Un simple y fallido homenaje
“THE
ALTO KNIGHTS” êê
DIRECTOR: Barry Levinson.
INTÉRPRETES: Robert De Niro, Debra Messing, Cosmo
Jarvis, Kathrine Narducci, Michael Rispoli.
GÉNERO: Crimen / DURACIÓN: 122 minutos / PAÍS: EE.UU. / AÑO: 2024
Las expectativas apuntaban alto antes del estreno de The Alto Knights, la última propuesta del veterano realizador Barry Levinson que ya se había adentrado en el mundo del hampa con el film Bugsy (1991), y que cuenta en su filmografía con títulos tan interesantes como Diner, El mejor, Rain Man y Sleepers. Si a esto le añadimos la sal de un libreto que venía firmado por Nicolas Pileggi, autor de los guiones de las magistrales Uno de los nuestros y Casino, dirigidas ambas por Martin Scorsese, y la pimienta de contar con el protagonismo de Robert De Niro en un doble papel dando vida a dos de los más legendarios gánsteres de la segunda mitad del siglo XX… ¿qué podía salir mal? La respuesta es casi todo, pues finalmente The Alto Knights, título que hace referencia al nombre de un club social neoyorquino de la mafia, ha supuesto una considerable decepción,
La película nos presenta a los dos jefes más notorios de la ciudad de Nueva York, Frank Costello (Robert De Niro) y Vito Genovese (Robert De Niro), en su enfrentamiento por hacerse por el control de la ciudad tras haber sido los mejores amigos desde la infancia. Pero unos celos mezquinos y una serie de traiciones les acercan a una colisión mortal que cambiará las estructuras de la Mafia para siempre.
¿Te gusta Robert de Niro dando oxígeno a un mafioso? Pues aquí lo tienes por duplicado, y lo cierto es que le sobra oficio y carisma para encarnar a Costello y Genovese en un cara a cara que se diferencia más por los gestos, la forma de caminar, las pausas y las miradas que por el maquillaje o los efectos digitales. Pero esa duplicidad interpretativa, que podríamos señalar como aceptable, parece más un juego para el actor italoamericano que un recurso imprescindible para el desarrollo de la historia, pues lejos de representar una profunda introspección sobre las contradicciones de los dos mafiosos, supone una distracción evitable, ya que uno espera el siguiente guiño de caracterización más que la evolución dramática de la trama.
El espectador cinéfilo sabe del amor de
Nicolas Pileggi por el mundo criminal de la Mafia repleto de códigos,
traiciones y lealtades interesadas, Pero la función, rodada con tono
nostálgico, interpela a las figuraciones de un mundo que ya no existe con una
estructura atiborrada de flashbacks, voces en off, escenas de diálogos y
consejos mafiosos en la penumbra, que funcionan como una oda de amor al cine de
gánsteres, aunque sin lograr renovarlo. La ambientación es impecable: trajes
caros, los clubes nocturnos, los coches clásicos, todo está estudiado al
detalle. No obstante, ese lujo visual no es suficiente para ocultar un guión
que no arriesga y un ritmo moroso que acaba aburriendo sin apenas generar
tensión. Como si todo estuviera ideado como un simple homenaje. En The
Alto Knights nada resulta memorable y todos sabemos lo que va a
pasar no porque el relato está basado en hechos reales, sino porque esta
película ya la hemos visto antes sólo que filmada con más garra, tensión y
alma.
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