miércoles, 17 de junio de 2015

CRÍTICA: "IN FEAR"

Los parajes del miedo
IN FEAR êêêê
DIRECTOR: JEREMY LOVERING.
INTÉRPRETES: ALICE ENGLERT, IAIN DE CAESTECKER, ALLEN LEECH.
GÉNERO: TERROR / REINO UNIDO / 2013 DURACIÓN: 85 MINUTOS.   
                   
      
      Ópera prima del director británico Jeremy Lovering, que hasta ahora se había dedicado al campo del documental y a dirigir algunas series, como el primer capítulo de Sherlock, y que se impone como una gratísima sorpresa a pesar de estar rodada con un presupuesto de guerrilla. In Fear nos presenta a una joven pareja, Tom y Lucy (Iain De Caestecker y Alice Englert) que se conocen desde hace sólo dos semanas. Tom decide invitar a Lucy a pasar un sugerente fin de semana asistiendo a un concierto, aunque antes ha reservado una habitación en un hotel para pasar una noche romántica. Estamos en Irlanda, y el problema surge cuando en el trayecto en coche hasta el hotel, se pierden por un laberinto de carreteras secundarias, caminos embarrados y paisajes boscosos, que les lleva a dar vueltas como si estuvieran metidos en un maldito bucle. Claro que todo esto no ocurre por casualidad y con el sólo cobijo de su coche, se darán cuenta, tarde, claro está, de que alguien con aviesas intenciones ha planificado todo aquello y pronto sentirán su aliento en el cuello.


      Queda demostrado, una vez más, que para realizar una magnífica película lo único que se necesita es talento… y poco más. Lovering lo tiene a raudales pues capaz de hacer que del espectador se apodere la tensión y el miedo creando únicamente la atmósfera adecuada para ello, sin efectos estruendosos de sonido ni trucos digitales, sin la presencia de un villano o un mal definido y con la plena seguridad de que el peculiar, claustrofóbico y sombrío paisaje se convierte en un personajes más, esencial para la trampa perfecta… Pero ¿una trampa preparada por quién? Eso es algo que descubriremos en el segundo tramo de su ajustadísimo metraje, algo menos interesante. Debo insistir en que lo más atractivo, o debería decir eminente, de In Fear es la habilidad que demuestra el director para que a medida que avanza la acción poner en modo pánico a los protagonistas y consiguientemente a los espectadores con elementos surgidos más de un estado de autosugestión direccionado, eso sí, por el clima y las inquietantes señales del entorno, que por la visibilidad de una representación real o una amenaza cierta.
     

     Pero sospechamos que existe. Y pronto lo veremos fugazmente a través de la mirada desconcertada de Lucy (espléndida Alice Englert) como una figura siniestra y el rostro oculto tras una especie de máscara blanca. El miedo parece tener ya un asidero real… o no. Lo comprobaremos cuando el parapeto del automóvil con escaso combustible se muestre insuficiente ante el acecho implacable  de un ser extraño, tal vez un psicópata con ganas de divertirse con un juego macabro en el que la pareja de tortolitos se adivina como las víctimas perfectas. Con una sinuosa y fantasmal fotografía a cargo de David Katznelson, capaz de hacer tangible la alarmante amenaza y la inseguridad del aislamiento de la campiña británica, utilizando filtros de manera sutil para aumentar la sensación de suspense, a la que contribuye de manera sustancial la banda sonora creada por Daniel Pemberton y Roly Porter, que pone énfasis a los momentos más espeluznantes de la bucólica pesadilla.

      
      In Fear, con el concurso de sólo tres personajes, es una película atrevida y en cierto modo original, alejada de la “tabla de carnicero” del abrupto slasher y desarrollando magistralmente los códigos y lugares comunes del género road movie para inflamar la imaginación del espectador creando un perfecto crescendo de la tensión cuando los personajes son llevados al límite. Aunque el final se nos antoja seco y algo atropellado, no resta ningún mérito a la excitante experiencia vivida, una trama dividida en dos partes: una primera que impone hábilmente los recursos y claves del terror psicológico (el laberinto infernal, el juego del gato y el ratón), jugando con los detalles y matices de forma medida y soberbia; y una segunda parte tal vez no a la altura de la anterior en donde el miedo a lo desconocido, a lo ignoto de la oscuridad, da paso a la manifestación plena, real del enigma… Y como los fantasmas y monstruos no existen nada más que en el efervescente universo de la fantasía y la imaginación, nada más perturbador que la crueldad como hobby.


2 comentarios:

  1. Parece que llevamos una buena racha dentro del género.

    Un abrazo.

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  2. Sí, lo que, como gran aficionado, me llena de júbilo. Y aún nos quedan algunas sorpresas que comentaremos y recomendaremos.

    Un abrazo.

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