domingo, 23 de junio de 2019

“ROCKETMAN” (Dexter Fletcher, 2019)


Entretenido viaje por las entrañas del mito
ROCKETMANêêê
 (Dexter Fletcher, 2019)


     He de reconocer que Elton John, sin estar entre mis intocables ídolos musicales, tiene en su discografía con un puñado de temas que siempre repiquetean en mi saturada memoria musical (Your Song, Levon, Timy Dancer, Daniel, Crocodile Rock, Candle in the wind, Goodbye Yellow Brick Road, Don´t go Breaking my Heart, y, por supuesto, Rocket Man). Es algo que resulta innegable porque forma parte de una nostálgica banda sonora que rememora una época ya lejana pero presente en los recuerdos de mi infancia y juventud.


       Dirigida por el actor y director Dexter Fletcher en lo que representa su cuarto largometraje, Rocketman es la historia de Elton John (Taron Egerton) desde sus años como niño prodigio del piano en la Royal Academy of Music hasta llegar a ser una superestrella de fama mundial gracias a su duradera y fructífera relación con su colaborador y letrista Bernie Taupin (Jamie Bell)


    Es vox populi que el supertaquillazo Bohemian Rhapsody, avalado por la firma de Bryan Singer, lo tuvo que terminar Dexter Fletcher tras el despido de aquel. Algo que sin duda habrá influido para que Fletcher fuera elegido para tomar la batuta en este muy aseado biopic sobre el cantante de pop/rock británico. Rocketman es un entretenido musical al más puro estilo teatral, más sincero y oscuro que Bohemian y también –no es un contrasentido-, más colorista. La película ofrece una dosis de casi todo: la tensa relación con su madre y aún más tortuosa y fría con su padre casi siempre ausente, la amistad con su letrista BernieTaupin, los primeros escarceos sexuales, la asumida homosexualidad, las adicción a las drogas y el alcohol, el elixir del éxito y el lujo asiático, su incapacidad para dominar la fama, la sequía inspirativa, la soledad. Rocketman retrata a Elton John en su faceta más frívola, alegre, sórdida, patética y auténtica, con sus excesos, sus carencias, sus vicios, virtudes y contradicciones. Para este cronista, un film superior a Bohemian Rhapsody.
 

2 comentarios:

  1. No he podido verla todavía. Lo haré sin duda pero no me preocupa dejarlo para más adelante. No quiero perecer de una sobredosis de películas sobre estrellas del rock británicas homosexuales politoxicómanas y su proceso de auge, caída, redención (¿me he dejado algo?).

    Un abrazo.

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  2. No, lo has escrito todo. Pero esta película es mejor que Bohemian.

    Un abrazo.

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