domingo, 4 de diciembre de 2016

"VILLAVICIOSA DE AL LADO" (Nacho G. Velilla, 2016)


Tremendo truño
VILLAVICIOSA DE AL LADO ê


       Nuevo ejemplo del zarrapastroso estado en que se encuentra la comedia española, Villaviciosa de al Lado resulta que es una pequeña localidad donde ha ido a aterrizar el Gordo de la Lotería de Navidad. Sin embargo, no todo es tan fácil como parece y celebrar esta buena noticia va a costar más de lo que algunos pensaban, ya que el número ganador se vendió en el “Club Momentos”, un puticlub. Esta surrealista y casposa situación hace que los protagonistas que comparten el boleto decidan entre seguir en números rojos para no confesar que fueron al local o cobrar el premio.


      
    
      Nacho G. Velilla (Que se mueran los feos, Perdiendo el norte) cuya filmografía, que siempre transita los territorios de la comedia, no me resulta nada atractiva a pesar de que muchos de sus películas han triunfado en la taquilla, intenta, a través de este indigesto pestiño, que reflexionemos sobre nuestros comportamientos primarios e irracionales cuando nos vemos envueltos en alguna situación comprometida y dejamos aflorar nuestros más bajos instintos. Lo hace dotando a la trama de un toque de actualidad, con el retrato avieso de esa pequeña comunidad rural a la que también han llegado los ritos de la nueva política. El gran problema es que los gags toscos y chistes burdos desprenden  siempre un insoportable tufo racista y machista tan fuera de tiempo como abusivos. Y si esto no nos divierte qué se puede esperar de unos diálogos y de unas escenas vacías si no se recurre a un humor que ni en la más primitiva y rancia taberna encontraría ya público ni sentido.

     
    Villaviciosa de al Lado es un espectáculo chusco, una glorificación del humor zafio y barriobajero, una película que nos retrotrae a la caverna más vergonzosa de nuestro cine y a la que tal vez pide volver una sociedad histérica y cateta, arrabalera y carente de ingenio y sensibilidad, siempre dispuesta a utilizar la brocha gorda y el exabrupto, amante de la caricatura humillante y la caspa, que cae a toneladas sobre los políticos y demás vecinos del pueblo. No es extraño que películas como esta ocupen desde el mismo momento de su estreno el primer puesto en las taquillas, pues actúan como un espejo vergonzante de lo que siempre hemos sido, somos y seremos. Un tostón que me deja con muy mala leche.

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