domingo, 16 de mayo de 2021

CRÍTICA: "LA MUJER EN LA VENTANA" (Joe Wright, 2021)

 

Un truño importante

“LA MUJER EN LA VENTANA” ê

DIRECTOR: Joe Wright.

INTÉRPRETES: Amy Adams, Gary Oldman, Wyatt Russell, Fred Hechinger, Julianne Moore, Anthony Mackie, Jennifer Jason Leigh.

GÉNERO: Thriller / DURACIÓN: 100 minutos / PAÍS: EE.UU. / AÑO: 2021.

    Joe Wright, el director que adaptó con resultados decentes la novela de Jane Austen con Keira Nnightley como protagonista Orgullo y prejuicio (2005) o Expiación, más allá de la pasión (2007), adaptación de la novela de Ian McEwan, el mismo que nos presentó aquella extraña pero absorbente película de acción titulada Hanna (2011), y que logró que Gary Oldman creara una simbiosis perfecta con Winston Churchill en El instante más oscuro (2017), interpretación que le valió un Oscar al actor británico, patina considerablemente y de forma incomprensible con esta adaptación de la novela de A.J. Finn titulada La mujer en la ventana. Se puede alegar problemas de producción, de rodaje y distribución, pero todo será en vano si se utiliza como única excusa.

      Distribuida por Netflix, la película narra la historia de la Dra. Anna Fox (Amy Adams) una psicóloga infantil que tras sufrir una experiencia dolorosa y traumática padece una severa agorafobia. El pánico a los espacios abiertos la hace vivir sola, sin salir de su enorme apartamento en Nueva York. Allí espía las vidas sus vecinos y toma fotos de ellos. Hasta que un día escucha un grito escalofriante procedente de la casa de los Russell, una familia que se ha mudado de Boston, que todo el mundo admira y considera ejemplar. Después de presenciar un terrible acto de violencia, Anna está confundida y asustada, y comenzará a preguntarse si realmente fue verdad lo que vio.

     Con un flojísimo guión rubricado por Tracey Lets (escritor que ganó el Pulitzer), tal vez resulte excesivamente obvio recalcar que la premisa de del relato está calcada de la obra maestra de Hitchcock La ventana indiscreta, algo que no tiene demasiada importancia ya que infinidad de películas la han plagiado como homenaje o vacuo guiño referencial, incluso, como es el caso, con escenas copiadas con descaro. Tampoco está de más apuntar que ni siquiera el título es original, pues es idéntico la película firmada por Fritz Lang que en España se tituló La mujer del cuadro (1944). Joe Wright apunta alto con los ecos referenciales, pero La mujer en la ventana se queda en poca cosa, y sólo Amy Adams con sus buenos cambios de registro se salva del naufragio dentro de una abstrusa arquitectura narrativa. 

   La mujer en la ventana es puro artificio, y el eje sobre el que gira la trama, alucinación o realidad, se ve torpedeado por situaciones bochornosas con la intención de que el misterio se mantenga hasta el final, utilizando eso sí torpes recursos, manipulando al espectador con giros muy tramposos y mal planificados.

    La zozobra es aún más dolorosa porque Wright ha demostrado ser un director competente aunque no un genio y porque el artefacto cuenta con un magnífico reparto compuesto además por Gary Oldman, Julianne Moore, Anthony Mackie y una irreconocible Jennifer Jason Leigh. Pero cuando la confusión del espectador es tan grande que se siente incapaz de discernir si lo que ve Anna está ocurriendo realmente o es producto de las alucinaciones de la protagonista, que hace uso de un cóctel de pastillas y alcohol para superar su ansiedad, la función la seguimos ya con una distancia sideral y con escasa empatía hacia el sufrimiento de la chismosa y atribulada psicóloga. La mujer en la ventana exige al espectador dejar suspendida la credibilidad para poder sumergirse en el conflicto dramático y poder asimilar así los derroteros absurdos por donde se bifurca el argumento a pesar del vano esfuerzo del elenco. Tomando como único escenario la casa de la protagonista, con una acusada torpeza estructural y subrayados innecesarios, Wright deja para el final el giro más sonrojante y pasamos del suspense al puro slasher de la forma más burda posible. Estoy convencido que, íntimamente, a todos los responsables de la película les gustaría borrar este desastre de su filmografía.

4 comentarios:

  1. Veo que no merece mucho la pena, a pesar de lo cual, estoy próximo a verla, ya que en su día, cuando leí el libro, pensé en hacerlo, algo que llevo esperando mucho tiempo.

    ResponderEliminar
  2. No sé cómo será el libro porque no he tenido la oportunidad de leerlo. Pero te aseguro que esta adaptación cinematográfica es un disparate. No se puede armar peor el andamiaje de un relato fílmico.

    Pero claro que hay que verla. Si no es así cómo vamos a saber si la película nos gusta. ¿Por lo que digan los demás? Eso no tiene ninguna lógica aunque pueda servir de referencia, existen muchas películas que la la crítica oficialista despreció en su día y a mí me gustaron, e incluso, un porcentaje alto con el tiempo se han convertido en films de culto. El cine es muy personal y lo que realmente queda son tus propias impresiones, si la película te ha dejado algún poso o inmediatamente pasa al olvido.

    ResponderEliminar
  3. Si una película me llama la atención procuro verla a pesar de las críticas. Lo malo en este caso es que ya tenía mis dudas y tu reseña no me anima demasiado, pese a la presencia siempre agradecida de Amy Adams. Habrá que ver qué opina mi señora, que sí leyó el libro.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Como apuntaba anteriormente, Ricard, no he leído el libro, no soy un gran lector de best sellers, vuelvo una y otra vez a los clásicos sin remedio. En cualquier caso, no será difícil que el material literario supere al cinematográfico.

    Haces bien no fiándote de los opinadores oficialistas, a mí casi siempre me decepcionan porque se mueven en un mundillo de muchos intereses. Un ejemplo: algunos críticos españoles son amigos de ciertos cineastas y en demasiadas ocasiones intentan salvar sus criaturas del ostracismo más absoluto con una verborrea vacua o inextricable.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar