miércoles, 24 de octubre de 2018

CRÍTICA: "ANIMALES SIN COLLAR" (Jota Linares, 2018)


 Los demonios del ayer
 ANIMALES SIN COLLAR  êê
(Jota Linares, 2018)
    

  Tras realizar los cortometrajes 3,2 (Lo que hacen las novias) (2011), Ratas (2012), Dead Celebrities (2014), Rubita (2014) y Pezuñas (2017), el director malagueño Jota Linares debuta en el largometraje con este thriller que nos sitúa en Andalucía y sigue a Abel (Daniel Grao) un político entregado a la lucha por los más desfavorecidos que acaba de hacer historia. Por su parte, su mujer, Nora (Natalia Molina) guarda un secreto que puede cambiarlo todo. La promesa de una nueva vida para ambos se ve truncada por la aparición de Víctor (Ignacio Mateos) un alto cargo caído en desgracia y de dos antiguos amigos, Virginia (Natalia Mateo) y Félix (Borja Luna), amistades de una época que desean olvidar.   

  
   Un poco frío me ha dejado la ópera prima de este director que cuenta con algún corto prestigioso, y que con las intrigas y la corrupción política como fondo se centra en la historia de una mujer, Nora (a quien otorga el oxígeno suficiente Natalia Molina), tan sacrificada, sufriente y siempre en la sombra de su ambicioso marido, pero guardiana de un lacerante secreto que permanece oculto debido a un chantaje, un secreto que puede dar al traste con la carrera de Abel, su amor y el hombre llamado a presidir la comunidad andaluza, sobre la que sobrevuelan los cuervos negros de los ERES y las orgías de coca y putas de muchos altos cargos de esa región. Adaptación libre de La casa de muñecas de Ibsen, el problema de Animales sin collar es que carece de garra, que su arco dramático no encuentra nunca un punto álgido de tensión, dolor ni desgarro, con personajes que naufragan entre las traiciones, las mentiras y los fantasmas del pasado que vuelven para ajustar cuentas, tan tópicas como las de aquellos criados con los señoritos andaluces. 


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