martes, 1 de noviembre de 2022

CRÍTICA: "BARBARIAN" (Zach Cregger, 2022)

 

Nueva muestra del Terror Social

“BARBARIAN” êêêê

DIRECTOR: Zach Cregger.

INTÉRPRETES: Georgina Campbell, Bill Skarsgard, Justin Long, Matthew Patrick Davis, Richard Brake, Kurt Braunohler, Jaymes Butler.

GÉNERO: Terror / DURACIÓN: 102 minutos / PAÍS: EE.UU. / AÑO: 2022

    El talento oculto del actor, guionista y director Zach Gregger no había dado ninguna señal de vida hasta ahora. Porque lo cierto es que si echamos un vistazo a su escueta filmografía nos daremos cuenta de que en el año 2007 aparecía como creador e intérprete de una serie titulada The Whitest kids U’Know una comedia de sketches para la televisión que nunca se ha llegado a estrenar por estos lares. Fue en el año 2009 cuando debuta en el largometraje con la insufrible comedia Miss Marzo, con el mismo director al frente del reparto. La última película codirigida por su inseparable Trevor Moore fue The Civil War on Drugs (2011), una parodia ambientada en la Guerra Civil Estadounidense.

     El caso es, insisto, que nada hacía presagiar que este cineasta nacido en 1981 en Arlington (Virginia), nos pudiera regalar esta pequeña joya del terror contemporáneo titulada Barbarian, una historia que sigue a Tess (Georgina Campbell), una joven que viaja a Detroit para una entrevista de trabajo y ha alquilado en la ciudad una casa para pernoctar. El problema es que cuando llega a altas horas de la noche, la casa ya está habitada por un joven, Keith (Bill Skarsgard) que también puede demostrar que la había reservado. En contra del sentido común, acepta la invitación de Keith para compartir la casa y pasar la noche allí. Sin embargo, pronto descubre que hay cosas peores a las que temer que el compañero con el que tiene que compartir la vivienda.

    Uno de los mayores aciertos de Barbarian es que Cregger arrastra al espectador por derroteros que nadie espera, no sólo en cuanto a los giros y retruécanos de la narración, sino a la brusca irrupción de personajes con subtramas que aportan nuevos y emocionantes estímulos. El comienzo de la película es muy prometedor con Tess aparcando su automóvil frente a la casa que ha alquilado en medio de una tormenta y se da cuenta de que se encuentra en una de las zonas más degradadas de la ciudad, el barrio de Brigtmoor, rebosante de casas abandonadas y herrumbrosas, basura y matorrales. Como veremos en un flash back, antaño fue un próspero barrio de clase media, pero el éxodo y la decadencia de la industria automovilística de Detroit transformaron esos suburbios en distritos marginales.

    Para colmo, en la vivienda se encuentra viviendo otro tipo que alquiló la misma casa desde otra página web y es imposible encontrar una habitación en un hotel porque en la ciudad se está celebrando una convención médica. Tras ocupar la habitación que amablemente le ha cedido Keith para dormir, Tess está convencida de que la casa esconde un secreto en el tenebroso sótano. Barbarian luce un magnífico diseño de producción a pesar de su limitado presupuesto, consiguiendo amplificar las atmósferas malsanas tanto en los planos nocturnos del exterior como en las escenas que suceden en el siniestro sótano. Al mismo tiempo va dejando pildoritas que nos invitan a reflexionar sobre el deterioro de las zonas periféricas de las grandes urbes que nunca formaron parte de un proceso urbanístico de rehabilitación, así como de asuntos como los abusos sexuales en el mundillo del cine y los prejuicios sociales. No obstante, lo mejor lo encontramos en la originalidad del libreto y lo imprevisible de la acción, en la sorpresa de no saber por qué parajes transitará apartando al espectador de los lugares más comunes.

    Con la introducción del personaje de AJ, a quien da oxígeno Justin Long, se produce la mayor fractura de la función y el factor principal que nos llevará a adentrarnos las tinieblas del sótano. Una incursión tan delirante como escalofriante por el subsuelo de la vivienda en la que Tess descubrió un habitáculo con una cama, una cámara y un balde a modo de cámara de tortura. Esos pasadizos secretos del sótano ni siquiera los conocía AJ, el propietario de la vivienda que, tras perder su trabajo como actor por una acusación de abusos sexuales, intenta sacar el mayor partido a la venta de la casa a raíz del hallazgo. Sin profundizar en ninguna de las manidas temáticas que conforman la actualidad, Barbarian se une a la corriente de terror social en donde las víctimas pueden convertirse en verdugos debido a distintas cuestiones nada aleatorias, que aquí remonta su origen en una subtrama que se desarrolla en plena era Reagan y que tiene que ver con violaciones, incestos y una criatura atormentada y deforme debido a la endogamia. Desde el inquietante inicio hasta el trepidante clímax final, Cregger traza un ingenioso y espeluznante camino que no dejará a ningún espectador indiferente.


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