domingo, 11 de noviembre de 2012

CRÍTICA DE "DEADFALL"

La familia como el primer nido de corrupción de un ser humano
DEADFALL êêê
DIRECTOR: STEFAN RUZOWITZKY.
INTÉRPRETES: ERIC BANA, OLIVIA WILDE, CHARLIE HUNNAM, SISSY SPACEK, KATE MARA, KRIS KRISTOFFERSON, TREAT WILLIAMS.
GÉNERO: THRILLER / EE. UU. / 2012  DURACIÓN: 94 MINUTOS.   
ESTRENO EN ESPAÑA: 4 DE ENERO 2013.          
     
      El director austriaco Stefan Ruzowitzky se lanza a la aventura de dirigir este thriller violento y perturbador que tiene como escenario el bello y nevado paisaje del norte de Michigan. El realizador, que ganó el Oscar a La Mejor Película de habla no inglesa por Los Falsificadores (2007), estimable cinta que teniendo como telón de fondo un campo de concentración nos plantea el dilema moral de unos falsificadores judíos que están cooperando con sus verdugos, hace su debut en Hollywood con un cambio total de registros (temática, género, espacio telúrico) con respecto a su obra anterior con un film que fue presentado en el pasado Festival de Tribeca y en el que un entregado Eric Bana con una psique atormentada por los traumas de su infancia, se convierte en el epicentro de la función convertido en un asesino de extraña moral y gatillo fácil.
     
      La historia nos presenta a los hermanos Addison (Eric Bana) y Liza (Olivia Wilde), que se encuentran en plena huida por una carretera nevada tras haber atracado un casino. Tras chocar el vehículo en el que huyen con un ciervo tiene lugar un aparatoso accidente del que los dos hermanos salen indemnes. Addison mata a un policía estatal que ha parado su coche patrulla para prestarles su ayuda. Con la policía pisándoles los talones, los dos hermanos deciden separarse y así poder llegar a la frontera con Canadá. Mientras tanto, el problemático ex boxeador Jay (Charlie Hunnam) sale de cárcel y recoge a Liza con síntomas de hipotermia cuando se dirige a casa de sus padres, June (Sissy Spacek) y Chet  (Kris Kristofferson), un sheriff retirado con el que Jay tiene una relación distante, para pasar juntos el día de Acción de Gracias. Un giro del destino provocará que todos los personajes confluyan en la casa de los padres de Jay provocando una serie de acontecimientos inesperados.   

      Lo que realmente resulta muy atractivo de DEADFALL es su poder atmosférico (ese agorafóbico clima glacial tan bien representado en películas como El tren del infierno, Fargo o Un plan sencillo, por poner unos ejemplos), una ambientación determinante para definir las gélidas relaciones entre los miembros de todas las familias representadas: El sheriff encarnado por Treat Williams que ejerce de manera déspota y sexista con su hija -Kate Mara- a la que no deja realizar trabajos de campo y sólo quiere ver en la oficina; la tensa relación del ex boxeador Jay con su padre, el sheriff jubilado,  por dejarse ganar en un escándalo con el tema de las apuestas; y la ambigua relación que bordea el incesto entre los hermanos Addison y Liza. 

      El director de Anatomía logra un buen equilibrio entre las conversaciones intimistas y las explosiones de violencia visceral prolongando un viaje a las negras profundidades del alma para el que no parece existir otras metas que el vacío o la redención. Con hechuras de thriller clásico la acción se desarrolla enmarcando momentos verdaderamente conmovedores, como ese en que tras recibir la bronca de su irascible padre, una magnífica Kate Mara se le encara diciéndole “Si yo fuera uno de tus muchachos lo que tendrías que hacer es estar orgulloso de mi”.

     
      Secuencias de acción bien planificadas, como esa emocionante y sangrienta persecución con las motos de nieve se ven alternadas con escenas introspectivas que ahondan en un oscuro y oculto pasado que como una herida infectada va gangrenando personalidades escindidas y vidas marcadas por las decisiones equivocadas (la ternura de June que recibe a su hijo que acaba de abandonar la cárcel y está arrepentido). DEADFALL es una interesante propuesta que te invita a acercarte a unos personajes tocados por tormentosas relaciones paternofiliales, que actúan como contenedores de emociones y prejuicios castrantes sin dejar a los personajes avanzar. 

      Es significativa esa pieza en que Addison asesina a un tipo que está aterrorizando a su esposa y a sus pequeñas hijas en una vieja cabaña del bosque. Una de las hijas pregunta a Addison si también la va a matar a ella, el peculiar y salvaje Adisson, un cáncer que extiende la muerte por donde pasa, una contradicción andante, le contesta “No, los niños deberíais estar protegidos siempre”. Cuando las tres familias confluyan en la casa de los padres del ex boxeador el día de Acción de Gracias sabes que algo electrizante va a pasar, el qué es algo terriblemente insospechado.


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