lunes, 13 de enero de 2014

INDIA REYNOLDS, FECUNDA EXPANSIÓN DEL DESEO


   La modelo de glamour británica INDIA REYNOLDS (Reading, 20 de diciembre de 1990) se dio a conocer cuando quedó finalista del concurso “Page 3 Idol” de la Página 3 del diario inglés The Sun (recuerdo a mis lectores que la Página 3 es una idea original de ese periódico y que posteriormente fue copiada por otros tabloides británicos, y que consiste en una gran fotografía de una modelo en topless que aparece siempre en la tercera página del periódico). Un concurso que da a las modelos aficionadas la oportunidad de competir por un premio que incluye un contrato de modelo para esa popular y controvertida página.


      En el concurso pueden competir todas las aspirantes a modelos mayores de 18 años y pechos naturales, que pueden enviar sus fotos en topless que se publicarán en la web Página 3 y serán votadas por el público. A India no le hizo falta ganar el concurso, pues tras aparecer firmó un contrato con la agencia de modelos de Samantha Bond (ya saben la MoneyPenny de las películas de James Bond de Pierce Brosnan). Desde entonces es una presencia habitual en revistas masculinas como Nuts, Zoo y FHM. En 2010 confeccionó su propio calendario hot, además de otros para The Sun, Nuts… También ha realizado trabajos para la web OnlyTease.


      India es toda una belleza de 1´68 metros de estatura, ojos marrones y pelo castaño, y es uno de los muchos ejemplos de esa extraña dicotomía que se aprecia muy marcadamente en las mujeres inglesas, un país en el que uno puede encontrar un tipo de chicas con caras de estreñidas o de tener permanentemente la regla, y otro tipo de chicas con una constitución perfecta, que derrochan simpatía a raudales y cuya sola presencia puede iluminar cualquier día de mierda. India Reynolds es de esas chicas.  



      Estoy tan cansado, India, que el espejo devuelve mi imagen fragmentada. Me consuela tu fidelidad, esa porción de intimidad que guardas sólo para mí. E irremediablemente me siento afortunado por formar parte de esta ceremonia febril que alerta los sentidos y pone énfasis en nuestra secreta razón. Sobrevivimos en el vacío para vivir en la verdad de la piel, donde la respiración acompaña un mutismo de piedra milenaria, y beso tus labios verticales para beber el néctar de la vida, atrapado en la extraña y fecunda expansión del deseo, que tras una explosión de colores, otorga un nuevo sentido a la paz. Sin volver la cara, dejamos atrás los muros con sus insidias y lamentos, esclavos sólo de la emoción poética.

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