“LA INFILTRADA” êêê
DIRECTORA: Arantxa Echevarría.
INTÉRPRETES: Carolina Yuste, Luis Tosar, Íñigo
Gastesi, Diego Anido, Víctor Clavijo, Nausicaá Bannín.
GÉNERO: Thriller / DURACIÓN: 118 minutos / PAÍS: Suecia / AÑO: 2024
La organización terrorista ETA prometió una Euskal Herría libre y finalmente sólo entregó muerte, dolor y desolación. Infausto legado. Culpable fue también gran parte de aquella cobarde sociedad vasca que bien porque tenían miedo (y guardaban silencio mirando para otro lado); bien porque eran cómplices (y ayudaban a la banda criminal informando, ofreciendo refugio y cobertura), no se rebeló y colaboró en que los bestiales atentados de una lucha armada que dejó 850 muertos y que estaba condenada al fracaso desde sus inicios, se alargaran durante 59 años. La mayoría de esos sangrientos asesinatos cometidos con una España ya en plena democracia, y en donde se podían sostener todas las batallas políticas, ideológicas y reivindicaciones en un marco legal pacífico. ETA, derrotada, dejó las armas en 2011, las secuelas de sus atroces actos no desaparecerán nunca de la memoria colectiva de las personas decentes.
La Infiltrada, película dirigida por Arantxa Echevarría con un guión propio y de Amelia Mora, nos narra las vicisitudes reales por las que pasó Aranzazu Berradre Marín, pseudónimo de una agente de la Policía Nacional que se infiltró durante ocho años en la banda terrorista ETA y que en la película aparece con el nombre de Arantxa, a quien da vida Carolina Yuste. Se infiltró con 20 años consiguiendo adentrarse en la izquierda abertzale de San Sebastián, conviviendo en un piso con dos terroristas, Kepa Etxebarría y Sergio Polo. Durante su labor de infiltración cortó lazos con sus familiares en Logroño, todo para poder desarticular el sanguinario comando Donosti en un momento crucial en el que la banda declaró una falsa tregua. Su peligrosa y valiente misión estaba supervisada por el inspector jefe Ángel, alias “el Inhumano” (Luis Tosar), que confió en ella y cambió su vida para salvar la vida de otros.
Una temática similar ya había sido llevada al cine en la irregular película de Miguel Courtois, Lobo, con las hazañas del infiltrado Mikel Lejarza, alias “Lobo”. No nos engañemos, tampoco La Infiltrada es una obra maestra, pero sí es buen cine de género, un cine creado para un público masivo que ofrece lo que promete, un thriller cargado de tensión, sospechas y emociones. Un éxito que se debe, sobre todo, a la superlativa interpretación de la extremeña Carolina Yuste, que despliega un amplio abanico de recursos y matices. La primera parte de la función es para este cronista la menos atractiva.
Vemos a Arantxa introducirse en el mundillo descerebrado de Jarrai, los movimientos antisistema y antimilitaristas, trabajar en una Herriko Taberna, estudiar euskera, ganarse la confianza del entorno extremista, pegar carteles por la parte vieja de San Sebastián, haciendo méritos para que, llegado el caso, puedan encomendarle labores de más sustancia y contactos de más altura. Pegando carteles se encuentra cuando ve al más cobarde y sanguinario de los asesinos etarras del Comando Donosti, Txapote, entrar en el restaurante La Cepa para descerrajarle un tiro en la cabeza a Gregorio Ordóñez, tal vez el político más valiente de nuestra historia democrática. Durante ese primer tramo asistimos a las horas de soledad y desasosiego de Arantxa, observamos sus dotes de simulación para salir airosa de situaciones difíciles y a sus contactos en cafeterías de hospitales con su jefe. Todo correcto, pero ni micho menos deslumbrante.
La película toma vuelo cuando la infiltrada toma contacto con el primer terrorista, el liberado Kepa Etxebarría, un novato que busca el aprecio de la cúpula de ETA, un peón más desechable para los que manejan el cotarro, y con el que Arantxa compartirá piso, escarceos románticos y cama. La cosa se complica con la aparición del psicópata salvaje Sergio Polo Escobés. El tercer ocupante del piso, un tipo impulsivo y cerril, machista, imprevisible, arrogante y siempre bestial que no se separa nunca de su pistola. Desde que la infiltrada comenzara a moverse por entorno abertzale hasta el momento en que hace de correo y conductora para los etarras, Arantxa ha recorrido ya un itinerario pavoroso surfeando el miedo, el odio y la violencia, y en la loca espiral de esa pesadilla ha logrado sobrevivir y salvar muchas vidas.
Ya nada será lo mismo para ella y ninguna
recompensa será suficiente. El asesinato de Miguel Ángel Blanco en 1997 supuso
un punto de inflexión, un momento de debilitamiento social de apoyo a la banda
terrorista y de toma de conciencia sobre la inutilidad de la carnicería que habían
cometido. Con una fotografía de tono apagado, La Infiltrada pasa de
puntillas por las torturas del cuartel de Intxaurrondo, el lavado de cerebro de
una juventud desnortada, el machismo en la policía y en ETA, las torpes
competencias entre la Policía y la Guardia Civil… pero es Carolina Yuste la
estrella que brilla siempre con una luz especial, el coraje de esa heroína
llamada Arantxa dejará una huella indeleble en nuestra memoria cinéfila.
Gran interpretación de Carolina Yuste, confirmación de Diego Anido en el rol de psicópata a la vieja usanza, y un thriller que consigue mantener al espectador en tensión como mínimo en toda su segunda mitad (como señalas).
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes razón, Anido ya ha demostrado el dominio de ese rol en "Trote" y "As Bestas". La historia es muy similar a "Lobo", pero Arantxa Echevarría ha conseguido una película de un tono más equilibrado con situaciones más creíbles, tal vez menos forzadas. Y sí, brilla Carolina Yuste.
ResponderEliminarUna abraçada.