lunes, 23 de noviembre de 2015

LAS MEJORES PELÍCULAS DE CULTO: "ANGST" (GERALD KARGL, 1983)

"LA ANGUSTIA DEL MIEDO"  (1983)         
   


      No resulta arriesgado afirmar que Funny Games (Michael Haneke, 1997) le debe mucho a esta rara avis firmada por su paisano austriaco Gerald Kargl, del que poco se sabe pero cuyo legado artístico se resume en esta obra de oculto que te será imposible ver en una sala de cine comercial. Angst sigue siendo hoy una película desconocida para el gran público aunque los aficionados que la descubrimos hace ya más de tres décadas, como es mi caso, la hemos visionado muchas veces y no hemos parado de comentarla, recomendarla e incluirla en listas especializadas. Gerald Kargl  (Villach, Austria, 1953) comenzó a realizar cortometrajes a la edad de 14 años. Entre 1976 y 1982, funda y organiza el festival de cine Die Österreichischen Filmtage. Además, funda y edita la revista cinematográfica Filmschrift. También en 1991 creó su propia productora, y a pesar de trabajar (dirigiendo y produciendo) en más de cien spots comerciales y films promocionales, su nombre ha quedado asociado exclusivamente a este largometraje que escribió, dirigió y produjo en colaboración con el cineasta polaco Zbigniew Rybczynski. Desde 1998, Kargl ha escrito, dirigido y producido más de 20 films documentales  y películas educativas. 


      Sinopsis: Tras pasar 10 años en prisión por asesinar a una anciana, un asesino psicópata (Erwin Leder, un tipo con un increíble parecido físico con el actor y cantante Bob Geldof) es puesto en libertad. No tardará en sentir deseos de matar, y nada más salir lo intenta con una taxista. Una situación que le obliga a salir precipitadamente del taxi y en su frenética huida descubre una casa rural que parece abandonada. Pero al poco tiempo ve como llega a ella la familia que la habita: una joven atractiva, su hermano con discapacidad física y mental y su madre, una mujer mayor enferma del corazón. Un objetivo ideal para perpetrar su sádico plan que no es otro que asesinarlos a todos.
      

      Narrada en primera persona y haciendo uso de la consabida coletilla “basada en hechos reales” (de hecho, está inspirada en las correrías de Werner Kniesek), Angst se impone como un film rodado en tiempo real y de un tono semidocumental frío y contundente, un viaje a lo más profundo de la mente trastornada de un asesino, de una psique degradada por los traumas y maltratos de la infancia, horribles experiencias que la voz en off del protagonista narra de forma tranquila durante el asalto a la casa entrando en contraste con la desquiciada acción, tratando de inmovilizar a la hija adolescente y estrangular a la madre, al mismo tiempo que recuerda algunos episodios dolorosos de su vida, como su internamiento en un monasterio de monjas. Los terroríficos acontecimientos que suceden dentro de la casa son explicados como una venganza cruel contra todos los que le hicieron daño en su niñez sin importar quiénes sean los actores víctimas de esa venganza. Así, en un clima delirante y opresivo, las constantes esquizo del protagonista, son mostradas de manera enérgica saltando de una víctima a otra, en un intento por prolongar la angustia y el sufrimiento, algo que sin duda sirve de catarsis a sus instintos asesinos. Una secuencia enervante y salvaje (el sangriento y compulsivo acuchillamiento de la joven en un sucio pasadizo) eleva la locura a un grado superlativo de violencia irracional


     La perturbadora imagen del tarado asesino con los pantalones bajados encima del cadáver de la chica (territorio necrófilo) simboliza funestamente las claves de su impotencia, su recelo y desprecio por la convivencia y la vida social, el deseo íntimo por sentir el oscuro abrazo de la muerte. De ahí que el protagonista confiese  sentirse excitado de nuevo a la hora de trasladar los cadáveres y llevarlos siempre consigo. Queda definida así que su relación con el entorno está extremadamente deteriorada como consecuencia del desarraigo vivido desde su más tierna infancia… y busca en el sadismo su única fuente de placer. El nervioso montaje ejecutado por Gerald Kargl, aporta siempre un énfasis alucinante y paranoico a la acción, un despliegue de depravación sin concesiones frívolas ni coartadas morales, dotando a los asesinatos de una pátina sucia y enfermiza que no acepta juicios de valor aun cuando el epílogo aporta una explicación convincente. Angst está rodada con un hiperrealismo terrorífico y una fisicidad absolutamente nauseabunda, y si Michael Haneke absorbió muchos de los elementos de esta película para adaptarlos a su obra (Funny Games), también Gaspar Noé se ha visto influenciado por ella (escena del subterráneo de Irreversible), así como el holandés Alex van Warmerdam para su magnífica Borgman (2013), a los aficionados nos impactó la severa frialdad de un relato  donde los personajes no se comunican y proyectan un enorme vacío existencial, asumiendo el demoledor mensaje de que ante el Mal no se admite defensa ni salvación.

  

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