lunes, 6 de octubre de 2014

CRÍTICA: "TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS"

Si destruyen el Calderón también yo me situaré “fuera de la ley"
TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS êêê
DIRECTOR: SANTIAGO SEGURA.
INTÉRPRETES: SANTIAGO SEGURA, JULIÁN LÓPEZ, JESÚS JANEIRO, ALEC BALDWIN, CARLOS ARECES, FERNANDO ESTESO, ANGY FERNÁNDEZ, ANNA SIMON.
GÉNERO: COMEDIA /ESPAÑA / 2014  DURACIÓN: 105 MINUTOS.    
SALA DE EXHIBICIÓN: CINES VICTORIA (Don Benito).     
     

     A estas alturas nadie va a descubrir a Torrente, el irreverente personaje creado e interpretado por Santiago Segura y convertido en una máquina de hacer dinero en las taquillas de los cines españoles, un filón que con 3´6 millones de euros de recaudación en su primer fin de semana de exhibición se ha convertido en el mejor estreno de una película en España en 2014, por encima de El amanecer del Planeta de los Simios. No hay espacio en esta crítica para reflexionar sobre la evolución del personaje desde aquel film seminal titulado Torrente: El brazo tonto de la ley (1998), que con la peseta todavía en circulación sirvió de presentación de ese ex policía fascista, machista, racista, alcohólico y del Atleti llamado José Luis Torrente. Lo seguro es que, una vez más, su figura se muestra como un espejo en donde se ven reflejadas nuestras miserias. TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS se impone como la entrega más graciosa y al mismo tiempo pesimista de la saga, también la mejor desde el estreno del film original.


      Año 2018. Torrente (Santiago Segura) sale de la cárcel y se encuentra confundido ante una España convulsa y dividida. Para encontrar respuestas al desaguisado decide convertirse en un “fuera de la ley” (como nuestros políticos, vaya). Su idea es atracar un casino reuniendo a una cochambrosa banda de incompetentes. A través de un contacto de su estancia en prisión, localiza a John Marshall (Alec Baldwin), la persona que se encargó de supervisar el entramado de seguridad cuando se construyó el principal Casino-Hotel de Eurovegas. Marshall, el más indicado para planificar el golpe, le explica la necesidad de organizar una banda de especialistas que Torrente se encargará de reclutar entre la crème de la crème de los más idiotas de la ciudad.


      En este extraño oficio de juntar letras para comentar películas uno acaba convirtiéndose en un observador impenitente no sólo del film que tiene que analizar, también del ambiente y el tipo de espectadores que acuden a ver ciertas películas. En el caso de la nueva entrega de Torrente observo que hay mucha gente que sólo asiste a este sagrado ritual para descojonarse con las desventuras de un personaje que muestra los infortunios y el deterioro de esa marca llamada España. Y es que el futuro se parece tanto al presente que en el tiempo que ha durado el rodaje, el montaje y la postproducción de la cinta, la ciencia-ficción de la película se ha convertido en ciencia-realidad. No había que ser un visionario para lanzar tal profecía. España es un país de guarros, de corruptos y de cobardes, el lugar ideal para que una figura como la del ex policía José Luis Torrente se entrone como el rey del estercolero. Parodiando películas como La cuadrilla de los Once y Atraco a las tres, Santiago Segura, director y actor principal, levanta un acta grotesca sobre el estado de las cosas desarrollando una historia tan burda como hiriente, cada escena, situación, chiste o gag despide destellos que nos ilumina y retrata, y el espectador saluda la celebración de reírse de su propia ruina.



    Así, TORRENTE 5: OPERACIÓN EUROVEGAS se convierte en una aventura distópica, en un relato apocalíptico en donde la gente se amontona en las puertas de las cárceles pidiendo que les dejen entrar para así gozar de unos privilegios (un techo, comida, ropa) que en la calle no se pueden permitir. Un país del que se ha descolgado  Cataluña y ha vuelto la peseta porque nos han expulsado de la Unión Europea, en el que Mariano Rajoy sea eternizado en el poder y que junto al líder de la oposición, Pablo Iglesias, ha acordado reducir el salario mínimo. La mala baba se impone como el valor más precioso de una función y nos muestra el deterioro de un país en donde el paro y la corrupción han transformado la realidad haciéndola más cruel y descarnada, y en la que apenas importa que la acción sea predecible, ya que lo importante es el show, los hilarantes cameos y el toque surrealista de algunas caras (Carlos Areces, Cañita Brava, el Señor Barragán, Chus Lampreave…) que nada tienen que envidiar al Ecce Homo de Borja. Santiago Segura tiene talento sobrado para hacer que la función no decaiga en ningún momento, con un magnífico Julián López y un Jesulín de Ubrique que no desentona dentro de una desafinada orquesta que se dispone a dar el golpe de su vida tras ver la supina decadencia de una nación que vilipendia a El Fari y ha derruido el Vicente Calderón… todo si el fatalismo y la perdición no hacen acto de presencia para fastidiar a nuestros antihéroes. Conclusión: el Torrente fuera de la ley nos hace reír más que nunca porque su mirada se ha vuelto más cruel y vitriólica, fiel reflejo de estos tiempos de mierda. 

2 comentarios:

  1. Es muy divertida... Sin fisuras.

    Un abrazo.

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  2. Sí, como decía John Goodman en "El Gran Lebowski", su belleza reside en su sencillez, funciona como un reloj suizo... el atraco al casino, digo.

    Un abrazo

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