miércoles, 5 de agosto de 2020

CRÍTICA: "OPEN 24 HOURS" (Pedraig Reynolds, 2018)


Lluvia y sangre
“OPEN 24 HOURS” êêê
DIRECTOR: Pedraig Reynolds
INTÉRPRETES: Vanessa Grasse, Emily Tennant, Brendan Fletcher, Cole Vigue, Selina Giles, Tomi May.
GÉNERO: Terror / DURACIÓN: 97 minutos / PAÍS: EE.UU. / AÑO: 2018.


   El director encasillado en el género de terror Pedraig Reynolds debutó en el año 2011 con la irregular cinta Rites of Spring, film inédito por estos lares con un flojo guión del propio director que a pesar de que no inventa la pólvora contiene algunos hallazgos interesantes y resulta superior a su siguiente criatura Worry Dolls (2016), un fallido relato que trata sobre un asesino en serie que es abatido por la policía pero cuando en un tranquilo pueblo se suceden una serie de crímenes se darán cuenta de que su legado sigue vivo.


   Su penúltima película, Open 24 hours es su mejor creación hasta la fecha, una película que relata el drama de Mary (Vanessa Grasse) una joven que, tras una temporada en la cárcel, acaba de salir de un hospital psiquiátrico tras prender fuego a su novio, un asesino serial psicópata que sigue en prisión y que la obligaba a mirar cuando asesinaba a sus víctimas. La misma noche que comienza a trabajar en una aislada gasolinera, comienzan a aparecer los cadáveres. Mary está siendo tratada porque sufre alucinaciones debido al trauma sufrido, la pregunta es ¿es su novio el responsable de los nuevos crímenes o sigue en la cárcel y todo es una consecuencia de las paranoias de la protagonista?


   Entre la paranoia y la realidad, sin estridencias, ni pretensiones ni moderneces, Pedraig Reynolds utiliza todos los códigos del género para armar un artefacto entretenido que juega con la posibilidad de que todos los macabros sucesos sólo estén ocurriendo en la mente de la protagonista… o no. Poco importa porque sin salirse de los tradicionales senderos de la intriga y el terror con buenas dosis de gore, Open 24 hours consigue mantener la atención del espectador durante toda la función gracias a unas aceptables interpretaciones, una fotografía de colores ocres cortesía de David Matthews y crear así una atmósfera inquietante en la gasolinera abierta las 24 horas y situada en medio de la nada. 


   Único escenario en donde cada pequeño ruido es una señal de alarma para Mary, que recorrerá aterrorizada todos los pasillos, lavabos y almacenes, con alguna escapada fuera tratando de huir de la amenaza de un killer de imponente estética (como mandan los cánones) que utiliza para sus crímenes herramientas muy contundentes. Es el conocido asesino en serie “El Destripador de la lluvia”, que aparece en las noches de lluvia y que será de nuevo la peor pesadilla de una Mary con la mente erosionada que tendrá que hacer frente a sus demonios si quiere encontrar una paz que tal vez sólo con su muerte será definitiva. Buena peli.


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