miércoles, 28 de mayo de 2014

FÓLLAME DESPACIO QUE TENGO PRISA

      
   
    Un par de años antes de que se estrenara la película, leí un libro titulado “Fóllame” editado por Mondadori en su colección marginal Reservoir Books, la novela en cuestión estaba firmada por una escritora francesa desconocida llamada Virginie Despentes. Bien, pues la misma escritora codirigió junto a Coralie Trin Thi, una película basada en su novela homónima que, como no podía ser de otro modo tratándose de sexo y violencia, pero sobre todo de sexo, supuso un gran escándalo y levantó en Francia una enorme polvareda, convirtiéndose así en una de las películas más polémicas de los últimos años. Y, claro está, de aquel escándalo surgió la publicidad gratuita para Baise- Moi, su título en francés, que parece sonar más suave entre nosotros, pero sólo entre nosotros. En Francia, tras la denuncia de un abogado (uno de esos personajes mojigatos que de vez en cuando surgen desde la más siniestra oscuridad con su falaz retórica erigiéndose en defensor y altavoz de las leyes de la moral y las buenas costumbres), el film que llevaba un mes en cartel, fue retirado por el Consejo de Estado, siendo marginado a las salas del circuito porno con la calificación X. Aquí, en España, se volvió a repetir la misma historia, sin embargo, gracias a la presión y las protestas de los sectores más liberales de la cultura, el film acabó exhibiéndose en salas comerciales con la calificación no apta para menores de 18 años.


      No obstante ¿de qué trata esta película que fue presentada en nuestro país en el Festival de Gijón y que ha sido tildada en los círculos más reaccionarios de violenta, pornográfica, feminista e inmoral? FÓLLAME (2000) describe la huida de dos chicas, Nadine y Manu (Karen Bach y Raffaëla Anderson) unidas por el azar y que acostumbran a vivir al margen de la sociedad. Tras la salvaje violación de una de ellas, se olvidarán de los pequeños robos para llevar a cabo una vengativa orgía de sangre, dejando a su paso un reguero de cadáveres que las convierte en cazadoras sin escrúpulos. En la primera parte del film, en la que asistimos a los hechos que han dado lugar a tan tremenda violencia, el resultado se nos antoja descarnado y realista, su continuación es una espiral de matanzas gratuitas y diálogos delirantes que intentan justificar una cruel venganza contra los hombres, y que las protagonistas señalan como culpables directos de sus interminables masacres.


       Aunque en FÓLLAME hay diversas escenas de esas que pueblan el cine porno, esto jamás puede suponer una coartada para tildar el film de pornográfico, tratando, además, de enmarcarlo dentro de los parámetros de determinados códigos éticos que ciertos personajes de dudosa integridad y ánimos masturbatorios vienen denominando como políticamente incorrecto. Algo que, personalmente, me importa un pimiento, más teniendo en cuenta que el cine evoluciona hacia una fusión de géneros, en donde no tendrá que pasar mucho tiempo, para que veamos en el cine más convencional explícitas escenas sexuales. Sin embargo, no es el sexo ni siquiera la violencia lo más sorprendente de este sugerente film, pues su brutal in crescendo, acompañado de unos diálogos convertidos en una desaforada agitación lingüística nos acercan a situaciones límite que están espléndidamente expuestas y nos sacuden como descargas eléctricas.


       Con ser una propuesta radical, no lo es tanto si intuimos que nuestras dos desbocadas heroínas han iniciado un camino de perdición arrastradas por la desesperación y un carácter nihilista y autodestructivo. Despentes y Trin Thi ponen mucho empeño en dar cierto sentido feminista a su historia y dejan que las mujeres asuman sus gustos y necesidades sexuales sin tapujos, se ven iguales que los hombres y medirán sus fuerzas con ellos. En cierto modo, es verdad que esta película huele tanto a mujer como unas bragas usadas, y queda guardada en mi memoria visual de fetichista irredento la espectacular y anfetamínica secuencia en la que Manu rompe sus pantys con rabiosa energía. Tanto directoras como protagonistas proceden del mundo del porno, y para que nos hagamos una idea de cómo las gastan estas chicas, a un comentario de un periodista francés del diario Liberation, que hacía alusión a la baja calidad de la cinta, Despentes contestó “Te enculo con mi clítoris gigante”. Ahí queda eso. 
  
     
                               
      

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