jueves, 29 de marzo de 2018

SERIE TVE: “LA SONATA DEL SILENCIO” (2016)




    Sin ser una serie que haya dejado poso en mi saturado cerebro por lo que narra, esta producción de Televisión española de nueve episodios ha servido al menos para que conozca a algunas actrices (Myr Garrido, Claudia Traisac) que me eran totalmente desconocidas como purista cinéfilo. Otra cosa es la pareja protagonista, Marta Etura y Eduardo Noriega, bien conocida por los críticos y el público en general.



   El argumento de la serie, ambientada a finales de los años 40 en Madrid, sigue a Marta (Marta Etura) que tenía una vida prometedora cuando conoció a Antonio (Daniel Grao) pero una lealtad mal entendida trastocará sus vidas. Cuando Antonio cae enfermo, Marta se ve obligada a ponerse a trabajar, exponiéndose a los celos de Rafael (Eduardo Noriega), las murmuraciones del vecindario y la indignación de un marido humillado. La aparición de una moderna y adinerada mujer de negocios dará a Marta una inesperada oportunidad que le permitirá, quizá, salvar su propia supervivencia y la de su hija, Elena (Claudia Traisac) y encontrar por fin su lugar en el mundo.


     
    Dirigida por Peris Romano e Iñaki Peñafiel, y emitida en el año 2016 según la novela de Paloma Sánchez-Garnica, la serie cuenta con un reparto aparentemente atractivo para el espectador… que se verá siempre decepcionado porque no cumplen sus expectativas, enfundados en personajes planos y perdidos en una historia que navega entre el drama romántico y el noir sin mucha convicción, y que avanza a paso de tortuga con subtramas que sólo sirven como rémora para la narración, de la que emana un tufo feminista.



   Algo que podemos considerar correcto es la ambientación de los duros años de la posguerra española, tiempos de miserias, cartillas de racionamiento, represalias, estraperlo y una moral desvencijada derivada de un régimen que gobierna el país con mano de hierro y que no se dejaba amilanar por el boicot internacional. El problema es que los personajes no son creíbles (salvo tal vez a Daniel Grao), y Marta Etura raya a un nivel muy bajo, con una interpretación afectada y un personaje sin carisma, soso y que no despierta ninguna empatía. De Noriega mejor no hablar, son escasísimas en las que le he visto brillar (Tesis o la reciente Perfectos desconocidos) pero aquí firma uno de los peores papeles de su carrera. El sórdido final queda muy abierto, abandonando esta miniserie al vacío más absoluto.


2 comentarios:

  1. Desconocía la existencia de esta miniserie. Según tus palabras, no resulta muy recomendable. Las imágenes dicen lo contrario.

    Un abrazo.

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  2. Tampoco yo sabía nada de esta serie, me habló de ella un compañero en el trabajo y a mí, que me gustan mucho las cosas picantes, le dí una oportunidad porque amo a Marta Etura, sobre todo en su más lozana desnudez.

    Más allá de eso, su interés es nimio.

    Un abrazo.

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