viernes, 27 de septiembre de 2019

CRÍTICA: "AD ASTRA" (James Gray, 2019)


Nada nuevo más allá del sistema solar
“AD ASTRA” êêê
(James Gray, 2019)

   
   El director estadounidense James Gray tiene en su filmografía mejores películas que Ad Astra, por citar sólo tres dentro del género que más brilla, son superiores a su último título Cuestión de sangre (1994), La otra cara del crimen (2000) y La noche es nuestra (2007), tres thrillers musculosos que demuestran que ese es el terreno que mejor cultiva.


    Ad Astra es una película bien rodada, pero narrativamente no es otra cosa que una Apocalypse Now en el espacio, la enésima obra inspirada en el clásico literario de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas. Así, el film nos presenta al astronauta Roy McBride (Brad Pitt) que viaja a los límites del sistema solar para encontrar a su padre perdido (Tommy Lee Jones)  y desentrañar el misterio que amenaza la supervivencia de nuestro planeta.


   Con el padrinazgo de la productora de Brad Pitt y partiendo de la idea seminal que tiene como premisa la magistral novela de Conrad y que tanto juego sigue dando, Gray ilumina un misterio (el de un padre astronauta desaparecido hace dos décadas atrás pero con indicios de que sigue con vida aunque con la mente erosionada) y de su hijo, también astronauta que es enviado en su búsqueda porque puede tener la solución para que desaparezca la amenaza que se cierne sobre la Tierra. Pero la historia no alcanza el sentido metafísico que plasmó Coppola en su película sobre la Guerra de Vietnam ni la aventura tiene el tono épico y poético de Interstellar, en donde Nolan inflamaba de emoción un verbo cargado de espiritualismo e imágenes extasiantes.


     Ad Astra luce bien, pero carece de recursos interesantes, elementos innovadores y de complejidad narrativa, aunque incluye escenas de gran suspense como la del accidente de la antena espacial, el ataque de los piratas en la superficie lunar y la misión que explora la estación biomédica noruega. Sin embargo, no resulta verosímil en un plano científico y se toma algunas licencias difíciles de entender, como el hecho de que se asigne a Roy a un anciano enfermo (Donald Sutherland) para controlarlo en su viaje a Marte o el hecho de que Roy no sea juzgado por provocar la muerte de todos los tripulantes del cohete Neptuno. Da igual porque Brad Pitt lo cubre todo con su barbita de una semana, su mirada melancólica, su carácter reflexivo y rectitud moral, lanzado al albur de una aventura cósmica que no aporta gran cosa salvo desolación, un vacío sideral sobre un paisaje yermo.

2 comentarios:

  1. Es un cruce entre 2001 y APOCALYPSE NOW pero sin su fuerza y misterio. De todas maneras, no es un film despreciable: sobrio, bien rodado y coherente hasta cierto punto con la filmografía de su muy interesante director.

    Un abrazo.

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  2. "El corazón de las tinieblas" sigue dando mucho juego. La película, como dices, no es desdeñable, está bien rodada aunque el déjà vu de su narrativa me deje un poco frío.

    Un abrazo.

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