SIMONA
HALEP es una jugadora de tenis rumana de 18 años que ocupa el puesto 232
del ranking de la WTA. Su
mayor logro deportivo ha sido ganar el Roland Garros junior en 2008 y alcanzar
la segunda ronda senior en el mismo torneo. Conocido es que yo soy un hombre
puro de cine, no me gusta el teatro, no me gusta la televisión, sólo el cine.
Quien me conoce también sabe que soy un hombre puro de fútbol, no me gusta el
baloncesto, no me gusta el tenis, sólo el fútbol. Esa sensibilidad purista
(alguien dirá estrecha, monocorde) seguramente se debe a mi educación
sentimental, pero de eso hablaremos otro día. El caso es que Simona -sin que
sirva de precedente la primera deportista que aparece en esta sección de cine-
fue noticia a mediados del pasado año por su deseo de someterse a una operación
de reducción de mamas con el fin de obtener mejores resultados en la pista de
tenis, lo que provocó un auténtico revuelo en la red incendiando blogs y redes
sociales que se movilizaron para evitar la operación. Nada sirvió porque Simona
acabó operándose.
Debido
más a las plegarias de algunos amigotes salidos que a un hecho que ni me parece
insólito ni trágico, Simona Halep ilustra estas páginas para constatar lo mal
repartido que está el mundo: quienes tienen poco quieren más, y quienes tienen
mucho no quieren tanto. He comentado en alguna ocasión que no siento excesivo
furor por las grandes mamas, pero durante el servicio militar en Manises salí
con una chica de enormes atributos que se quejaba de fuertes dolores en la
espalda, también de la dificultad de encontrar lencería bonita de su talla a un
precio económico, pues lo que encontraba era más propio de fulanas, o por el
contrario, de una abuela octogenaria. Por razones cuarteleras
sólo nos veíamos los fines de semana, para ir al cine, charlar, pasear, reír,
follar. Aquí vienen los problemas: “¡cuidado!
que me has pillado la teta con el brazo”, “así no, que me pones las tetas en la cara y no puedo respirar”. Y
es que hay gente que se queja de to.
Sin ir más lejos, yo tengo el mismo problema con los huevos.
A mi también me pasa con la polla es tan grande que ya me es incomoda no tengo donde guardármela y se me sale casi siempre por arriba del pantalón
ResponderEliminarEn fin, amigo, no sé qué contestarte, pero te contaré un chiste malo:
ResponderEliminarUn grupo de niñas pequeñas juegan en la calle y de repente viene una corriendo y dice:
-Mirád,mirad, me he encontrado un condón en el patio
-Y contestan las niñas:
_¿Y qué es el patio?
Saludos