¿De verdad hacía
falta este remake?
THE AMAZING SPIDER-MAN (3D)
DIRECTOR: MARC WEBB.
INTÉRPRETES: ANDREW GARFIELD, EMMA STONE, RHYS IFANS, SALLY
FIELD, MARTIN SHEEN.
GÉNERO:
FANTÁSTICO / EE. UU. / 2012 DURACIÓN: 120 MINUTOS.
Tal vez detrás
de El
Caballero Oscuro: La leyenda renace –de inminente estreno-, THE
AMAZING SPIDER-MAN sea la película foránea más esperada de la
temporada, no sólo porque tras la trilogía firmada por Sam Raimi quedó
demostrado que el Hombre Araña es siempre una apuesta segura para la taquilla,
también porque en esta ocasión otro actor solvente, Andrew Garfield, ocupa el lugar dejado por Tobey Maguire bajo el
disfraz del mítico superhéroe, tenemos nueva chica acompañando sus desvelos, una
efervescente Emma Stone, y un nuevo
director proveniente del mundo del videoclip, Marc Webb, que sorprendió a muchos críticos con su primer largo, la muy sobrevalorada comedia romántica 500 días juntos (2009).
El realizador
norteamericano imprime un giro más sombrío a la franquicia para narrarnos otra
vez cómo empezó todo: Los padres del pequeño Peter huyen de su hogar dejando a
su hijo al cuidado de sus tíos, Ben
(Martin Sheen) y May (Sally Field).
Años después, un ya adolescente Peter
Parker (Andrew Garfield), es un chico del montón aficionado a la fotografía
y a la ciencia del que se burlan y al que acosan sus compañeros de instituto.
Peter no se atreve a declararle su amor a la chica más guapa e inteligente del
instituto, Gwen Stacey (Emma Stone).
Un día, mientras limpia el sótano de sus
tíos, Peter encuentra un maletín con las iniciales de su padre que contiene
información científica sobre la fusión de las especies que dará forma a su
destino como Spider-Man. El maletín
también contiene una fotografía de su padre con el Dr. Curt Connors (Rhys
Ifans), que actualmente dirige el sofisticado laboratorio OSCORP, y al que
nuestro protagonista desea conocer. Será entonces cuando su mundo cambie para
siempre.
No sorprende que
sea Peter Parker y no su alter-ego con disfraz azul y rojo el personaje que más
le interesa diseccionar a Marc Webb, de ahí que este rebobinado hacia el origen
de la saga gaste casi toda su energía en indagar en las causas que forjaron el
carácter del futuro superhéroe, que en su modo adolescente tímido y solitario
no acaba de encontrar su sitio en una sociedad por la que arrastra el doloroso
trauma de la ausencia drástica de sus padres. Y es que Webb parece ser un director más preocupado por las relaciones
sentimentales y las cenagosas profundidades del alma que en dotar de una nueva dimensión a las
vertiginosas y pirotécnicas escenas de acción, aun así el formato
estereoscópico brilla como nunca en siet-pieces con la del ataque de El Lagarto
al puente atestado de automóviles o esa en la que unos trabajadores de la
construcción ayudan a Spidey a cruzar las calles de Nueva York. Demasiada
introspección para un mito superheroico que dista mucho de parecerse al Batman
de Nolan y bastante alejado de lo que de sus aventuras espera su público
potencial (mayormente un público infantil y juvenil adicto a los blockbusters y
artefactos palomiteros), que seguramente mirarán el reloj en todos esos
interludios verborreicos que tienen como eje a la pareja protagonista
enfrascada en sus emociones.
Cinta superior a la fofa tercera entrega,
THE AMAZING SPIDER-MAN es un
espectáculo eficaz como radiografía del aspecto humano de los personajes y especialmente
como exploración psicológica de la melancolía del joven Peter Parker con el
objetivo de mostrar su reverso oscuro como contrapeso a su innata ingenuidad, a
lo que tal vez ayude el semblante más afligido de un competente Andrew Garfield
alias “Cuello de Jirafa”, pero toda la película desprende un fastidioso tufillo
a déjà vu convirtiendo la función más que en un reebot (reinicio de una historia), en un remake en toda regla de la
espléndida película seminal de Raimi, lo que no tiene mucha lógica y que siendo
justos resulta totalmente innecesario. Estamos ante una adaptación fiel del
cómic creado por Stan Lee (atención a su mejor cameo de toda la saga) y Steve
Ditko, aunque hay piezas que penalizan de forma decisiva la trama: ese retrato
de Nueva York como si fuera una aldea donde todos los personajes se encuentran,
cruzan e interrelacionan de una forma u otra; la presentación de un villano con
poco carisma que ni siquiera lo parece y por quien en determinados momentos uno
siente lástima. No, no quedamos ansiosos a la espera de su continuación, los
pocos elementos novedosos apenas asombran, aunque tampoco su visionado se puede
considerar una pérdida de tiempo.
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