viernes, 16 de mayo de 2014

EL CINE MÍTICO: PARÍS, TEXAS (WIM WENDERS, 1984)

PARÍS, TEXAS
Drama - Alemania-Francia, 1984 - 140 Minutos.
DIRECTOR: WIM WENDERS.
INTÉRPRETES: HARRY DEAN STANTON, NASTASSJA KINSKI, DEAN STOCKWELL, AURORE CLÉMENT, HUNTER CARSON.

El realizador alemán Wim Wenders (Düsseldorf, 1945) tras abandonar los estudios de medicina y filosofía se propone ingresar en la IDEC (prestigiosa escuela de cine de París), pero al ser suspendido en el examen de ingreso decide aprender viendo cine en la cinemateca francesa. Posteriormente logra matricularse en la recién inaugurada Escuela Superior de Cine y Televisión de Munich, donde consigue diplomarse como director. Realiza varios cortos y ejerce como crítico de cine en varios periódicos. Descendiente del nuevo cine alemán y con referentes tan dispares como Ray y Ozu, en 1970 rueda su primer largometraje Summer in the city, un singular paseo por el paisaje urbano que viene a ser un esbozo de lo que serán las constantes de su obra. Entre los títulos más significativos de este vanguardista cineasta germano podemos citar: El miedo del portero ante el penalty (1971), Alicia en las ciudades (1973), Falso culpable (1974), En el curso del tiempo (1975), El amigo americano (1977), El relámpago sobre el agua (1979), El hombre de Chinatown (1982), El estado de las cosas (1982), Cielo sobre Berlín (1987), ¡Tan lejos tan cerca! (1993), Lisboa Story (1995), El final de la violencia (1996).

      Wenders gana la Palma de Oro y el Premio de la Crítica Internacional en Cannes’84 al narrar la historia de Travis (Harry Dean Stanton) un hombre confundido que vaga por el desierto en busca de sus orígenes y sobre todo parara encontrarse a sí mismo. En Texas está París, un pueblo fronterizo al que Travis llega. Separado de Jane (Nastassja Kinski) su silencio encierra un lacerante vacío. Acompañado de su hermano Walt (Dean Stockwell) y de su hijo Hunter (Hunter Carson) emprende viaje hacia Houston para hablar con Jane, que se gana la vida en un peep-show y a quien entrega a su hijo. El solitario Travis partirá sin rumbo fijo.

      En formato de road-movie, París, Texas es una espléndida película que condensa todos los recursos temáticos e ideológicos de su autor: personajes desorientados que desde algún punto muerto deciden la búsqueda de su identidad, la presencia de un turbador silencio -consecuencia seguramente de un profundo debate moral-, espacios luminosos que se abren al paso de seres apasionados y atormentados, el movimiento como un lenguaje fílmico lleno de poesía y atracción visual, y relaciones sentimentales que diseminan múltiples esporas de destrucción. Con un guión escrito por el polifacético Sam Shepard (escritor, actor, director) el director de Cielo sobre Berlín se aleja de la pretenciosidad de algunas de sus obras para mostrarnos con sencillez el peregrinaje de un hombre enigmático y prisionero de una historia de amor. 



      Pero lo malo de las historias de amor cuando acaban son los recuerdos, esa tira de imágenes y palabras que amenazan cualquier atisbo de calma. Y para Travis el amor es ya sólo un símbolo enjaulado en una cabina de peep-show, un invento, por cierto, muy significativo de la América y la sociedad contemporánea, en la que la soledad y la incomunicación arrastra la pérdida progresiva de la autoestima y sirve de puente a la marginación. Esta parte final de la película, bellísima, es de lo mejor que ha rodado Wenders en toda su carrera, todo en el film parece desembocar en esa preciosa secuencia de la conversación a través del cristal de la cabina, en la que Travis decide explicarle a su esposa que ha regresado con el hijo de ambos y todo el doloroso itinerario recorrido desde su separación. Con buenas interpretaciones de los tradicionalmente secundarios Harry Dean Stanton y Dean Stockwell y una deslumbrante fotografía de Robby Müller, París, Texas es una película sensible que ataca directamente a los sentimientos, una fascinante reflexión al mismo tiempo poética y desoladora sobre la angustia existencial y la encrucijada espiritual del individuo. Excelente banda sonora a cargo de Ry Cooder para un film bello e intimista.

DEJO, COMO BONO REGALO PARA MIS LECTORES, UNAS SUGERENTES IMÁGENES PERTENECIENTES A LA ANATOMÍA DE LA BELLA NASTASSJA KINSKI, PROTAGONISTA DEL COMENTADO FILM DE WENDERS Y MUSA INSUSTITUIBLE PARA LOS CINÉFILOS EN LAS DÉCADAS DE LOS 80 Y 90. ESPERO QUE LES GUSTE, TRES DE ELLAS PERTENECEN AL MEDIOCRE THRILLER "COLD HEART" (DENNIS DIMSTER, 2001).


4 comentarios:

  1. Una película realmente hermosa. Lástima que el cine de Wenders se haya devaluado en los últimos tiempos.

    Un abrazo.

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  2. De acuerdo contigo, Ricard, sin olvidar que este hombre nos ha regalado joyas como "Alicia en las ciudades", "El amigo americano" o "Cielo sobre Berlín". Ay, de aquellos legendarios cines de arte y ensayo barceloneses como el Capsa, Arkadín, Casablancia, ABC...

    Un abrazo

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  3. Hola Pedro: así la recuerdo , hace tantos años, tal como la describes: desoladora, poética y triste. Te leo y se me vienen a la cabeza unos versos de Neruda: "es tan corto el amor y tan largo el olvido". En su momento me gustó muchísimo, tanto que años después para retener su esencia me compré el CD de Ry Cooder, aún lo conservo y cuando lo pongo siento como el sol del desierto quema los fotogramas, a Natassia, su sensualidad (no sé si fue con esta película o con otra que trata sobre una pantera que mi amigo Antonio Mendoza y yo llegamos a la conclusión, es una ordinariez, de que sus cuartos traseros eran los más impresionantes de toda la historia del cine). Me pasa en este tipo de películas con tanta fuerza visual que no me entero muy bien del argumento y tal como van pasando los años lo que recuerdo de ellas son imágenes y la evocación de las mismas, que a veces suele ser más gratificante que el volverlas a ver, alguna decepción me he llevado al respecto. No creo que este fuera el caso.
    Muy bien Pedro, tanto la elección de la peli como tú artículo. Pero hoy sobre todo quiero darte la enhorabuena por el Campeonato de Liga que tan merecidamente ha ganado tu Atleti.
    Saludos.
    Pascasio.


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  4. Gracias por tus felicitaciones, Pascasio. Yo también quiero felicitar a todos los culés por la deportividad exhibida reconociendo el mérito de un equipo en el que nadie, absolutamente nadie creía. También me alegro de que tu hija esté ya recuperada de la jodida gastroenteritis. Y sí, la película a la que te refieres es "El beso de la mujer pantera" (Paul Schrader, 1982), remake resultón del clásico de Jacques Tourneur de 1942 con una Kinski deliciosa de 21 años que, cierto, no destacaba por sus planos pechos, pero tenía un orto absolutamente arrebatador.

    Qué decir de Paris, Texas, forma parte de ese imaginario cinéfilo que me pone nostálgico y me hace suspirar por una época irrepetible, es de esas películas que a un ser tremendamente melancólico como yo le lleva a recuperar sensaciones perdidas, un corrosivo ejercicio de regresión en el tiempo que desnuda esa parte de mi alma más solitaria y poética.

    Un abrazo

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