sábado, 26 de julio de 2014

CRÍTICA DE: "EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS"

Brillante fábula sobre la bestialidad y el raciocinio
EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS êêêê
DIRECTOR: MATT REEVES.
INTÉRPRETES: ANDY SERKIS, JASON CLARKE, GARY OLDMAN, KERI RUSSELL, TOBY KEBBELL.
GÉNERO: CIENCIA FICCIÓN / EE. UU. / 2014  DURACIÓN: 130 MINUTOS.   

     Conozco a mucha gente que su mayor entretenimiento es denostar el cine de Hollywood con excesiva arbitrariedad. No voy a mentir afirmando que la mayoría de esas producciones hollywoodienses colman las expectativas del cinéfilo más impenitente, que anda un poco saturado y aburrido de tontas comedias románticas e insustanciales secuelas o remakes. Pero es verdad que de vez en cuando a uno le apetece disfrutar de un blockbuster palomitero y dejar escapar así el niño que todos llevamos dentro. Tenía esperanzas de que Matt Reeves, el director de la resultona Monstruoso (2008) y del interesante remake de Déjame entrar (2010), demostrara suficiente talento para realizar una secuela digna de la muy aceptable El Origen del Planeta de los Simios (Rupert Wyatt, 2011), sin desmerecer la esencia de aquel clásico titulado El Planeta de los Simios (Franklin J. Schaffner, 1968), y que protagonizada por Charlton Heston ha quedado alojada de forma indeleble en la memoria de generaciones de aficionados.


      No estaba equivocado, Reeves cubre las expectativas y logra con pasmosa energía la que tal vez sea la mejor entrega sobre el universo creado por el Novelista Pierre Boulle si exceptuamos la película original: Los simios, capitaneados por César (Andy Serkis), se han convertido en la raza dominante del planeta Tierra. Son simios muy evolucionados y cuentan con una gran organización, la única amenaza para su desarrollo la representa un grupo de seres humanos que han sobrevivido a un virus devastador. Tras una tregua de paz, la guerra que está punto de estallar determinará cuál será la raza dominante. Viviendo bajo la lealtad de su mantra “simio no mata simio”, César sufrirá la traición del resentido Koba, que tiene su cuerpo marcado por las heridas y laceraciones que le provocaron los humanos en un laboratorio.


      Si hay algo que Matt Reeves ha conseguido es dotar de equilibrio a una historia conmovedora en la que unos efectos digitales notables tienen un gran relieve, lo logra a cuenta de un guión muy estudiado y unas actuaciones convincentes del elenco de simios. EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS puede servir como ejemplo de  esas películas en donde el diseño de producción, la tecnología, la puesta en escena y la acción están maravillosamente puestas al servicio de un relato que vertebra a la perfección las relaciones entre los simios y entre los simios y los humanos, desde donde emerge una vez más la figura de un Andy Serkis sublime para dotar de una expresividad y una emoción sobrecogedora a César, relaciones que se elevan como el plato más jugoso de una función en la que el diseño hiperrealista de los monos (el pelo, los ojos, los movimientos, la conmovedora gestualidad) se impone como mucho más atractivo que la actuación plana e insustancial de todo el reparto de actores de carne y hueso.  



       Cierto que uno tiene la impresión de que cada blockbuster que se estrena en los últimos años tiene que gozar de una severidad y trascendencia algo forzada y que, personalmente, no me molesta en exceso si como consecuencia el artefacto se nos presenta aseado, y EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS se convierte así en una de esas películas que hará que muchos aficionados que habían perdido la esperanza de volver a disfrutar del gran cine de acción y aventuras Made in Hollywood sean recuperados para la causa. No se trata sólo de corroborar que con la evolución tecnológica se puede hacer creíble cualquier cosa en una pantalla, o de reflexionar sobre los terribles resultados de la manipulación genética y los virus creados en laboratorios (como el que desarrolló la inteligencia de César y que posteriormente tuvo consecuencias terribles para la humanidad), pues donde sus responsables  consiguen un acierto pleno es en la presentación del estado de las cosas en el planeta de los simios: su organización jerárquica y modelo de desarrollo social y educativo, su vigilancia permanente y seguridad, algo que se va al garete con la irrupción de los humanos, una especie que creían extinguida y que vuelve para dinamitar el orden y la paz de una raza de primates que ha empezado a controlar el entorno y ser dueña de su destino. Por supuesto, Andy Serkis es el alma del film, pero Reeves ha conseguido realizar una conmovedora fábula sobre la humanidad, la racionalidad y la bestialidad, que se nos muestra ajena a las razas y prejuicios.

2 comentarios:

  1. La película está muy bien pero me gustó más "El orígen...". Un abrazo.

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  2. Pues no sé, amigo Ricard, a mí también también me pareció un film muy aceptable, pero me gusta más ésta. A veces lo que hace que te decantes son los detalles: la edición de sonido o el increíble hiperrealismo de los simios. Acabo de ver una tontería titulada Sex Tape en la que lo único sobresaliente es ese par de secuencias en las que Cameron Díaz nos enseña el culo; carne para mi blog... Y me dispongo a ver "Anarchy: La noche de las bestias", que tiene mejor pinta que la primera. Ya te contaré.

    Un abrazo

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