sábado, 22 de noviembre de 2025

PREESTRENO: "NO HAY OTRA OPCIÓN" (Park Chan-wook, 2025)

 

La trituradora capitalista

“NO HAY OTRA OPCIÓN”  êêêê

DIRECTOR: Park Chan-wook.

INTÉRPRETES: Lee Byung-hun, Son Ye-jin, Lee Sung-min, Yoo Yeon-seok, Cha Seung-won.

GÉNERO: Thriller / DURACIÓN: 139 minutos / PAÍS: Corea del Sur / AÑO: 2025

  Con No hay otra opción, el maestro surcoreano Park Chan-wook, tras el thriller romántico Decision to leave (2022), entrega una de sus películas más contenidas y, a la vez, más desoladoras. Adaptación de la novela “The Ax” de Donald E. Westlake que ya fuera adaptada por Costa Gavras en Arcadia (2005), el director transforma una sátira negra sobre el capitalismo en un thriller moral seco, cruel y profundamente humano, demasiado humano. El resultado es un relato inquietante sobre lo que ocurre cuando un trabajador ejemplar descubre que, en un sistema que lo ha desplazado, la única manera de sobrevivir es convertirse en algo que nunca imaginó.

    El protagonista, Man su (Lee Byung-hun), un empleado leal de una empresa papelera durante 25 años que, tras ser despedido sin miramientos y estar desempleado buscando desesperadamente un trabajo, opta por una opción radical, es el tipo de individuo que Park filma con especial sensibilidad y cierta empatía, alguien que empieza siendo completamente ordinario y que, empujado por fuerzas sociales implacables, revela un lado oscuro que quizá siempre estuvo latente. Lo que distingue esta versión es la mirada que Park ofrece sobre la frustración laboral, la humillación del desempleo, la inutilidad aprendida, el temor a la irrelevancia. No hay un sentimentalismo; sólo una documentación precisa y dolorosa de la erosión psicológica narrada en forma de tragedia y comedia negrísima.

  Aunque Park chan-wook es conocido por su estilización barroca en obras como la magistral Old Boy o La doncella, aquí opta por una puesta en escena sorprendentemente sobria y creando algunas situaciones verdaderamente grotescas. La violencia está filmada con una crudeza sin romanticismo, más cercana a Sympathy for Mr. Vengeance que a sus obras más exuberantes. El director se concentra en los gestos mínimos y con un excelente dominio amplifica la tensión moral de la función y convierte cada paso del protagonista hacia la oscuridad en algo casi insoportable.

   La gran virtud de No hay otra opción es que nunca sermonea. Park deja que los hechos hablen: los correos corporativos llenos de frases vacías, los talleres de reconversión laboral, los falsos discursos sobre resiliencia. El film captura la sensación de que, en un mercado laboral brutal e indiferente, la lógica de la competencia infecta incluso al hombre con más ética. A diferencia de otras adaptaciones de Westlake, que subrayan el humor sarcástico, Park apuesta por un cinismo resignado. La interpretación de Lee Byung-hun, un hombre que, en su descenso a los infiernos tendrá que ejecutar acciones inconfesables para no descolgarse del sistema, es uno de los puntos fuertes del film. Su descenso moral nunca es explosivo, por el contrario, resulta gradual, lógico, casi administrativo. Y esto es lo que lo hace tan perturbador: entendemos por qué hace lo que hace, incluso cuando desearíamos que se detuviera. Park lo filma como alguien torpe y desesperado que intenta seguir siendo un buen hombre mientras cruza líneas que lo delatan como un criminal.

   El desenlace respeta el espíritu de Westlake, pero Park añade su toque personal: un momento visual de ambigüedad amarga que deja claro que, aunque el protagonista haya logrado su propósito, el precio es una pérdida irreversible de la identidad. En su itinerario no hay catarsis, sólo el peso del vacío y la conciencia. No hay otra opción se erige en una introspección devastadora sobre la precariedad, el autoengaño y las formas en que el mercado laboral deshumaniza y destruye a quienes intenta moldear. En su perversa lógica, estamos ante una película lúcida y cruel sobre los insondables abismos a los que nos arroja la feroz maquinaria capitalista con su lema “sálvese quien pueda”, para ocupar un lugar en un mundo despiadado sin importar el reguero de cadáveres con los que vas abonando tu camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario