sábado, 17 de junio de 2017

CRÍTICA: “THE BELKO EXPERIMENT” (Greg McLean, 2016)

    
  
   "THE BELKO EXPERIMENT"  êêê


   La penúltima película del director de Wolf Creek (2005) no está a la altura de aquella pero no por eso resulta un film despreciable. The Belko Experiment es un thriller que gira en torno a una compañía norteamericana establecida en Latinoamérica cuyos empleados tendrán que decidir entre suicidarse… o matarse entre ellos. Así se inicia una escalada de violencia en la que descubriremos la verdadera naturaleza de cada empleado de Industries Belko.


    A la espera del estreno de su nueva película ya acabada, Jungle (2017) un terrorífico relato de aventuras protagonizado por Daniel Radcliffe, sería bueno recordar que Greg McLean, que debutó con la magnífica cinta de terror citada anteriormente y que dio pie a una igualmente espléndida serie, cuenta en su filmografía  con títulos tan estimulantes como El territorio de la bestia (2007) y una potente secuela de su ópera prima, Wolf Creek 2 (2013). Eso sí, la cagó con The Darkness (2016) film protagonizado por Kevin Bacon dando vida a un padre de familia que tras visitar el Gran Cañón del Colorado arrastra una fuerza sobrenatural que se alimenta del miedo.

   
    The Belko Experiment bascula entre el thriller y el terror para conformar el andamiaje de un cuento moral que desgraciadamente pone más énfasis en la acción bestial que en la sátira corrosiva de cómo afloran los instintos más salvajes de los personajes cuando lo que está en juego es la supervivencia propia. De lo que hablamos es de un numeroso grupo de estadounidenses que trabajan en un edificio de Bogotá. Atrapados herméticamente, una voz que nadie sabe de dónde sale les obliga a plantearse dilemas morales sobre cómo reaccionar en situaciones límites.

   
   La premisa del film es escalofriante porque la voz les obliga a matarse los unos a los otros y de la escabechina sólo un único superviviente será liberado. McLean sabe cómo dotar a la función de una latente sensación de angustia e implicar al espectador en el conflicto ético-moral que se adueña de los personajes.

       
    Rebosante de personajes prototípicos como Michael Rooker dando vida a un técnico de mantenimiento; Melonie Díaz en su primer día de trabajo; John C. McGinley que encarna a un tipo grosero y machista que degenera en el psicópata que lleva dentro; John Gallaguer Jr. que se impone como el héroe y la conciencia del grupo; y Tony Goldwyn  como el desalmado director de la empresa que incapaz de controlar la situación opta por la peor y más terrible de las soluciones.

   
   La trama carece de originalidad, y su interés consiste en descubrir quién, como un Dios, se ha otorgado el poder divino de decidir el destino de los demás y jugar con sus vidas, y sobre todo (esto es más predecible) quién será el único superviviente de tan pavoroso experimento.

     
   En el film, casi todos los planteamientos de los confusos y aterrados personajes son estúpidos y todos parecen llevar en sus rostros el signo de la muerte, algo que acabarán descubriendo pronto y que el avieso guión de James Gunn subraya de forma lacerante para insuflar vanas esperanzas al grupo. Con la influencia de films de culto como Cube (1997), Battle Royale (2000), (2009), El método (2005) Exam (2009), The Belko Experiment no escatima momentos gores ni salpicones de hemoglobina, pero contiene escenas verdaderamente estremecedoras como esa en la que se realiza una selección de los que van a ser ejecutados atendiendo a cuestiones como la edad o las cargas familiares. Una película que aun con sus convencionalismos, clichés y cruda violencia se impone como una crítica mordaz sobre nuestro carácter mezquino y depredador. 

2 comentarios:

  1. Ahí va, pues no sabía que era de ese director. Y además sale Michael Rooker. Casi se me pasa. Pues gracias, claro. Un abrazo

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  2. Claro, José, este director australiano estrenará este año Jungle, creo que será para el mes de noviembre. Los que nos consideramos fans seguimos sus pasos a pesar de que sus películas tienen nula distribución aquí.

    Pero, además, te recomendaré la ópera prima de otro director australiano que me ha parecido magistral: "Hounds of love", el artista se llama Ben Young y puedes leer mi crítica en las entradas del mes de mayo.

    Un abrazo.

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