POSIBILIDAD DE ESCAPE (LIGHT SLEEPER)
DIRECTOR: PAUL SCHRADER.
INTÉRPRETES: WILLEN DAFOE, SUSAN SARANDON, DANA
DELANY, DAVID CLENNON.
GÉNERO: THRILLER/EE.UU./1992 DURACIÓN:
105 MINUTOS.
El realizador Paul Schrader debuta en el año 1978 con Blue Collar, film que con Harvey Keitel y Richard Pryor como
protagonistas narra los problemas de unos trabajadores en una cadena de montaje
de coches, y que le sirve para hacer una amarga reflexión sobre el sistema
laboral estadounidense y el tan explotado como absurdo “sueño americano”. Antes
de eso ya se había ganado una buena reputación como guionista firmando los
libretos de películas tan míticas como Taxi
Driver (Martin Scorsese, 1976), Yacuza
(Sydney Pollack, 1975) o Fascinación (Brian
De Palma, 1976). Entre los títulos más sobresalientes de este complejo,
obsesivo y personal cineasta, destacan: Hardcore,
un mundo oculto (1978), American
Gigolo (1979), Mishima (1985), El placer de los extraños (1990), Aflicción
(1997). Como guionista colaboró de nuevo con Scorsese en Al límite (1999) film en el que ambos cineastas regresan a las
inquietantes calles de Nueva York. No encontramos ni rastro de su sello
personal en Forever Mine (2002)
romántico y muy mediocre thriller,
algo que si aparece en la interesante Autofocus
(2002) relato del descenso a los infiernos del sexo de Bob Crane, una estrella
de la televisión norteamericana de los años sesenta.
Posibilidad de escape es una
magistral película que cuenta la historia de un traficante de drogas, John
Letour (Willen Dafoe) que se pasea en limusina por las calles de Nueva York
esperando que suene el pitido de su localizador para hacer entrega de cualquier
tipo de drogas. Trabaja a las órdenes de Ann (Susan Sarandon) con la que
mantiene una relación amistosa, ella viene pensando desde hace tiempo dejar el
negocio de las drogas por el de la cosmética. Sus principales clientes son
ejecutivos, yuppies y turistas
europeos que frecuentan los sitios de moda y que buscan emociones fuertes. Un
día aparece muerta una chica pija en un parque por una sobredosis, la policía
abre una investigación y comienza a presionar a Letour, más tarde será su ex
novia (Dana Delany) la que muera por el mismo motivo, lo que le hace tomar una
decisión.
Paul Schrader ha demostrado sobradamente
que se desenvuelve muy bien narrando historias urbanas construidas bajo
premisas dogmáticas, humanistas e incluso teológicas, la fuerza de sus
personajes enmarcan siempre un espacio reconocible y se mueven dando bandazos
entre la trascendencia y la visceralidad. Su mirada es siempre representativa
de su educación, sus gustos y sus creencias, y su gran virtud es hacer creíble,
a través de esas composiciones tan personales y atractivas, que nunca será
tarde para intentar la redención. Con Light Sleeper Schrader dijo, medio
en broma medio en serio, que había hecho una película religiosa sobre un
traficante, pero esto no es sólo un comentario irónico, de hecho Abel Ferrara
con Teniente corrupto hizo una
película religiosa sobre un policía yonki, violador… En realidad, el protagonista de Posibilidad
de escape tiene muchos puntos en común con el Travis Bickle de Taxi Driver; ambos escriben un diario,
viven solos, son incapaces de encauzar sus vidas y los dos, llegado el momento,
hacen uso de sus armas para llevar a cabo una matanza apocalíptica con
resonancias catárticas.
Pero mientras el insomne héroe taxista acapara
portadas de periódicos y es felicitado por todos, John Letour acaba entre rejas,
esperando que tal vez por buena conducta y contando con la atenuante de que a
quienes ha liquidado sólo eran traficantes de la peor calaña, le sea rebajada
la condena. En el final, cuando Ann le
visita en la cárcel, Letour le dice que jamás han follado juntos y que es una
de las cosas en las que piensa, de las que
desea con más ilusión y que espera mantener viva, Ann responde que ella también,
y le dice: “es extraño cómo funcionan las
cosas”. Letour, en un plano fijo, le besa la mano. En ese beso queda
recogida toda una experiencia vital, pues ese acto tan puro, lleno de
ensoñación y sensibilidad, casi poético, simboliza la ruptura con el pasado,
reclamando una nueva vida con esperanza de futuro. A destacar el gran
trabajo de Willen Dafoe y Susan Sarandon, que llevan el peso de
una de las películas menos conocidas de su autor –y la mejor, para quien esto
firma-, dueño de una filmografía imprevisible, en ocasiones tan genial como
aburrida y trivial en otras.
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