lunes, 21 de mayo de 2012

INFILTRADOS EN CLASE


La única comedia que me ha hecho reír en lo que va de año.
INFILTRADOS EN CLASE
DIRECTOR: PHILIP LORD Y CHRIS MILLER.
INTÉRPRETES: JONAH HILL, CHANNING TATUM, ICE CUBE, ELLIE KEMPER, DAVE FRANCO.
GÉNERO: COMEDIA / EE. UU. / 2012  DURACIÓN: 109 MINUTOS.  
    
      Por fin este cronista ha podido ver una comedia divertida. Para ser sincero, no recuerdo casi nada de la serie televisiva Jóvenes policías, emitida a finales de los ochenta, que lanzó definitivamente a la fama a Johnny Depp y en donde se inspira esta INFILTRADOS EN CLASE, ya que la televisión no es un medio que me entusiasme mucho. Sin embargo, esta nueva visita al instituto (¿qué huella tan indeleble queda en las personas esta fase de su vida para que una y otra vez el cine vuelva a las aulas?), en la que Jonah Hill hace de actor, productor y coguionista, tiene momentos verdaderamente hilarantes apoyados en la vis cómica de su pareja protagonista, con un Ice Cube que se convierte en lo mejor de la función hasta que deja de aparecer en pantalla.

      Estamos en 2005 y Schmidt (Jonah Hill) no encuentra pareja para la fiesta de graduación de su instituto, algo que no resulta ningún problema para Jenko (Channing Tatum), el chico popular, guapo, musculoso, buen deportista. Un salto en el tiempo nos traslada a la actualidad donde vemos a aquellos dos adolescentes que nada en común tenían entonces, compartiendo aprendizaje en la academia de policía con la intención de graduarse. Schmidt es listo, muy buen estudiante aunque carente de fuerza y habilidades físicas, todo lo contrario de Jenko, que es fuerte pero con el cerebro de un mosquito. De modo que entre los dos se complementan para acabar convertidos en policías. Así que, tras una sanción por un procedimiento ilegal, ambos acaban destinados en una misión al mando del capitán Dickson (Ice Cube), una investigación que les lleva otra vez al instituto, con la intención de averiguar quién está distribuyendo una nueva droga sintética que está causando furor, y cuya venta en el centro corre a cargo de Eric (Dave Franco).

      Dirigida por tándem de directores Philip Lord y Chris Miller (Lluvia de albóndigas, 2009), INFILTRADOS EN CLASE se presenta con mucha más incorrección política que aquella serie ochentera (el atípico capitán de policía con sus frases malsonantes, Jenko golpeando a un estudiante negro que además es gay, el perfil de uno de los villanos como un fanático ecologista), sirviendo como guiño autorreferencial esa frase que pronuncia un jefe de la policía al principio de la cinta: “Todo lo que hacen es reciclar mierda del pasado y se creen que no nos damos cuenta”, advirtiendo de antemano que su falta de originalidad es algo que se la suda a sus responsables. Con ese descaro, el film avanza a buen ritmo dentro de los códigos clásicos de las películas de colegas, formato cansino pero que sigue dando su juego. Porque la película surca todos los estereotipos y clichés de un modo autoconsciente y burlón, un humor en ocasiones zafio que se eleva por encima de la acción que diseñan torpemente los realizadores en el último tramo del metraje, un cambio de ritmo que penaliza considerablemente la calidad final del producto.

      Puede que el título eche para atrás a más de uno a la hora de gastarse unos pavos en la entrada de cine, aunque yo les aconsejo que no se lo piensen demasiado, pues si la historia del guaperas matón del instituto y el empollón que se complementan no parece una premisa novedosa, el éxito del artefacto y la apabullante recaudación en los Estados Unidos (con un presupuesto de sólo 5 millones de dólares) se debe en gran medida a la excelente química existente entre los protas, atónitos al comprobar cómo han cambiado los tiempos: ahora los chicos inteligentes y sensibles son los más populares del insti. En esencia la comedia es burda, empero contiene escenas desternillantes (esa en la que vemos las consecuencias de consumir la nueva droga, por ejemplo) y algunas delirantes (atención al cameo final y a esa cosa que recoge del suelo con los dientes el villano al final de la peli). No estamos ante otra estúpida película americana, el invento tiene la entidad suficiente para ser visionado por un sector amplio del público, en su argumento, tamizado por la autoparodia, el revisionismo, la nostalgia y el autohomenaje, resulta estimulante en su labor deconstructiva, y teniendo en cuenta que la comedia es el género más difícil de todos, se ha conseguido un buen equilibrio entre lo simpático y lo borde, la ordinariez y la elegancia.

1 comentario:

  1. Desde luego me reí mucho con la escena en la que vemos los efectos de la nueva droga en los protas.

    Buena crítica, me ha resultado myu útil.

    Andrés

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