La razón principal de que la joven actriz ÚRSULA CORBERÓ (Barcelona, 11 de agosto
de 1989) aparezca en esta sección se debe a las múltiples peticiones de fans
que me lo han pedido en persona y a través de Internet (incluidos seguidores de
su club de fans de Francia), entre los que se encuentran algunos amigos, más
pesados que un abrigo de pana mojado. Y sí, la chica es mona, más, la chica se
acerca mucho a mi estereotipo de mujer soñada: manos de pianista con dedos
largos y finos, labios carnositos bien perfilados, rostro con un cierto toque
exótico, sonrisa fresca, blanca y hermosa, culito respingón, piernas largas, y
escasas aunque preciosas tetitas (esto es un gran punto a su favor, las grandes
mamas me devuelven a la lactancia). Mi agradecimiento por el descubrimiento a
todos esos compadres porque mi desconocimiento del medio televisivo y el escaso
currículum de la actriz catalana han sido las claves de mi desconocimiento.
Úrsula se hizo
famosa a raíz de su papel protagónico en la popular serie Física o química, si bien
ya había trabajado en varias series en la televisión autonómica catalana con
alguna que otra aparición en otras a nivel nacional como Cuenta atrás y El Internado.
El pasado año se unió al reparto del serial La
República y también ha intervenido en un telefilm sobre la figura de Mario
Conde titulado Los días de gloria.
Todo ello ha pasado desapercibido para este cronista (sólo tengo la tele para
hacer útil el DVD y el Blu-ray), pero espero ver pronto un par de cortos en los
que ha participado (Crónicas de una voluntad y Slides), y también asistí al estreno
de su debut cinematográfico en la horrorosa XP3D (Sergi Vizcaíno,
2011), un irrisorio film de terror que de malo que era ni con la ayuda del
formato estereoscópico me fijé en el reparto femenino. Pero como yo de caldo
siempre tomo dos tazas, asistiré, Dios mediante, al estreno en otoño de su
próxima película de terror After Party (Miguel Larraya,
2012). Por cierto, según me dicen, Úrsula es la
actual novia oficial del mediocre tenista Feliciano López.
Recuerdo unos versos del gran Ezra Pound: “¡Bah! He cantado a las mujeres en tres
ciudades, pero siempre es lo mismo ahora cantaré al sol / Labios, palabras, y
ya las tienes. / Sueños, palabras, y se vuelven joyas. / Hechizos extraños de
viejas deidades, cuervos, noches, encantamiento y ya no están. / Se han
convertido en las almas de la canción”. El perseguido poeta de Idaho creaba
musas para luego comérselas, a mí me alegra comprobar que existe relevo
para mis musas sagradas. Eso, Úrsula,
hace que recobre la emoción, el espíritu y el coraje. Me gustaría vivir contigo
el último amor fou, el salvaje arrebato de mi corazón comiéndose a dentelladas
el desnudo de tu carne tan humana, el deseo y la locura del ardor guerrero. Llegaré
a tu casa con las desiertas sombras de la noche, caminando sobre los helechos,
dejando atrás un paisaje calcinado, buscando el descanso definitivo. Junto a
ti, todo será belleza.
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