martes, 13 de junio de 2023

CRÍTICA: "EL MAESTRO JARDINERO" (Paul Schrader, 2022)


Botánica y amor para expiar los pecados

“EL MAESTRO JARDINERO”  êêê

(MASTER GARDENER)

DIRECTOR: Paul Schrader.

INTÉRPRETES: Joel Edgerton, Sigourney Weaver, Quintessa Swindel, Esai Morales, Victoria Hill, Eduardo Losan, Rick Cosnett.

GÉNERO: Thriller / DURACIÓN: 111 minutos / PAÍS: EE.UU. / AÑO: 2022

     Mis lectores y mi círculo más íntimo saben de mi debilidad por el guionista y director Paul Schrader, firmante del magistral libreto de la película a la que homenajea este blog, Taxi Driver, también del guión de otras obras maestras como Toro salvaje y El ex-preso de Corea. En su faceta de director y guionista resultan de imprescindible visionado su ópera prima Blue Collar, Hardcore, un mundo oculto, El placer de los extraños, Posibilidad de escape y Aflicción. Con El maestro jardinero clausura su trilogía sobre la redención y los pecados capitales de los Estados Unidos, que contiene todos los temas recurrentes de su filmografía y que está compuesta además por El reverendo (2017) y El contador de cartas (2021).

     A Paul Schrader se le acusa siempre de hacer la misma película, aunque lo mismo podríamos decir de otros directores con diferentes obstinaciones temáticas y a los que también se les adivinan claras influencias. No me detendré en ello, porque lo que nos debe de interesar de una película es su calidad técnica y artística, las claves de su arquitectura visual y narrativa. El maestro jardinero nos presenta a Narvel Roth (Joel Edgerton), un sabio jardinero de Gracewood Gardens. Sus días los dedica a cuidar de los jardines de esa ampulosa y señorial finca y a satisfacer… en todo a la rica viuda Sra. Havernhill (Sigourney Weaver). Todo se trastoca en la vida de Narvel cuando la Sr. Havernhill le pide que tome como aprendiz de jardinera a su problemática sobrina nieta Maya (Quintessa Swindel). Esta nueva situación va a sacar a la luz oscuros secretos del pasado violento de Narvel que aún hoy puede ser una amenaza para todos.

     El legado que dejará Schrader es magnífico, aun reconociendo que el aficionado puede prescindir de más de la mitad de su filmografía como director por su mediocridad y escaso interés. El maestro jardinero tal vez sea una de sus películas más sencillas, luminosas y optimistas, pues, aunque la redención a través del amor es una de sus frecuentes materias narrativas, aquí intenta que se respire de forma más espiritual y poética. Y sí, sus antihéroes son siempre seres atormentados y heridos viviendo en una encrucijada existencial, abatidos por los remordimientos, la fe y los tortuosos caminos de la expiación.

     Joel Edgerton, con el cuerpo totalmente tatuado de simbología nazi, da vida a un hombre con un pasado tormentoso y violento que hace una década formaba parte como miembro activo de un grupo de supremacistas blancos, pero ahora es un testigo protegido que ha encontrado un refugio ideal para su conciencia como encargado y maestro jardinero en unos hermosos e históricos jardines propiedad de una acaudalada dama de sociedad tan elegante como decadente, y que tiene a su cargo varios empleados jóvenes. Una voz en off nos relata lo que escribe en unos cuadernos (actividad que Schrader encomienda a muchos de sus personajes), sobre las características de algunas plantas y las metáforas sobre los distintos tipos de jardines en relación con la sociedad. La llegada de la sobrina nieta de la dueña, una joven y atractiva mestiza llamada Maya, con problemas de adicción a las drogas y con su pareja, un traficante de poca monta, pondrá patas arriba el pequeño oasis de Narvel. A partir de entonces, la narración girará en torno a la relación de Narvel y Maya, y comenzarán a aparecer los fantasmas de un pasado que el protagonista desearía olvidar, pero el pasado nunca nos abandona del todo y sólo es posible calmar la conciencia con el bálsamo del amor.

    El maestro jardinero puede servir como bonito broche de la citada trilogía, pero ni mucho menos es una película redonda. Reconocemos el estilo, las obsesiones temáticas, los códigos que guían a los personajes, los ecos bressonianos y la figura ineludible de la mujer como motor de ese cambio en el espinoso camino de la redención, el sueño tangible de la posibilidad de una isla. Sin embargo, los flashbacks sobre el oscuro pasado del protagonista se me antojan torpes, atropellados y escasamente clarificadores. Del mismo modo, la figura de esa anciana fría y coqueta a la que da oxígeno Sigourney Weaver se ve necesitada de un perfil más acusado, en ella se adivina el carácter altivo de una vida prepotente y clasista. El maestro jardinero carece de la fuerza dramática y emocional de otras películas de su autor. Narvel, ese hombre solitario de Dios, tiene menos aristas y profundidad psicológica que otros personajes salidos de la pluma de Schrader, y descoloca ese pardillo traficante a quien Narvel amenaza, y de cuyas garras quiere alejar a Maya para salvarla y ser perdonado a la espera de la gran catarsis. El problema es que todo está contado con excesiva gelidez, que me hubiera gustado que profundizara más en el pasado de Narvel y su relación con los supremacistas blancos del white power a los que delató, que la desangelada y extraña historia de amor estuviera narrada con más pasión física y sentimental.

2 comentarios:

  1. Seguro que es tan interesante como los dos títulos anteriores de su "trilogía de la redención".

    Un abrazo.

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  2. Pues sí, no formará parte de mi repoker de películas favoritas de este guionista y director al que adoro, pero como tú dices, interesante broche de la trilogía.

    Una abraçada.

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