miércoles, 5 de febrero de 2014

LA PELÍCULA RESCATADA: "SAVIOR"

SAVIOR
DIRECTOR: PETER ANTONIJEVIC.
INTÉRPRETES: DENNIS QUAID, NASTASSJA KINSKI, STELLAN SKARSGARD, NATASA NINKOVIC.
Drama Bélico - USA, 1997 - 104 Minutos.
    
      Con Savior, primera producción estadounidense rodada totalmente en la república de Serbia desde el final de la guerra, Peter Antonijevic -uno de los más importantes directores de la antigua Yugoslavia- da el salto al cine norteamericano. Con anterioridad había realizado Mala y O pokojniku sue najlepse, las cuales no he tenido la oportunidad de ver. La trama gira en torno a un militar norteamericano (Dennis Quaid) que sufre la pérdida de su mujer (Nastassja Kinski) y su hijo en un atentado de los fundamentalistas islámicos. Vengativo, salvaje y cegado por la ira, lleva a cabo una terrible matanza en una mezquita de París. Para no ser condenado por la justicia renuncia a su nacionalidad e identidad y se alista a la legión extranjera. A partir de ese momento y acompañado de su colega Dominic (Stellan Skarsgard) luchará como mercenario en guerras y países de todo el mundo. Ahora se encuentra al servicio del ejército serbio en la guerra de Bosnia, una guerra diferente que le hará observar los límites del odio y del horror. Un día acompañado a Goran, un joven serbio-bosnio, para un intercambio de prisioneros, se encuentra a una mujer embarazada (Natasa Ninkovic), el protagonista defiende a la mujer cuando es brutalmente atacada por Goran, al que acaba asesinando. A raíz de esto, una luz parece encenderse en sus tinieblas interiores.
    
    Coproducida por Oliver Stone y basada en una historia escrita por el corresponsal de guerra norteamericano Robert Orr, que a consecuencia de su estancia en la guerra de los Balcanes escuchó de boca de un combatiente la historia de cómo acabó cuidando a un niño huérfano abandonado en el campo de batalla. Rodada en la montenegrina y herrumbrosa ciudad de Budva, marco real de esa horrible contienda, Savior nos muestra a través de la mirada combativa de Antonijevic -un hombre que sufrió en sus carnes la persecución política-, los efectos destructores de todo conflicto bélico, la depravación de la voluntad y la conciencia, así como la regeneración de un monstruo llamado Guy. Sí, ciertamente hay muchos infiernos, pero están en este mundo, y las sangrientas guerras civiles que vienen asolando Yugoslavia (“ese país imaginario”) desde la caída del comunismo, son un claro ejemplo de ello. Hay quien afirma que en las guerras no hay héroes, ni vencedores ni vencidos, sin embargo sí que los hay; cualquiera de las víctimas inocentes -miles, millones entre la población civil- son héroes vencidos, y en los Balcanes, el nacionalismo étnico (el peor de los nacionalismos, según Jon Juaristi), bajo las órdenes de las terroríficas figuras de Slobodan Milosevic y Radoban Karadzic, se ha perpetrado uno de los capítulos más infames de la historia universal reciente.


    Me pueden convencer de que toda guerra tienen una razón de ser y los que luchan en ella motivaciones para hacerlo, otra cosa es que esas razones sean tan necias y bastardas como en el caso yugoslavo: las discrepancias de índole religiosa, de ahí el continuo fracaso para crear un gran estado multiétnico, las responsabilidades pues están claras. Las motivaciones de Guy son bien distintas, una vez que ha perdido a su mujer y a su hija del modo más espantoso y absurdo, un atentado terrorista, que es el acto último del más feroz fanatismo, el hombre al que han robado su condición humana, se convierte en un ser amoral, sin escrúpulos ni miedo a morir -en realidad es lo que busca- en una perfecta máquina de matar. 

      Antonijevic acierta al recrear no sólo los efectos físicos o materiales de la guerra, hacen falta únicamente unas escenas, unas pocas imágenes para recoger la verdad de un país devastado, también, y esto es lo más importante, el film retrata con bastante verosimilitud la encrucijada vital y los dilemas morales que provoca. Guy, al igual que Dominic, ejerce de francotirador que mata a adolescentes, los cuales no son precisamente unos angelitos, por la mira telescópica se ven bien dibujados los rasgos de quienes van a ser instantáneamente asesinados, pero los rostros anónimos en una guerra se difuminan en el mismo momento en que uno aprieta el gatillo. Aun así, el insensible francotirador salva la vida de la joven embarazada víctima de una violación -otro método repugnante utilizado en esa contienda como eficaz instrumento-, y del bebé, al que adoptará al ser incapaz de dejarlo abandonado y con la intención de llevarselos lejos de allí. La bestia ha recobrado la fe y la humanidad, sólo los que están condenados por crímenes execrables, no podrán hacerlo. A destacar el magnífico retrato del mercenario tipo <<el infierno camina conmigo>> que realiza Dennis Quaid, la alarmante presencia de Stellan Skarsgard y la afligida belleza de Natasa Ninkovic, para un film realizado con escasos medios y que es, ante todo, un severo alegato anti-bélico que pasó por la pantalla grande increíblemente desapercibido.
  


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