario que se disfrazaba de payaso  para divertir a los niños en el hospital local y en fiestas de infantiles. Fue ejecutado por inyección letal en mayo de 1994 en la prisión de Stateville (Illinois).

   
   El bonaerense Andrés (o Andy) Muschietti tras debutar con el aceptable film de horror sobrenatural Mamá (2013) se hace cargo de este remake para situarnos de nuevo en los años 80 en la ciudad de Derry (Maine), en donde una pandilla de niños conocida como “el club de los perdedores” se enfrenta a sus amargos problemas cotidianos con los matones del colegio. Sus vidas dan un giro inesperado cuando una oleada de desapariciones provoca el pánico en la ciudad. Uniendo sus fuerzas, el grupo de amigos decide buscar al culpable. Entonces descubrirán que detrás de los crímenes se encuentra una entidad maligna: un sádico monstruo llamado Pennywise que luce un disfraz de payaso. ¿Serán capaces de plantar cara a ese engendro de apetito insaciable que se alimenta del miedo de los niños?

  
   Reconozco que me ha convencido plenamente (si obviamos ese final aparatoso) esta primera adaptación cinematográfica de una de las novelas clave de King, Andy Muschietti logra una aproximación a la vez cruda y sensible tanto del suplicio de esa banda de chicos perdedores acosados por los tremendos matones de la escuela y cercados por sus diferentes infiernos familiares (incluido los abusos de un padre), como en la dimensión terrorífica en donde mora el payaso diabólico (al que da oxígeno de manera eficaz Bill Skarsgard) que se nos antoja un dominio perturbador de las esencias del mal en donde se desatan los miedos íntimos y profundos que cada niño tiene que hacer frente. IT, rodada con dinamismo y un gran trabajo de ambientación e iluminación, te mantiene en vilo durante las dos horas y cuarto de metraje, todo un logro si tenemos en cuenta que este primer capítulo (la segunda entrega se estrenará en 2018) tenía la difícil misión de dejar al público con ganas de más. Haciendo caso a esa máxima cinematográfica que dice que los cinco primeros minutos son esenciales para captar la atención del espectador, Muschietti planifica con pericia el arranque con esa secuencia en la que los hermanos Bill y Georgie construyen un barco de papel que el pequeño Georgie dejará zarpar en la calle bajo la lluvia hasta que se lo traga un sumidero, escena en la que vemos la primera y brutal aparición de Pennywise.


  IT fusiona la aventura juvenil ochentera al estilo de Cuenta conmigo, Los Goonies y la magnífica serie Strangers Things con el cine de tono sobrenatural y el terror slasher para construir el andamiaje de una historia emocional y angustiosa que indaga en las perversiones y abusos de la vida real y las traslada a un espacio fantástico en donde un grupo  de chavales  marginados se adentran para convertirse en héroes luchando contra el crimen y la depravación.

  
    Con un in crescendo de la tensión absolutamente medido, el director argentino no se recrea en las escenas más duras de violencia pero tampoco las evita, manteniendo siempre el humor corrosivo y el tono gamberro de la función. Y a uno no le queda otra que empatizar con cada uno de los miembros de esa pandilla de losers que se mueven por un microcosmos reconocible e impregnado de nostalgia para varias generaciones de espectadores: las monótonas horas de clase, los temidos matones de la escuela, los paseos en bici, las vacaciones de verano, las ansias de aventura, las domésticas desventuras y los tan grandes como efímeros amores púberes. IT es una muy fiel adaptación de la obra literaria que refleja con fascinante conmoción los miedos de la infancia y los abismos de maldad que se abren cuando se deja atrás esa etapa y se es consciente de los peligros que acechan. Es una película de niños para adultos rodada con una sensibilidad física, tierna y cercana, que nos invita a hacer un ejercicio de regresión para recuperar los colores y aromas de aquel último verano en que perdimos la inocencia, y comenzó otra en donde los terrores son reales y el infierno siempre son los otros. Una película espléndida.   




2 comentarios:

  1. Una de las mejores y más fieles adaptaciones de Stephen King.

    Un abrazo.

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  2. Pues sí, junto con "Misery", "Cuenta conmigo", "Carrie" y "El Resplandor". Pero es verdad que quien haya leído la novela encontrará una indiscutible fidelidad y amor por el texto.

    Un abrazo.

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