domingo, 27 de octubre de 2013

CRÍTICA DE: "INSIDIOUS: CAPÍTULO 2"


Secuela resultona aunque innecesaria
INSIDIOUS: CAPÍTULO 2 êê
DIRECTOR: JAMES WAN.
INTÉRPRETES: PATRICK WILSON, ROSE BYRNE, BARBARA HERSHEY, LIN SHAYE, TI SIMPKINS, LEIGH WHANNELL.
GÉNERO: TERROR / EE. UU. / 2013  DURACIÓN: 105 MINUTOS.   

    A diferencia de otros seguidores de James Wan (que recientemente nos ha presentado la magistral Expediente Warren: The Conjuring), este cronista no creía necesaria una secuela de la exitosa Insidious (2011) y me decantaba por dejar algunos secretos e interrogantes al albur de la imaginación del espectador. En realidad, cada vez me gusta menos el cine excesivamente masticado y repleto de subrayados. Pero el director malayo criado en Australia sabe hacer cine, y cualquier cosa surgida de su efervescente imaginación debe ser visionada por el aficionado. Lo cierto es que la película recaudó 40 millones de dólares en su primer fin de semana de exhibición en Estados Unidos, un dato que nos puede dar una idea del enorme gancho que tiene este cineasta aun en tiempos muy malos para la lírica.


      El film comienza con un intrigante flash back que nos muestra cómo fue la niñez de Josh (Patrick Wilson) y su encuentro con la médium Elyse (Lyn Shaye). Trasladados al presente y enlazando con el final de la primera entrega, los Lambert han abandonado su residencia para vivir una temporada en la casa familiar de la madre de Josh, Lorraine (Barbara Hershey), un enorme caserón de estilo victoriano. En un primer momento, todo parece discurrir en armonía, aunque pronto de que aquello que les acosaba y torturaba en su vivienda también les ha seguido hasta aquí. Algunas señales así lo indican: aparatos que se conectan solos, un piano que hace sonar una melodía sin que nadie toque sus teclas, y el cada vez más extraño comportamiento de Josh. No sólo eso, a su madre y a su esposa Renai (Rose Byrne) se les aparece una novia fantasmagórica con muy malas pulgas. Suficiente para que la familia quede convencida de que hay que pedir ayuda.


        Con un guión firmado por Leigh Whannell y el propio Wan, INSIDIOUS: CAPÍTULO 2, en la línea obsesiva del director por los entes, poltergeist, fantasmagorías y casas encantadas, no aporta elementos novedosos e incide en la misma cosmovisión de la película original convirtiéndose en una prolongación de aquella tan fácil de ver como prescindible. Insisto, Insidious no pedía a gritos una secuela porque sus enigmas no reclamaban unas vueltas de tuerca que a la postre resultan irrelevantes. Aun así, nos regala una primera media hora rodada de forma elegante, en donde Wan demuestra su pericia en la dirección de actores, planificación y control del suspense, aunque muchos trucos y sustos resulten ya muy trillados.

         Lo peor es que queda una hora desconcertante y confusa a modo de tótum revolútum en donde vemos deshilacharse las costuras de lo que no es más que un pastiche multi y autoreferencial que desbarata la sutil sugestión de los primeros compases, asistiendo a una sucesión de sustos y golpes de de sonido que nos alertan sobre la presencia de los entes demoníacos, y aunque existe una cierta coherencia en el modo de enlazar las dos entregas, la cohesión  no impide que algunos momentos parezcan impostados y otros rocen la comicidad.
      
  La verdad es que no se ha puesto demasiado interés en los diálogos y los personajes se nos aparecen más planos que en el anterior film. Todos sabemos que a estas alturas es muy difícil ser mínimamente original en el cine de terror, y de lo que se trata realmente es de reelaborar fórmulas y estilos que en esta continuación va más por el camino de la acumulación y la reiteración que por el de la calidad  y la peculiaridad. Estaremos de acuerdo en que Wan consigue plasmar momentos verdaderamente perturbadores (el impactante hallazgo en la casa abandonada del anciano Parker), que sabe crear una ambientación tan bella como intrigante y que juega siempre con presupuestos muy ajustados (5 millones para una película que ha recaudado ya más de 120 en todo el mundo), razones poderosas por las que este crítico le pide más, sin que se acomode en el abuso de clichés en un terreno que tiene excesivamente trillado.


      En definitiva, INSIDIOUS: CAPÍTULO 2 es una película menor en la filmografía de este director que rodada con el piloto automático no se muestra demasiado pulcra con los pequeños y sugerentes detalles, un artefacto apenas resultón y poco consistente, que nos regala un clímax final tan previsible como los sustos que jalonan todo el metraje.

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