domingo, 19 de junio de 2022

CRÍTICA: "BUENA SUERTE, LEO GRANDE" (Sophie Hyde, 2022)

 

La búsqueda del orgasmo en el otoño de la vida

“BUENA SUERTE, LEO GRANDE” êêê

DIRECTOR: Sophie Hyde.

INTÉRPRETES: Emma Thompson, Dsryl McCormack, Charlotte Ware, Isabella Laughland

GÉNERO: Tragicomedia / DURACIÓN: 97 minutos / PAÍS: Reino Unido / AÑO: 2022

     La directora australiana Sophie Hyde debutó en el año 2013 con una película que tuvo buena acogida en el Festival de Sundance, 52 martes, un relato sobre una chica de 16 años cuya madre se va a someter a una operación de cambio de sexo. Su segundo largometraje, Amistades salvajes (2019), lo recuerdo como una irregular adaptación de la novela homónima de Emma Jane Unsworth que versa sobre dos jóvenes que después de una década juntas compartiendo amistad y salidas nocturnas verán como su relación se ve afectada por el nuevo amor de una de ellas y su plena dedicación a la novela que está escribiendo.

    Hyde nos presenta ahora la que es sin duda su mejor cinta hasta la fecha, Buena suerte, Leo Grande, una historia que sigue a Nancy Stokes (Emma Thompson), una maestra jubilada y viuda que anhela algo de lo que nunca gozó en su matrimonio: buen sexo. Su difunto marido le proporcionó un hogar, una familia y estabilidad, pero nunca un orgasmo. Transcurridos dos años desde la muerte de su esposo, Nancy contrata a un atractivo gigoló que responde por el nombre de Leo Grande (Daryl McCormack). En la lujosa habitación de un hotel, Nancy recibe a Leo, que incluso le gusta más en persona que en la foto de su perfil. Se siente turbada y no esperaba que la conversación que inicia con Leo hará que todavía le guste más, y a él, también ella. Con un poco más de confianza en sí misma, Nancy comenzará a relajarse y a sentir placer. Durante el desarrollo de sus varios encuentros, las diferencias de poder van cambiando y las fachadas de sus personajes abrirán sus puertas a los más íntimo.

     Interesante tragicomedia que trata de trascender ciertos mitos y tabúes sobre el gozo sexual de las personas de avanzada edad que además tuvieron una educación represiva y que estuvieron casadas con hombres que las hacían el amor de forma mecánica, sin pasión ni fantasía. Emma Thompson (que tiene en la actualidad 63 años) se entrega en cuerpo y alma para dar vida de forma creíble a Nancy, una profesora de religión jubilada y viuda que quiere probar algunas cosas referentes al sexo antes de que sea demasiado tarde. En su búsqueda del orgasmo y una vez que se cita en la habitación de un hotel con el trabajador sexual Leo Grande, un joven atractivo y musculoso, ella se dará cuenta de que no es tan fácil cambiar el asumido rol de madre veterana y antigua maestra por el de bomba sexual a punto de explotar. Y él también será consciente en un hotel londinense va a ir todo muy despacio, por lo que inician una conversación regada con champán. Una charla que en los distintos encuentros servirá para que se conozcan (imaginamos que sus nombres son falsos), e intercambiarán anécdotas, experiencias, confesiones y reflexiones sobre diferentes episodios de sus vidas con humor, y a veces, con tristeza.

    Buena suerte, Leo Grande acierta en el retrato íntimo de dos seres que sufren grandes carencias y desamparo. Ella porque siente la soledad en lo profundo más de su alma y la inexorable decadencia  de su cuerpo, que ya no goza de antaño, y él, un gigoló con los sentimientos a flor de piel, porque engaña a su familia que creen que trabaja en una plataforma petrolífera, y que perteneciente a una estricta familia católica irlandesa, vive sin el contacto y el amor afectivo de su madre, que reniega de él porque tiempo atrás tuvo lugar un suceso que le hizo abandonar la vivienda familiar.

     No recuerdo haber visto nunca antes un desnudo integral de Emma Thompson en ninguna película, lo hace ahora en el otoño de su existencia, imponiendo su ajada figura por encima de los deslumbrantes bellezones que lo hacen a menudo en la pantalla de forma insustancial y frívola. El libreto de Katy Brand no es ningún ejemplo de excelencia, copiosamente afectado por diálogos rebosantes de ternura tan simples como eficaces. Es el gran trabajo de Daryl McCormack y Emma Thompson lo que eleva la función haciendo que sus personajes se nos muestren tangibles, cercanos, humanos y con cierta profundidad psicológica. Eso y la gran dirección de actores de Sophie Hyde, que logra con esta película derribar algunos mitos (el sexo y la vejez) y al mismo tiempo poner énfasis sobre la represión sexual femenina que sufrieron anteriores generaciones, concluyendo que la satisfacción sexual es muy poderosa a cualquier edad.  

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